Barcelona cierra un verano con hoteles menos llenos tras encarecer precios: 195 euros de media por noche

El verano de 2024 se despedirá pronto sin récord de visitantes alojados, pero con los precios medios más altos pagados hasta la fecha por dormir en ese periodo en los hoteles de Barcelona. En concreto, la ocupación en los meses de julio y agosto ha sido del 85% (3,9 puntos por debajo del año pasado) con una tarifa media por habitación de 195,1 euros (10,9 más que en 2023). Ese saldo lleva a pensar al sector en una mejora cualitativa de turismo alojado en la ciudad, como viene sucediendo en los dos últimos años. Especialmente si se compara con la prepandemia, ya que desde 2019 el incremento ha sido de casi 50 euros.

En concreto, la ciudad ha tenido 45.000 pernoctaciones menos que el verano pasado, y 60.000 por debajo que en el 2019. Una situación que no preocupa al sector porque la ocupación acumulada en el año sí se mantiene estable, con otras tipologías más interesantes de viajero que el de sol y playa. Es más, septiembre, cuando regresa la actividad congresual, tiene previsiones de ocupación y precios por encima de 2023.

Para el presidente del Gremi d'Hotels de Barcelona, Jordi Clos, el balance del año está siendo "muy positivo". Mantiene que el perfil de viajero internacional "de alto poder adquisitivo" vinculado al segmento de negocios, deportes y cultura “propicia" esa mayor calidad, en la dirección que ansían tanto la patronal, como Turismo de Barcelona y el ayuntamiento.

A simple vista, muchos ciudadanos habrán sentido que la ciudad estaba a rebosar de visitantes. Que la presión aumentaba en las zonas calientes. Que Ciutat Vella era un frenético hormiguero. Pero las cifras de ocupación (con datos de hoteles y de edificios completos de apartamentos turísticos) revelan una menor presencia de viajeros pernoctando. Y sugieren que en verano la posible indigestión turística no se debe tanto a quienes eligen la capital catalana para alojarse, como a los millones de excursionistas que se alojan en destinos cercanos de la costa pero llegan a Barcelona para pasar unas horas y recorrer los puntos turísticos, con un mínimo impacto en la economía local. El gremio no cuenta con datos al respecto, pero sí defiende que el perfil de sus huéspedes "ha mejorado" con el incremento continuado de precios.

Las cifras están estabilizadas en cuanto a los volúmenes acumulados desde enero. Clos ha desgranado que el acumulado de los primeros ocho meses del año dibujan una ocupación media del 82,1% (0,5 puntos menos). Un dato global que, frente al descenso en la temporada alta, implica que el resto del año se ha producido un cierto crecimiento. Es decir, en momentos en que el motor han sido ferias, congresos y viajes profesionales, y no solo turistas vacacionales.

De nuevo, los precios medios acumulados por una noche de hotel representan un auge importante para el sector, al fijarse en 190,2 euros, que son 16,6 más respecto al mismo periodo de 2023.

Buenas perspectivas

El representante de los hoteleros, ha destacado que hasta final de año la Fira tiene contratados unos 35 eventos, que refuerzan la posición de Barcelona en el ámbito de ferias y congresos. Actualmente es la número uno en cifra de delegados en grandes citas internacionales.

Además, como ejemplos de buenos fichajes hasta 2025 ha destacado nuevos encuentros profesionales como el ICE(de 'gaming') que traerá a principios de año unos 40.000 asistentes de 150 países, Vitafoods sumará 22.000 y Label Expo unas 35.000 personas.

En cambio, la Copa América está teniendo un mayor impacto en cuanto a "imagen, escaparate y posicionamiento" internacional desde la televisión, que presencial. En este último caso, los más beneficiados están siendo los hoteles del litoral.

En cualquier caso, Clos defiende que la buena dinámica de la actividad turística, cultural y MICE fortalece a la marca Barcelona y "propicia el desarrollo económico y social de Barcelona y la generación de oportunidades" para los barceloneses.

Seguridad y tasa turística

El hotelero ha subrayado que los problemas de delincuencia que viven ciudades como Barcelona y Madrid afectan al turismo pero no son la razón del descenso de afluencia estival, que vincula al incremento de precios que ha filtrado a ciertos perfiles de visitante. Ha apuntado que la solución en estos momentos no pasa por los recursos policiales sino por cambios legislativos que penalicen la reincidencia.

Tampoco ayuda a la ciudad la tasa turística, que el consistorio incrementará en los próximos meses en la parte del recargo municipal, y que además quiere aumentar en el futuro. El director de la patronal, Manel Casals, ha señalado que cualquier cambio desde el Govern sobre la tasa debe contemplar a otros sectores más allá del alojamiento, en referencia a los excursionistas que llenan la ciudad sin repercusión económica. Consideran que el viajero que pernocta en la ciudad ya asume un gravamen suficiente, que alcanza los 6,75 euros en estos momentos.