Reto global
Barcelona acelera las medidas para hacer frente al cambio climático con 1.800 millones hasta 2030
El ayuntamiento impulsa el Plan Clima, la hoja de ruta para “pasar a la acción” y reducir emisiones
El área de Barcelona podría abastecer al 35% de su población con alimentos locales en 10 años
Barcelona prevé construir 30 depósitos pluviales más para combatir lluvias torrenciales como las de la DANA

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y la primer teniente de alcalde, Laia Bonet, presentan el Pla Clima. / Blanca Blay / ACN


Judith Cutrona
Judith CutronaPeriodista especializada en información local. Con la mirada puesta en el Ayuntamiento de Barcelona y en las calles de la ciudad. He estado siete años escribiendo noticias en Europa Press. Antes, colaboré con La Vanguardia y Público.
Barcelona pasa a la acción ante el cambio climático, que cada vez tiene más consecuencias sobre la vida de las personas, como ha sucedido con las inundaciones en Valencia. Ante este escenario, el ayuntamiento de la capital catalana ha decidido acelerar las medidas y ha impulsado el Plan Clima. Será su hoja de ruta, vertebrada en seis ejes a corto y largo plazo, con una inversión de 1.850 millones de euros hasta 2030, lo que equivale a 360 millones de euros al año. El objetivo es precipitar la transformación de la ciudad, con infraestructuras mejor preparadas que hagan frente a fenómenos climáticos extremos y medidas que reduzcan las emisiones de CO2.
“El Plan Clima responde a una realidad objetiva que hemos podido ver en Valencia: el efecto del cambio climático sobre nuestras vidas. Es una realidad que no pondremos en duda. Se está acelerando y lo está haciendo de manera muy clara, contundente, y a veces de una forma dramática”. Bajo esta premisa, el alcalde, Jaume Collboni, y la primera teniente de alcalde, Laia Bonet, han presentado el que será el cuarto plan estratégico del ayuntamiento, y que se suma al Plan Endreça, el Plan Viure y el Plan de Barrios.
Cuenta con seis líneas de actuación, con medidas que ya estaban previstas y con las que el consistorio calcula que se podrán ahorrar más de un millón de toneladas de CO2 en los próximos cinco años. El ámbito al que se destinará una mayor inversión será al de la movilidad (cerca de 1.100 millones), seguido de la transición energética (268 millones) y el plan de resiliencia (234 millones).
Transición energética
El primer eje se centra en la transición energética con tal de cambiar los patrones de generación y de consumo de energía hacia un modelo sostenible. En este aspecto, el compromiso del ayuntamiento es acelerar la generación de energía y llegar a multiplicar por tres la generación hasta 2027 y por cinco en 2030.
Puede hacerlo en espacios como fachadas, muros, infraestructuras de movilidad y pérgolas, que generan sombra y a su vez pueden adaptarse y convertirse en generadores de energía sin perder su función original. Un ejemplo es la gran pérgola situada en el Port Olímpic. Otra medida destacada son las redes de calor y frío, que permiten climatizar edificios de viviendas (como en la Marina del Prat Vermell), equipamientos y al sector terciario.
Movilidad sostenible
Más de una cuarta parte de las emisiones totales en la ciudad recaen en la movilidad. Para revertirlo, además de promover la movilidad sostenible entre los ciudadadanos, una de las prioridades es electrificar la flota de vehículos municipales, como ya está haciendo con los buses de Transports, Metropolitans de Barcelona (TMB), la Guardia Urbana y los servicios urbanos. El objetivo es lograr un 69% de electrificación de la flota municipal hasta 2030 y combinar el vehículo eléctrico con otras modalidades sostenibles.
Esta estrategia implica la promoción de la electrificación del vehículo privado y la ampliación de la red de puntos de recarga de vehículos y pasar de los 1.000 puntos actuales a los 3.000 en la ciudad. Así, la previsión es poder doblar la potencia de los puntos de recarga lenta y triplicar la potencia de los de recarga rápida y acompañar así la transición hacia el vehículo eléctrico.
Resiliencia ante la sequía y las lluvias torrenciales
Otro eje es la resiliencia y tiene como objetivo consolidar la ciudad como un espacio adaptado y con capacidad para afrontar episodios climáticos extremos, como puede ser la sequía o lluvias torrenciales como las de los últimos días. A raíz de la sequía, el ayuntamiento ya aceleró las obras para ampliar la red de agua freática.
Respecto a acciones para hacer frente a lluvias torrenciales e inundaciones, ahora mismo la ciudad tiene en marcha y a punto de ejecución tres grandes obras: el desdoblamiento del colector de la Diagonal, la tercera fase del colector de Vila i Vilà y el nuevo depósito pluvial de la Rambla Prim. En cuanto a depósitos pluviales, el Plan Director Integral de Saneamiento de la ciudad de Barcelona contempla la construcción de una treintena de depósitos más.
Medidas para hacer frente a las altas temperaturas
El Plan Clima también incluye medidas para hacer frente al calor, ante oleadas de calor cada vez más fuertes y frecuentes. Existe la previsión ya conocida de climatizar todas las escuelas públicas de la ciudad, un total de 170 centros. Actualmente, la obra de climatización ya está finalizada en 24 escuelas y se continuará, de forma inmediata, por las 30 siguientes que ya prevé el plan.
Otro punto que se trabajará en este marco será la ampliación de la red de refugios climáticos y los horarios para mejorar su disponibilidad durante los meses de calor y optimizar también su distribución territorial. Según ha dicho Bonet, el objetivo es que en 2030 la ciudadanía disponga de un refugio climático a 5 minutos andando como máximo y que haya "un espacio de agua" en cada distrito.
Alcance a todos los barrios
Uno de los compromisos incluidos en el plan es que todas las medidas se desarrollen atendiendo la vulnerabilidad para garantizar la justicia climática en toda la ciudad. Es decir, que no se ensanche la distancia entre barrios y personas y estén encaminadas a reducir la desigualdad.
En este ámbito, el ayuntamiento quiere generar más zonas verdes, 216 espacios de sombra y facilitar los usos sociales y comunitarios con garantía de confort térmico, además de desplegar una estrategia para preservar la salud de las personas en este contexto de cambio climático.
Participación ciudadana
Y, ante este contexto, el ayuntamiento quiere contar con la complicidad y la alianza de los vecinos y el tejido social, económico y científico de la ciudad para trabajar en esta dirección. Por eso se compromete a celebrar la segunda Asamblea Ciudadana por el Clima para seguir permitiendo a la ciudadanía participar en las decisiones políticas. En la primera edición se consensuaron 34 propuestas alrededor de tres ejes concretos: la energía, la movilidad sostenible y el modelo de consumo y residuos.
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