Movilidad

Siete de cada diez motos eléctricas del sistema compartido metropolitano estarán en Barcelona

El servicio de 'sharing', con casi 10.000 motocicletas, queda en manos de cinco empresas, con lo que se evita la dispersión de compañías que hizo que el invento no terminara de despuntar en la capital catalana

El 'sharing' de bicis y motos en Barcelona llega a su ocaso tras perder el 67% de las licencias en cuatro años

Una moto de Cooltra circula por el paseo de Gràcia, en marzo

Una moto de Cooltra circula por el paseo de Gràcia, en marzo / Zowy Voeten

Carlos Márquez Daniel
Manuel Arenas
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El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) es un buen campo de pruebas para aplicar aquello de "fets, no paraules" que hizo célebre el president Jose Montilla. Porque una cosa es la teoría política, u otra muy distinta, que los 36 municipios que forman el ente le cedan competencias para aplicar estrategias comunes que incidan en la vida de los ciudadanos. Eso es precisamente lo que está a punto de suceder con el proyecto de moto compartida que este diario ya les avanzó el pasado 13 de marzo. El proyecto arrancará en ocho municipios que se repartirán un total de 9.950 motos. Será, sin embargo, una adjudicación un tanto desigual, ya que Barcelona se queda con el 73% y Sant Adrià de Besòs, por citar un ejemplo, el 1,56%.

Serán cinco las empresas que compartirán el pastel: Hori Rides, Yego, Cooltra, Go Sharing y Acciona. El número de postulantes era uno de los principales temores del AMB, pues existía la posibilidad de que sucediera lo mismo que pasó en Barcelona en 2020, cuando se repartieron cerca de 11.000 permisos a 12 empresas de 'motosharing' y a siete de 'bicisharing'. En marzo, a pocos meses de que venciera la concesión, en julio de 2024, solo sobrevivían cuatro 'apps' de motos y otras cuatro de bicicletas. Con un 67% menos de licencias activas: 2.529 de motos y 2.185 de bicicletas. Así las cosas, Barcelona multiplicará por tres la oferta de moto eléctrica compartida de los últimos tiempos, con una flota total de 7.239 motos.

Una moto de Yego, junto a un taxi, circula por el paseo de Gràcia, este martes

Una moto de Yego, junto a un taxi, circula por el paseo de Gràcia, este martes / Zowy Voeten

Las condiciones impuestas por el ente metropolitano, sin embargo, dejó en la cuneta a muchos aspirantes, de manera que han llegado hasta el final empresas que o bien ya operaban en la capital catalana o bien han podido demostrar una solvencia que acredite que pueden sacar el plan adelante. El 1 de marzo de este año, sin ir más lejos, cerró el chiringuito Seat Mó, que dejo en 'stand by' una flota de 632 vehículos. También se quedaron por el camino Avant, Respiro, Oiz o Scoot. Ninguna de ellas está entre las nuevas concesionarias metropolitanas.

Los municipios afortunados son, además de Barcelona, L'Hospitalet de Llobregat (1.070 motos, el 10,75% del total), Esplugues (154, el 1,56%), Sant Feliu de Llobregat (77, el 0,78%), Sant Just Desvern (67, el 0,68), Badalona (826, el 8,3% de la flota), Sant Adrià de Besòs (154, el 1,56%), y Santa Coloma de Gramenet (363, el 3,64%).

Por fases

En el documento hecho público en el mes de marzo, las bases reguladoras de la licitación, aparecían 10 municipios y 15.000 motos, pero ya quedaba contemplada la posibilidad de que se hiciera de manera escalonada. En aquella lista también aparecían Cornellà y Sant Joan Despí, que por ahora han quedado fuera de esta primera convocatoria. También con la bici compartida, el AMBici, la expansión se hizo por fases. Las credenciales, que no podrán ser transferidas entre operadores, tendrán una vigencia de dos años, con opción a una prórroga de dos más.

Moto de Acciona, por el Eixample, este martes

Moto de Acciona, por el Eixample, a mediados de marzo / Zowy Voeten

Las motos podrán moverse y aparcar con libertad en las ocho ciudades agraciadas, es decir, que un usuario podrá coger una en Badalona, cruzar todo Barcelona y dejarla en Sant Joan Despí. Las empresas, según establecen las bases, deberán pagar dos tasas: una al AMB y otra al ayuntamiento al que estén asociadas las motos. Por ahora, solo Barcelona tiene aprobado, desde noviembre de 2018, un impuesto de 71 euros por cada vehículo de 'sharing', pero lo más probable es que el resto de consistorios hagan lo propio. Basta con que lleven la propuesta a sus plenos municipales, que la votación sea favorable y que añadan la tasa a sus ordenanzas fiscales. Terminados los trámites burocráticos, bienvenida moto compartida metropolitana.

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