Molestia urbana

MAPA | Los 251 puntos donde los “grandes alimentadores” ceban la plaga de palomas en Barcelona

Los lugares que el ayuntamiento tiene identificados por proliferar la presencia de aves para obtener comida predominan más en Ciutat Vella y Nou Barris

Barcelona calcula que la población de palomas quintuplica lo recomendado

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. / VICTÒRIA ROVIRA

Jordi Ribalaygue
Alex R. Fischer
Barcelona
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Barcelona apunta a las personas que echan comida a las palomas para justificar por qué la ave urbana por excelencia prolifera en exceso en la ciudad, llegando a quintuplicar la media aconsejable por kilómetro cuadrado para prevenir problemas de insalubridad, a tenor de un censo de 2018 que el ayuntamiento sigue dando por válido. Los equipos municipales tienen marcados 251 puntos en los que menudean 236 personas que califican como “grandes alimentadores”, por surtir con al menos dos kilos de comida al día a los pájaros.

El consistorio asegura que no existe un perfil homogéneo de los abastecedores de sustento para esta clase de animal. Casi un centenar de quienes les proporcionan víveres están bajo el radar de los servicios sociales por sus condiciones precarias. En el siguiente mapa, pueden consultarse los lugares que visitan con asiduidad y donde pueden concitar que las palomas que pululan se tripliquen o se cuadrupliquen de repente atraídas por el apetito, según el gobierno municipal.

El hábito que los "grandes alimentadores" han adquirido -y que trabajadores municipales tratan de revertirlo ganándose su confianza- los lleva a alternar siempre los mismos lugares para arrojar pan, sobras y otras viandas con que ceban a las palomas. Han adquirido tal rutina que han afianzado colonias estables y amplias de aves que son habituales en ciertos tramos de Barcelona. Al mismo tiempo que las palomas se apostan para atiborrarse gracias a sus proveedores, incomodan y ensucian.   

Los 10 distritos de la ciudad albergan zonas identificadas por el ayuntamiento en que llegan a congregarse bandadas nutridas de palomas porque quienes les facilitan alimento las frecuentan. En todo caso, predominan más en Ciutat Vella, con 37 ubicaciones señaladas en la lista aportada por el consistorio a EL PERIÓDICO. Otro plano del ayuntamiento localiza que las mayores incidencias por aglomeraciones de palomas se aglutinan en torno a la montaña de Montjuïc, sobre todo en el Poble-sec y Sant Antoni, también en el Raval y, algo más distanciados, Sants y Les Corts. También se aprecia más afectación en la confluencia entre los barrios de Camp de l'Arpa del Clot, el Guinardó, Baix Guinardó y Can Baró, por debajo de la zona de los Tres Turons.

El gobierno de la capital afirma que Ciutat Vella acapara “los principales puntos de conflicto” por la sobrepoblación de palomas. En el inventario de los espacios a los que los pájaros suelen acudir y apelotonarse para procurarse alimento, se incluyen 20 plazas de Ciutat Vella, como la plaza Reial, la Mercè, Duc de Medinaceli, la Gardunya o Sant Agustí

A su vez, se añaden cuatro jardines, los mercados de la Boqueria y la Barceloneta, las paradas de metro de Drassanes y Sant Antoni, las playas de la Barceloneta y Sant Miquel y el Moll de la Fusta. También se hallan enclaves propensos a la invasión de palomas en las calles Ample y Perecamps, la avenida Lluís Companys y el Hort de la Bomba.

Parques, estaciones y un cementerio

Tras Ciutat Vella, Nou Barris reúne 34 focos, entre los que se encuentran el parque central de Nou Barris y el del Turó de la Peira. Además, figuran las estaciones de metro de Canyelles, Vilapicina y Llucmajor, el cementerio de Sant Andreu, el parque de la Guineueta y Via Júlia. También constan dos áreas de juegos infantiles (las de Tamariu y Darnius) y dos direcciones concretas: la calle Vilalba dels Arcs, 2-14, y Almansa, 84-96.

Un grupo de palomas, en Barcelona.

Un grupo de palomas, en Barcelona. / VICTÒRIA ROVIRA

El Eixample y Sants-Montjuïc empatan con 30 emplazamientos cada distrito, en los que se ha detectado que las palomas se agolpan aunque sea de forma esporádica por la presencia de varias personas o solo una que les tiran comida. La directora de Bienestar Animal de Barcelona, Carmen Maté, asegura que basta que alguien actúe en soledad para que se lancen hasta 15 kilos de productos

Aparte del palomar más popular de la urbe, el de la plaza Catalunya, el Eixample comprende otros lugares en que las aves tienden a anidar y los alimentadores, a surtirles. Sucede en la escuela Xirinacs, el parque de Joan Miró, la plaza de la Sagrada Família, Tetuan y la avenida Gaudí. También ocurre ante el monumento de Rafael de Casanova y se observa en la avenida Mistral, Còrsega con Marina, el flanco del mercado de Sant Antoni que da a Comte d’Urgell y en los números 7-17 de la calle Parlament. 

En Sants-Montjuïc, se ha prestado atención a la plaza de la Bella Dorita, la calle de Sants, la plaza de Sants y la calle Nou de la Rambla, entre otros sitios. También se ha puesto la lupa en el mercado de Hostafrancs, los jardines de las Tres Xemeneies, el mirador del Poblesec y la rambla de Badal. 

A su vez, el registro enumera 27 espacios en que confluyen palomas y sus suministradores en Sant Andreu y otros tantos en Sant Martí. Les Corts y Gràcia están igualados a 22 enclaves, mientras que caen a 14 en Horta-Guinardó. Sarrià-Sant Gervasi cierra la serie, con siete zonas en rojo. Una curiosidad para rematar: el listado del Ayuntamiento de Barcelona añade que empledos de su nómina se desplazaron también para tratar de disuadir a que se diseminara comida a las aves en la parada de metro de Santa Eulàlia, en las inmediaciones de la urbe pero ya en terreno de L’Hospitalet de Llobregat.

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