La transformación de un símbolo

La Generalitat estudia cinco proyectos para el futuro 'hub' audiovisual de las Tres Xemeneies del Besòs

El Govern elegirá uno de los diseños preseleccionados antes de que acabe 2024 para invertir 43,8 millones de euros en convertir la nave de turbinas de la antigua central térmica, reabierta por el festival Manifesta e imán de visitantes

El AMB busca cómo proteger el futuro barrio de las Tres Xemeneies de inundaciones y temporales

Las Tres Xemeneies y la nave de turbinas, abierta por el festival Manifesta, en Sant Adrià de Besòs.

Las Tres Xemeneies y la nave de turbinas, abierta por el festival Manifesta, en Sant Adrià de Besòs. / FERRAN NADEU

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

Sant Adrià de Besòs
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Un peregrinaje inaudito hacia el Besòs ha germinado en las últimas semanas. Más de 46.000 personas han acudido desde principios de septiembre a la nave de turbinas de la desmantelada central térmica de las Tres Xemeneies, en Sant Adrià, reabiertas 13 años después de clausurarse para ser uno de los lugares del área metropolitana de Barcelona que alojan la bienal de pensamiento y arte contemporáneo Manifesta. La mitad de las visitas que el festival ha conseguido entre las 14 sedes elegidas se han registrado en la sala de máquinas de la planta eléctrica. La excepcional ocasión para adentrarse en el monumental complejo antecede a la operación urbanística para revivificar la fábrica y poblar su contorno, unos solares junto al mar que pertenecen a Endesa y la inmobiliaria Metrovacesa, controlada por el Banco Santander.

La Generalitat pregona desde hace años una gran remodelación en las chimeneas y su entorno. Debe conjugar un complejo empresarial llamado Catalunya Media City, dedicado al sector audiovisual, y la construcción de un barrio con 1.783 viviendas, oficinas y plazas de hotel. Los plazos para edificar en la zona deshabitada son todavía inciertos y para nada inmediatos. No obstante, la transformación que abarca 32 hectáreas sí está tomando impulso concretándose por el flanco de la nave de turbinas, exhibida al gran público como anticipo de la futura apertura como sede del llamado Hub Audiovisual, Digital y del Videojuego. 

Desde mayo, el Departament de Cultura busca un proyecto para el inmueble anexo a las chimeneas, del que la Generalitat se apropió hace un año. Se lo quedó sin coste tras un acuerdo con Front Marítim del Besòs, la sociedad que representa los intereses inmobiliarios de Endesa y Metrovacesa. A cambio, el Govern asume el mantenimiento del edificio -las grietas, las humedades y los desconchados en el hormigón quedan a la vista de los espectadores del Manifesta- y las obras para adaptarlo, restaurarlo y ampliarlo como núcleo de la ciudad del audiovisual que atisba. La reforma de la nave se presupuesta en 43,8 millones de euros y la conselleria tiene cinco propuestas sobre la mesa para reocuparla.  

Concurso concurrido

Los diseños superaron en septiembre el primer corte del concurso convocado por Cultura. Se presentaron 26 candidatos, con ideas para rehabilitar el antiguo inmueble industrial de 22.652,56 metros cuadrados y agrandarlo casi 13.000 más. 

Los preseleccionados obtuvieron las notas más altas en la ronda preliminar. Ordenados de más a menos puntuación obtenida en la primera evaluación, los proyectos que han alcanzado la fase final se llaman ‘Un bosc al mar’, ‘E la nave va’, ‘Anvers i revers’, ‘Llanterna Màgica’ y ‘Frenesí’. Poco más se sabe. Tras cada nombre se ocultan despachos de arquitectura que se mantienen bajo anonimato, para no influir en la decisión del jurado, cuya composición tampoco se ha desvelado. 

Tras recibir apreciaciones y sugerencias de mejoras del tribunal, los finalistas se volverán a someter a examen en una deliberación definitiva. El resultado no determinará qué candidatura se impone, pero sí cuál parte con ventaja en una elección en que también se pondera la oferta económica, la reducción en los plazos para ejecutar las obras o el equipo de expertos del proyecto. Fuentes partícipes del proceso explican que el propósito es que se designe a un ganador antes de que acabe 2024.  

El interior de la nave de turbinas, reabierto por el festival Manifesta, en Sant Adrià de Besòs.

El interior de la nave de turbinas, reabierto por el festival Manifesta, en Sant Adrià de Besòs. / FERRAN NADEU

Cultura no ha revelado en qué consisten las propuestas que se disputan el contrato, por el que el departamento abonará 5,97 millones de euros como máximo. Las condiciones del concurso conciben la nave de turbinas como un centro de producción, formación y exhibición audiovisual que aspire a ser una “referencia a escala mundial”. De acuerdo a las bases de la conselleria, el recinto ha de encajar unos 800 metros cuadrados de platós de grandes dimensiones y más de 1.500 para laboratorios, estudios de grabación y salas de postproducción. 

También se prevén unos 3.815 metros cuadrados para formación universitaria, con unos 700 estudiantes, y otros 2.940 para 1.200 alumnos de ciclos formativos. A su vez, se incluyen unos 400 metros cuadrados para una sala inmersiva y reserva los 5.663 metros cuadrados de la tercera planta para eventos, conciertos, exposiciones, rodajes o “proyecciones espectaculares y en gran formato”, con un aforo de 1.500 a 4.000 personas. 

Recreaciones

Las imágenes virtuales de los diseños no han visto la luz, pero existen. El jurado ha cribado las propuestas en base a planos y recreaciones, descartando las que no se ceñían a los requisitos y considerando criterios como la adecuación de los exteriores o el acceso a espacios abiertos al público.  

“Falta transparencia", reprocha Roger Hoyos, miembro de la Plataforma per a la Conservació de les Tres Xemeneies. "El departament se comprometió a presentar el plan funcional de los nuevos usos de la central a los vecinos y no lo ha hecho”, critica. La entidad ha secundado el contencioso que reclama anular el Plan Director Urbanístico (PDU) que la Generalitat ha trazado.

Otro criterio de elección ha sido el respeto al patrimonio. La plataforma que abogó por salvar las chimeneas cree que ese aspecto se ha despreciado. “Ampliar la nave de turbinas es contrario a sus valores patrimoniales y no se menciona que deba haber un espacio de memoria que explique el edificio y por qué se ha conservado”, lamenta Hoyos.

La remodelación de la nave se prolongará unos 20 meses, sin una fecha clara de inicio. Fuentes consultadas calculan que los trámites previos a encargar las obras se alargarán entre un año y un año y medio. Toda la metamorfosis en torno a la térmica se fía a plazos largos y sujetos a posibles vaivenes. No se espera hasta finales de 2026 que los solares comiencen a urbanizarse. La edificación completa tardaría cinco o seis años más, según el PDU. En los despachos se trabaja con la idea de que todo esté acabado hacia 2030. No obstante, algunos implicados admiten que se va muy justo para cumplir el objetivo.

Cuando el Manifesta termine en noviembre, la nave quedará de nuevo en desuso, tras invertirse 1,96 millones -más 108.087,83 euros de obras imprevistas- para reabrirla. El Ayuntamiento de Sant Adrià pide al Govern que no cierre el recinto y le dé uso al menos hasta que empiece a restaurarse. “Sería una pérdida importantísima. Se ha demostrado que atrae interés”, advierte Hoyos.

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