Transporte público

Barcelona estudia partir en dos la segunda fase del tranvía para reducir el "impacto" de las obras

El teniente de alcalde Jordi Valls sostiene que primero se abordará el tramo entre Verdaguer y el paseo de Gràcia y el ayuntamiento puntualiza que lo "decidirá más adelante en coordinación con la ATM"

La culminación de la conexión del tranvía por la Diagonal podría coincidir con el fin de la concesión privada del Tram

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El tranvía, el domingo, durante su estreno con pasaje en el tramo entre Glòries y Verdaguer

El tranvía, el domingo, durante su estreno con pasaje en el tramo entre Glòries y Verdaguer / Marc Asensio Clupés

Carlos Márquez Daniel

Carlos Márquez Daniel

Barcelona
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En el plato de las croquetas siempre suele quedar una última pieza que nadie se atreve a tocar. Trasladado al tranvía de Barcelona, esa croqueta de la vergüenza es el tramo de la Diagonal que va desde la plaza del Cinc d'Oros hasta la de Francesc Macià, el que atraviesa las calles más complicadas en cuanto al tráfico (Via Augusta, Balmes, Muntaner o Aribau), el que tiene el comercio más pudiente y el que concentra mayor número de influyentes empresas e instituciones. El pasado domingo se estrenó el tramo Glòries-Verdaguer, pero la alegría para los partidarios del ferrocarril urbano ha durado más bien poco, puesto que el consistorio se plantea ahora que la fase 2, la prometida llegada a los pies del Turó Park para que el Trambesòs enlace con el Trambaix, se haga en dos etapas. Oficialmente, aún está por decidir y se haría "por cuestiones de impacto de las obras".

El anuncio del posible cambio de planes para el Tram lo hizo público días atrás el teniente de alcalde de Economía y concejal del Eixample, Jordi Valls, en un consejo de barrio. Peculiar lugar para tan importante noticia. Lo hizo, seguramente, sin medir demasiado el alcance de sus palabras, con un tono coloquial muy acorde a como suelen discurrir estos campechanos encuentros ciudadanos. "Veo difícil que nos queramos comer todo este proyecto si no lo hacemos por fases", espetó. "Este concejal se quiere focalizar en la primera fase (en referencia al tramo Verdaguer-paseo de Gràcia) y no en la segunda (hasta Macià)", remató. No se anduvo por las ramas.

Jordi Valls, tinent d’alcaldia d’Economia, ahir durant una roda de premsa.  | ACN

Jordi Valls, en una rueda de prensa, en el Ayuntamiento de Barcelona / ACN

Su doble cargo público justificaba su afirmación: por el presupuesto de la obra (unos 110 millones para el consistorio, entre el colector de aguas y la urbanización de la avenida, a los que hay que añadir 170 millones de obra ferroviaria y tranvías que abonaría la Autoritat del Transport Metropolità) y por cómo afectará a la calidad de vida de los barrios que están bajo su cetro.

En estudio

El ayuntamiento ha tenido que salir al paso este miércoles de las declaraciones del edil del PSC. A pesar de admitir que la fase 2 "está planteada para ejecutarse de manera global", fuentes municipales señalan también que la 'vía Valls' tampoco está descartada: "Si por cuestiones de impacto y afectaciones de las obras se decide hacerlo en subfases o tramos, es una cuestión que se decidirá más adelante en coordinación con la ATM". Es decir, ni confirman ni desmienten.

El tranvía se estrena entre Glòries y Verdaguer entre expectación vecinal y sin acto político

El tranvía, con las nuevas paradas ya estampadas en la línea T4 / Marc Asensio Clupés

De alguna manera, podría decirse que el gobierno de Jaume Collboni vuelve a la casilla de salida del presente mandato, cuando el alcalde tiraba de misterio para no terminar de confirmar que la conexión del tranvía se culminaría a corto plazo. Decía entonces que Barcelona no podía sostener tantas obras importantes al mismo tiempo, sobre todo en la zona directamente afectada por el Tram, donde también en estos años se trabajará en la prolongación de la línea Llobregat-Anoia de Ferrocarrils, que unirá la plaza de Espanya con el Clínic, Francesc Macià y Gràcia.

El tablero político

Con el paso de los meses, sin embargo, el consistorio fue basculando hacia el 'sí' global, hasta el punto de que, en agosto pasado, se aprobó el proyecto de reurbanización previsto en la fase 2 y se anunció que las obras podrían empezar en la primavera de 2025, siempre y cuando la ciudad (y también el Govern, que financia la ATM) disponga de presupuesto aprobado. Nada se dijo de partir en dos la conexión pendiente, aunque fuentes conocedoras del proyecto señalan a este diario que BIMSA, la empresa municipal que encarga las obras, tuvo en algún momento el encargo de, efectivamente, dividirlo en dos fases.

Collboni condiciona la fase 2 a la aprobación de los presupuestos de 2025, pero lo cierto es que bastaría una modificación de crédito en el pleno para tirar adelante el proyecto

El de las cuentas del año que viene era el único escollo para impulsar la fase 2. Una condición más política que exclusiva, porque en el pleno, con el presupuesto prorrogado, también se puede presentar un proyecto concreto para que la oposición apruebe una modificación de crédito y así pueda ejecutarse. Pero ahora, como decíamos, el argumento municipal, ese 'ya veremos más adelante', devuelve la ficha al inicio del juego, a ese 'run run' sobre de qué manera las obras pueden afectar al centro económico y sentimental de la capital catalana. Y cómo puede rebotar en la imagen del gobierno que pilota la ciudad en solitario.

La líder de los Comuns en Barcelona, Janet Sanz, en la inauguración del tranvía entre Glòries y Verdaguer.

Ricard Riol (PTP) y Janet Sanz (Barcelona en Comú), durante la espontánea inauguración del tranvía, el domingo / ACN

Varias fuentes consultadas por este diario, conocedoras tanto del proyecto tranviario como de la convulsa vida municipal, coinciden en que en el fondo del asunto está la nula voluntad de que las elecciones municipales de mayo de 2027 tengan como paisaje una Diagonal polvorienta, y como banda sonora, los operarios sellando raíles con el soplete en el cruce de la avenida con Balmes, justo delante del Círculo Ecuestre.

El colector, a remolque

Retrasar la fase 2 de la conexión del tranvía tendría como efecto secundario el aplazamiento de la ampliación del colector de agua de la Diagonal. Falta por doblar su capacidad entre las calles de Calvet y Girona, después de que se hiciera lo propio entre esta última vía y el paseo de Sant Joan con la fase 1 del proyecto tranviario. En tiempos de cambio climático y meteorología traicionera, urge tener terminada cuanto antes esta obra, que permite derivar el agua de la zona alta hacia el Besòs, de manera que los barrios más vulnerables ante lluvias torrenciales, en Ciutat Vella y alrededores, queden más protegidos. En cualquier casi tratándose del tranvía, siempre lloverá sobre mojado.