Entrevista
Laia Bonet: "Barcelona habrá pasado de producir 500 a 1.000 pisos públicos al año a partir de 2027"
La primera teniente de alcalde defiende que el sector privado aceptará el 30% obligatorio de vivienda social tras su reforma de la norma
La reserva del 30% de vivienda social privada en Barcelona ha culminado 22 pisos en 5 años
Barcelona negocia tres vías alternativas a la cesión obligatoria del 30% de pisos en nuevas promociones

La primera teniente de alcalde de Barcelona, Laia Bonet, en en el ayuntamiento la semana pasada. / Ferran Nadeu


Toni Sust
Toni SustPeriodista
Escribo sobre Barcelona desde 2016. Antes lo hice sobre Política social (2011-2016) y sobre Política catalana y española (2001-2011).
Profesor asociado de Periodismo en la UPF.
El acceso a la vivienda es cada vez más complicado en Barcelona. El PSC gobierna la ciudad y fue socio de los gobiernos de Ada Colau. En esos ocho años se amplió el parque de vivienda protegida, de 8.000 a 12.000 viviendas. ¿Cómo esta ahora la situación? ¿Dónde estamos?
Venimos de ocho años en los que la producción de viviendas fue de 500 al año de media. Centramos todos nuestros esfuerzos en pasar de esos 500 a 1.000 pisos anuales. Trabajamos con el objetivo de lograr ese ritmo de construcción a final de mandato, que ya prácticamente tenemos este año. Pero estaremos en condiciones de hacer 1.000 pisos al año a partir de 2027. Trabajamos con las luces largas.
"Acabaremos el mandato con 15.000 pisos protegidos. ,En 2027, estaremos en condiciones de hacer 1.000 pisos al año"
¿Cómo acabará este mandato?
Con 15.000 pisos en el parque municipal. Y a partir de entonces se ganarán 1.000 al año de forma constante.
Hablamos de vivienda que produce el ayuntamiento o de la que hará la Generalitat?
Hay que movilizar todos los recursos. Producir nosotros y que otros produzcan en solares de titularidad municipal. Este es el caso del Incasòl, en los solares cedidos al Gobierno catalán. El primer paquete previsto son 700 pisos que hace la Generalitat, con presupuesto suyo. Por otra parte hemos conseguido que el Consorci de la Zona Franca nos ceda solares donde construiremos nosotros.
Los 700 tienen calendario.
Tienen que estar construidos en 2027.
¿Su gobierno es más partidario de construir pisos o de que otros los construyan?
Todos lo tenemos que hacer. No podemos pasar de 500 a 1.000 sin implicar a todo el mundo.
"Venimos de donde venimos, de una cultura de producción de vivienda pública de la que después las administraciones se desprendían"
Seguimos muy lejos del 15% de vivienda protegida que teóricamente se necesita.
Estamos en un 1,8%. Venimos de donde venimos, de una cultura de producción de vivienda pública de la que después las administraciones se desprendían.
¿No teme que se nos haga eterna la espera?
No queda otra que acelerar y que otros hagan. Además, una cosa es hablar de parque público de vivienda y la otra de que haya oferta de vivienda asequible.
"Cargado de buenas intenciones, legítimas y loables, el 30% de VPO no ha producido los resultados esperados"
El sector privado.
Necesitaremos a todo el mundo, efectivamente, también a los privados. Hemos logrado que se implique la Generalitat y que el Estado le dé prioridad, no solo en financiación. Contamos con actores propios, como el Institut Municipal d’Habitatge, y tenemos el operador mixto metropolitano de vivienda. Creo que la perspectiva de resolución no es a corto plazo, no podemos esperar ver un mercado de la vivienda resuelto en cinco o 10 años, las necesidades son enormes. Pero sí debemos implicar a todos para que se corresponsabilicen, necesitamos también a los privados. Todo esto tiene que ver mucho con hacer efectivo el 30% de vivienda social en nuevos edificios, que, cargado de buenas intenciones, legítimas y loables, no ha producido los resultados esperados.
¿Cuál es el balance?
La previsión era lograr 334 pisos al año, el 30% de lo que se construía. En seis años hemos logrado 144 pisos en lugar de casi 2.000. Está claro es que la producción de vivienda quedó frenada. Ahora estamos entablando conversaciones, políticas pero también con el sector, desde una mirada de corresponsabilidad en la producción de vivienda protegida. Es un escenario completamente distinto. Estas conversaciones nos tienen que llevar a un acuerdo que haga que el 30% se haga efectivo, a que veamos cómo entran solicitudes de licencia.
¿Sería positivo que ese acuerdo fuera compartido por el PSC, Junts y Comuns?
Necesitamos el máximo consenso posible, pero más allá de qué vota cada cuál, los que tienen que convertirlo en realidad tienen que ver ese consenso. Cambiemos el tablero de juego. ¿Qué vamos a hacer? ¿Esperar a ver quién gana la batalla ideológica? La batalla la está perdiendo la ciudadanía. Si no se produce vivienda, perdemos todos. No nos lo podemos permitir. Estamos encontrando buena sintonía en el sector. Nos dicen que quieren construir en Barcelona y que están dispuestos a hacerlo con el 30%.
"El tope del alquiler ha provocado una bajada del 5% en el segundo trimestre de este año, pero necesitamos que no afecte a la oferta. Ha aflorado el fraude del alquiler de temporada"
El 30% es una medida. Otra es la limitación de alquileres, que el sector rechaza y considera un freno que perjudica a todas las partes, porque ha reducido la oferta de pisos de alquiler.
Necesitamos el tope del alquiler, que ha provocado una bajada del 5% en el segundo trimestre de este año, pero necesitamos que, a la vez, esto no afecte a la oferta. Lo que hemos visto es que hay una derivada de afloramiento de un fraude que no se había detectado con esta magnitud, que es el fraude del alquiler de temporada, que esquiva el tope del alquiler.
Que está por regular.
Hay que poder incidir en los precios del alquiler. Ha funcionado en el residencial, pero tenemos que cortar la fuga hacia el alquiler de temporada. Cómo hacerlo: el ministerio ha dicho que lo quiere hacer, ha sacado a consulta pública una regulación para vincular los contratos de temporada con una causa. Entiendo que habrá que justificar el porqué de la temporalidad: un contrato de trabajo, una matrícula para estudios... Veremos cómo se pide. La Generalitat se ha comprometido también a hacer una regulación, como lo ha hecho el ayuntamiento: está en marcha la formación de un grupo de trabajo para estudiar qué herramientas municipales podemos utilizar. Sea cómo sea, tiene que ser ya, hay que parar esa fuga. Esa regulación tiene que ser eficaz, no un brindis al sol como fue el 30%. Y que sea seguro, que no caiga si hay impugnaciones.

Bonet, en su despacho. / Ferran Nadeu
¿Y los pisos turísticos?
Nos hemos comprometido a que en 2028, cuando lo permita la regulación de la Generalitat, los 10.000 pisos turísticos de Barcelona dejen de serlo y entren en el mercado residencial.
¿Los jóvenes tienen que asumir que es algo normal que no podrán vivir en Barcelona y deberán irse a una localidad metropolitana?
No tiene que ser normal, por eso es importante activar todas las herramientas para hacer vivienda. No podemos normalizarlo. Yo vine a Barcelona a estudiar.
Ahora es muy difícil encontrar un piso de estudiantes.
El problema ya no es este, que lo es, es que lo de compartir piso puede alargarse hasta los 40 años.
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