En Sarrià
El Supremo decidirá si autoriza o impide la construcción de pisos de lujo en una masía protegida de Barcelona
El Ayuntamiento asegura que la inmobiliaria Corp ha recurrido contra la sentencia que anula el plan urbanístico que ampara las obras en Can Raventós
El TSJC frena la construcción de pisos de lujo en el jardín de una masía protegida de Sarrià

Un cartel de la promoción de pisos en la masía de Can Raventós, en el barrio de Sarrià, en Barcelona. / JORDI OTIX


Jordi Ribalaygue
Jordi RibalayguePeriodista
Periodista especializado en información local de Barcelona y el área metropolitana. Ha trabajado en El Mundo, EFE, Público, Ara, Tot Barcelona y medios locales de Sant Adrià de Besòs y Badalona. Ha colaborado en la redacción del libro 'Objectiu Venus', sobre el barrio de La Mina.
La construcción de 49 pisos de lujo en una de las últimas masías intactas del barrio de Sarrià, en Barcelona, toma camino hacia Madrid para resolver su suerte. En mayo pasado, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) anuló el plan del Ayuntamiento de Barcelona que amparó la tala de 22 árboles para edificar sobre el jardín de Can Raventós y compartimentar el interior de la finca decimonónica para habilitarla con varios domicilios. La sentencia abortó el proyecto de facto, que arrasó la vegetación de la finca sin que las viviendas llegaran a levantarse. No obstante, el promotor de los apartamentos ha recurrido ante el Tribunal Supremo para tratar de retomar las obras, paralizadas desde octubre pasado y a las que el tejido vecinal de Sarrià se opone.
La inmobiliaria Corp, que empezó a aplanar el terreno en agosto de 2023, ha interpuesto un recurso de casación contra el fallo del TSJC, según informa el distrito de Sarrià-Sant Gervasi a EL PERIÓDICO. Meses atrás, Corp ofertó los primeros 15 pisos de la promoción, pendientes de ser levantados y tasados en precios que fluctuaban entre 842.000 y 2,1 millones de euros. Por ahora, a la plataforma Defensem Can Raventós -que ha sostenido las protestas contra el plan constructor- no le consta el recurso al que el Ayuntamiento se refiere. El movimiento vecinal interpuso un escrito días atrás en el TSJC en que solicita que la resolución se declare firme.
De este modo, se prolonga la intriga sobre qué acabará ocurriendo con la masía de Sarrià, protagonista de un dilatado pulso judicial. La Asociación Vecinal de Sarrià y Defensem Can Raventós promovieron un contencioso en 2021, después de que Barcelona en Comú, el PSC y Barcelona pel Canvi -el grupo municipal que Manuel Valls encabezó- aprobasen el plan urbanístico en 2020 para edificar en la masía.
Después de tres años de espera, el TSJC concluyó que es "incuestionable" que el acuerdo consagrado en el consistorio "infringe determinaciones de planeamiento superior" y "no se ajusta a su finalidad, que no es otra que la de revalorizar Can Raventós". Los jueces detectaron que el plan que avalaba la construcción en Can Raventós transgrede el catálogo de patrimonio histórico-artístico de Barcelona y el plan especial de protección del patrimonio arquitectónico en Sarrià-Sant Gervasi.

Pintadas contra el plan inmobiliario en Can Raventós y a favor de proteger su jardín en el barrio de Sarrià, en Barcelona. / JORDI OTIX
Jardín blindado
La resolución advirtió que no se respetaba la obligación de dejar una franja libre de jardín de unos 10 metros de ancho en torno a la masía, sino que se reducía a cuatro metros en parte de la edificación. También avisó que "no es posible ninguna intervención que interfiera o afecte" al jardín. En ese sentido, advertía que los aparcamientos subterráneos no eran permisibles, como los dos que se habían autorizado.
Defensem Can Raventós opinó que la sentencia era clara y rogó al Ayuntamiento que la acatase. En correspondencia, el gobierno municipal anunció que no recurriría. Para la plataforma, el proyecto inmobiliario es especulativo y perjudicial para Sarrià, por destrozar una parcela histórica.
El grupo vecinal aboga por recuperar el jardín para que recobre su aspecto y que el consistorio trate con Corp para efectuar una permuta que, al mismo tiempo que traslade la construcción de viviendas a otro espacio, permita que Can Raventós sea de titularidad pública. De conseguirlo, Defensem Can Raventós propone que la zona verde se abra al público y la casa aloje a entidades juveniles y culturales del barrio. El distrito se escuda en el recurso que el Supremo tendrá que dirimir para no respoder si ha instado a que el jardín se replante y si ha entablado negociaciones con la inmobiliaria.
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