Una histórica librería de Barcelona, expulsada del Gòtic por el elevado precio del alquiler

Después de más de 30 años siendo un referente en el mundo del libro de viejo, la Llibreria Antiquària Farré cerrará en los próximos días las puertas de su emblemático local del número 24 de la calle de la Canuda, en pleno Gòtic. La librería no ha podido hacer frente al aumento del alquiler que les pedía el propietario del histórico inmueble.

Hasta ahora, la Antiquària Farré disfrutaba de un contrato de renta antigua y pagaba 400 euros al mes de alquiler, según explicaron Pol y Ramón Farré a ElNacional.cat. Una vez vencido el contrato, el propietario pedía multiplicar por 15 la cuota mensual, hasta los 6.000 euros, cosa que ha obligado a la librería a buscar otras alternativas.

Los hermanos Farré, hijos del fundador de la librería Josep Maria Farré, trasladarán su actividad a la calle Rosselló 487, muy cerca de la Sagrada Familia, en un local que hasta ahora habían utilizado como almacén. La librería también continuará la venta de libros por Internet, actividad que representa la mayor parte de sus ingresos.

A pesar del traslado, el propietario ha asegurado a los Farré que mantendrán el almacén del local, por lo que parte de su valiosa colección, que incluye piezas de gran valor como varios incunables del siglo XV, seguirá, de momento, en el Gòtic.

Un negocio en horas bajas

La Antiquària Farré es la última de las librerías históricas del centro de Barcelona que se ve obligada a cerrar o a abandonar el lugar donde hace años que están instaladas. En junio, por ejemplo, cerró la librería de segunda mano Stock Llibres, que también llevaba más de 30 años de trayectoria. En el local que ocupaba la librería, en la calle Comtal 29, ahora hay una tienda de camisetas con estampados de motivos catalanes para turistas.

En la misma calle que la Antiquària Farré, aunque hace ya una década, cerró también la Llibreria Canuda, una de las librerías de viejo más populares de Barcelona, y el lugar que inspiró a Carlos Ruíz Zafón, que vio en esta tienda del Gòtic, fundada en 1948, su Cementerio de los Libros Olvidados. Tras la Canuda, otras librerías de viejo como la Millà, de la calle Sant Pau, también bajaron la persiana.