El singular Grand Hotel Central de Barcelona, donde vivió Francesc Cambó, completa su reforma de lujo

Hace justo un siglo estaba en construcción el edificio Casa Francesc Cambó, que haría historia desde múltiples frentes, no solo por su ilustre residente, sino también por ser uno de los primeros inmuebles de la Via Laietana y pionero también en incorporar ascensor, lo que daría un giro a la forma de residir de la burguesía local, buscando altura en lugar de los pisos principales. Cien años después, el bloque que ya destinaba desde 2005 la mayor parte de su espacio al Grand Hotel Central, acaba de rematar una reforma completa y estrenar restaurante, tras su reciente cambio de propietario y gestor. Se convierte así en un alojamiento de cinco estrellas de referencia en el centro de Barcelona, que este jueves fue presentado en sociedad con un evento ambientado en los años 20.

El edificio, figura en el Catálogo de Patrimonio Arquitectónico del Ayuntamiento de Barcelona como bien cultural de interés local, había mantenido durante tres lustros años una doble vida. Por una parte como hotel, mientras que el ático que fue hogar de Cambó había seguido en manos de la familia. Tras la pandemia Único Hotels lo vendió a Schroders, que posteriormente asumió también la gestión y decidió reformar el inmueble. El grupo inversor se hizo también con el cotizado ático y su fabulosa terraza jardín, aunque de momento no ha trascendido cuál será su destino, ya que están en conversaciones con el ayuntamiento.

Ubicado en el número 30 de la Via Laietana, el hotelazo de 147 habitaciones y suites (que en origen fueron oficinas) está caracterizado por la estética Noucentista y el estilo de la escuela de Chicago que inspiró al arquitecto Adolf Florensa. La intervención ha tratado de preservar todo ese espíritu y ponerlo en valor como un hotel que respira historia de Barcelona, aunque tenga todo el confort de su categoría. Más allá de los elementos arquitectónicos que miran al patrimonio centenario, el punto neurálgico donde se respira ese pasado es la fantástica biblioteca de dos niveles, que contiene parte de la colección personal del político, empresario y mecenas.

Conexión local

La nueva etapa que el hotel ha comenzado este año luce diseño a cargo del estudio londinense Sagrada, con afán de darle un aire residencial, donde el huésped fluya como si estuviera en casa. Los siete tipos de habitaciones utilizan materiales naturales, tonos tierra suaves y cálidos, y piezas de mobiliario únicas inspiradas en el noucentisme y que dan identidad a cada espacio, con recursos que llevan la luz natural incluso a los baños. La barcelonidad le llega por aquí y por allá, en las obras de arte seleccionadas por Victoria Combalia y en la galería del hall donde habrá exposiciones regularmente. Pero también en los uniformes del personal diseñados por Josep Abril y hasta las 'amenities' de las habitaciones de la marca Carner Barcelona, entre otros guiños.

La directora del hotel, Maria Contreras, enfatiza que el rediseño y las novedades apuntan a "atraer a un público que comparta los valores" originales de "mentalidad visionaria, hedonista, cosmopolita y a la vez local" de Cambó. Y a "impregnar" al visitante de la ciudad y "contribuir a proyectar la marca Barcelona", defiende.

La renovación ha llegado al spa y gimnasio, a la terraza y a la oferta gastronómica. Estas dos últimas son precisamente las que el público barcelonés podrá utilizar, sin estar alojado. La azotea de la planta ocho cuenta con servicio de bar y restauración y está presidida por una piscina 'infinity' reconocida entre las mejores en alojamientos urbanos en Europa, con grandes vistas del distrito y de la ciudad. Su programación incluye sesiones musicales, clases de yoga y otras actividades, aunque el mirador ya cuenta con el plus de las vistas al mural esgrafiado que firmó el artista Oleguer Junyent hace casi un siglo, cuando Cambó lo encargó para compensar la pérdida de vistas al mar que supuso la construcción de un edificio al lado. A la hora del atardecer el ocaso del sol propicia la contemplación, y por la noche se ilumina para destacarlo.

En planta baja, la gran novedad del inmueble es el nuevo restaurante Can Bo, ya activo, con entrada independiente, grandes ventanales y estética mediterránea. Su propuesta gastronómica se basa en tapas y platillos para compartir que dan protagonismo al producto de proximidad, liderada por el chef barcelonés Oliver Peña (con larga experiencia en locales de los hermanos Adrià). El somelier Amador Marín (antes en el grupo ElBarri) orquesta más de 150 referencias de bebidas a carta de bebidas, con más de 150 referencias.

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