Futura remodelación
Barcelona halla tres toneladas de amianto por retirar en el Taller Masriera, pendiente de reapertura
El Ayuntamiento confía en que el material se extraiga de aquí a finales de 2024, antes de que el edificio encare las obras para que una biblioteca y un ateneo teatral convivan bajo el mismo techo
Menos del 3% de los municipios catalanes tienen planificado cuándo retirará el amianto

La fachada del Taller Masriera, en la calle Bailèn, en Barcelona. / JOAN PUIG


Jordi Ribalaygue
Jordi RibalayguePeriodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
El Taller Masriera, la sugestiva réplica lóbrega de un santuario clásico en el Eixample, despertará del letargo en los próximos años. El edificio, levantado en 1882 y en desuso desde 2009, ha mudado de piel a lo largo de más de un siglo: inspirado en el Templo de Augusto de Barcelona y la Maison Carrée de Nimes, empezó siendo estudio de pintura, escultura y orfebrería, albergó la colección de arte de la familia Masriera, alojó el teatro Studium -las butacas y el escenario aún se conservan- y se convirtió en convento antes de cerrar, aunque ha seguido atendiendo visitas guiadas.
El distrito y una plataforma vecinal de la Dreta de l’Eixample discutieron si el Taller Masriera debía ser la nueva sede de la biblioteca Sofia Barat o un ateneo de barrio que recobre el escenario teatral. Al final, ambos usos convivirán en el espacio, de unos 2.000 metros cuadrados. Por ahora, el Ayuntamiento ha convocado el concurso para hallar cómo encajarlo todo bajo el mismo techo. Debe resolverse durante el primer semestre de 2025. En cualquier caso, antes de remodelar el inmueble será necesario extirpar el amianto que acumula en grandes cantidades.
En paralelo a la búsqueda de un diseño arquitectónico que revivifique el Taller Masriera, el consistorio rastrea una empresa que retire las 3,3 toneladas de amianto identificadas. Están extendidas en 724 metros cuadrados del edificio neoclásico, desde el jardín de la entrada al tejado y a lo largo de las cuatro plantas. El Ayuntamiento ha sacado el contrato a licitación, con la previsión de que el gasto no supere los 72.529,41 euros, IVA añadido. El presupuesto contabiliza el desmontaje del componente, la restitución de volúmenes allí donde el material se arranque y el traslado de los desechos a un vertedero controlado, sin incluir la sustitución por piezas inocuas.
Tóxico al envejecer
El amianto resulta nocivo cuando envejece, se deteriora y desprende polvo. Ocurre ya con la inmensa mayoría del material que sigue instalado, que se prohíbe vender en España desde 2002. El mineral tóxico es capaz de provocar enfermedades crónicas en los pulmones y la pleura, así como el mesotelioma, un cáncer incurable que acorta la vida a apenas un año cuando se manifiesta. Las afecciones tardan décadas en aparecer, sin que exista un umbral de exposición a la sustancia exento de riesgo.
La Unión Europea -así como la ley de residuos española y el borrador de ley sobre amianto de Catalunya- fijan que todos los edificios públicos deben desprenderse del elemento de aquí a 2028 y el resto de edificios, antes de 2032. El Ayuntamiento indica que, en el caso del desamiantado del Taller Masriera, “el objetivo es poder ejecutar la obra antes de final de año”.
El cronograma que figura en la memoria de la licitación marca que el amianto se habrá eliminado del todo hacia primeros de enero. La compañía adjudicataria cuenta con 90 días desde que se firme el contrato para completar la tarea, sin opción a prórroga. Primero tendrá que redactar un plan de trabajo, imprescindible para manipular y extraer la sustancia con garantías de que las fibras nocivas no se dispersarán, a riesgo de que los vecinos las aspiren. La Generalitat tendrá que validarlo para que los operarios empiecen las labores.

El escenario del teatro Studium, dentro del Taller Masriera, en Barcelona. / JORDI COTRINA
Del techo a las jardineras
Se calcula que la obra se efectúe en 34 días. Según la planificación, podría comenzar a mediados de noviembre. El horario será de 08.00 a 20.00 horas, de lunes a viernes. Será necesario confinar el perímetro con una valla de un metro de altura o, “si se cree oportuno”, se elevará a dos metros, “forrada de tela o malla para evitar las molestias de polvo y proyecciones” en el entorno, señala la memoria.
La documentación del proyecto recuerda que el Taller Masriera ha sido objeto de “numerosas ampliaciones y modificaciones” a lo largo de su existencia. Las reformas a que fue sometido explican por qué un edificio decimonónico concentra amianto, expandido por la construcción durante el siglo XX.
El componente fue detectado en comprobaciones en el inmueble en 2021 y análisis efectuados en 2022. Los techos están montados con las características placas onduladas de fibrocemento, por lo que se tendrán que cambiar. También se ha apreciado riesgo alto por amianto en bajantes, chimeneas y conductos de extracción de humo, sombreretes de chimenea, tubos de ventilación, desagües, jardineras, depósitos de agua, trozos de asbesto diseminados por las cubiertas, una barandilla y piezas localizadas en el escenario teatral, un armario, la caldera, el montacargas y el sistema de calefacción y climatización.
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