La plaza Sant Jaume de Barcelona vibra con una diada histórica castellera de la Mercè que desafía a la lluvia

Con la vista puesta en el cielo, la plaza de Sant Jaume de Barcelona se ha llenado en un santiamén este domingo por la mañana. El motivo era ver de cerca la diada histórica castellera de la Mercè, también conocida como la diada de 'colles' invitadas, que ha desafiado a la lluvia y ha podido celebrarse a pesar de la amenaza de lluvias intensas este domingo.

No todos esperaban la cita. A algunos les ha pillado por sorpresa. Una pareja haciéndose lugar con maletas en la mano intentaba cruzar la plaza, otros todavía desayunando con un bocadillo y un café en mano, mientras los turistas probaban de hacerse una foto en la que era prácticamente imposible que nadie se cruzara en ella. Amigas se saludaban de un lado a otro de la plaza sin poder encontrarse por la gente que había alrededor en un ambiente festivo, agradable y tranquilo.

Mientras, els Castellers de Barcelona -la 'colla' de la ciudad y desde hace años anfitriones de la diada histórica castellera-, los Minyons de Terrassa y los Joves Xiquets de Valls esperaban su momento desde la plaza de Sant Jaume rezando porque la lluvia que caía sobre las 11 horas diera una tregua y no se cumpliera la amenaza de tormentas.

Para los castellers, la Mercè es una de las fechas más importantes en el calendario, pero este año se les ha presentado el inconveniente de la lluvia. No sólo estaba previsto que lloviera durante todo el día, sino que el Servei Meteorològic de Catalunya ha activado para hoy un aviso: el riesgo de que lo haga con una intensidad máxima de más de 20 litros por metro cuadrado en 30 minutos es moderado. Además, se ha mantenido una buena temperatura para una jornada como esta, con grados oscilando entre los 19 °C y los 24 °C.

En cualquier caso, los castellers han conseguido ser los auténticos protagonistas. El martes, día de la Mercè, será el día grande en que actuarán en la plaza de Sant Jaume todas las 'colles' de Barcelona, pero este domingo a las 12 horas las 'colles' invitadas, han buscado sorprender en esta primera cita castellera de las fiestas.

Collboni disfruta de la diada

El sonido de las grallas amenizaba el ambiente en la plaza Sant Jaume mientras la colla castellera de Barcelona se exhibía con una actuación en el escenario instalado ante el Ayuntamiento. Los más afortunados habían conseguido sitio en primera fila y los que lo presenciaban desde los balcones de los edificios que dan a la plaza contaban con una vista privilegiada.

Los que también han tenido buena visión de la diada ha sido el alcalde, Jaume Collboni, que la ha presenciado desde el balcón principal del Ayuntamiento. También han acudido los tenientes de alcalde Laia Bonet, Albert Batlle y Jordi Valls, además de concejales de diferentes grupos políticos, como la líder de ERC, Elisenda Alamany; los concejales de BComú Pau González y Jéssica Gonzalez, y el del PP Victor Martí de Villasante.

A las 12 ya no cabía un alma en la plaza. Miles de personas con móviles alzados aplaudían y vitoreaban a la vez cuando han entrado los primeros castells. El silencio imperaba a cada castell que se alzaba. Solo se escuchaba el sonido de las grallas de fondo. La concentración de los castellers ante la mirada atenta de los asistentes únicamente se rompía con la gran ovación del público cuando desmontaban el castell.

En el interior del Ayuntamiento, se saludaban los concejales de los diferentes grupos políticos, que han aprovechado para, en algún caso, enseñar el consistorio a sus familias, que también han podido presenciar los castells desde el balcón. Niños correteaban por las diferentes salas del Ayuntamiento, y hasta alguno se ha podido hacer una foto sentado en el trono del alcalde en el salón de plenos.

Hacia la hora de comer la plaza se ha ido vaciando mientras continuaban alzándose los últimos castells ante la mirada curiosa de la gente que lo seguía atentamente y de los que le cogía de paso.

Control de acceso

La Guardia Urbana ha controlado el acceso a la plaza y lo ha limitado para evitar posibles riesgos por la alta concentración de personas. Personal auxiliar e informadores han regulado el flujo de personas y han cerrado el acceso una vez alcanzado el aforo máximo permitido. Lo han hecho en la calle Jaume I, justo a la salida del Metro. Igualmente, con señalización y vallas en las calles adyacentes han guiado a los asistentes para facilitar la movilidad por la zona.