Equipamiento público

Barcelona multa con 6.000 euros a la gestora del deteriorado centro deportivo de la Teixonera-Vall d’Hebron

El Ayuntamiento sanciona a la Fundación Marcet por incumplimiento de obligaciones formales, tras arreciar las quejas de clubes, deportistas y familias por los destrozos y los casos de insalubridad en el recinto municipal

Ratas y apagones en los partidos: las desventuras sin remedio en los campos de fútbol de Vall d’Hebron

Uno de los campos del complejo deportivo municipal de la Teixonera-Vall d'Hebron, en Barcelona.

Uno de los campos del complejo deportivo municipal de la Teixonera-Vall d'Hebron, en Barcelona. / ELISENDA PONS

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

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El Ayuntamiento de Barcelona ha multado con 6.000 euros a la concesionaria a la que confía el complejo deportivo municipal de la Teixonera-Vall d’Hebron. El consistorio castiga así a la Fundación Marcet, encargada de las instalaciones públicas situadas en el distrito de Horta-Guinardó desde 2019 y que ha cosechado críticas de clubes, deportistas amateurs y familias de menores que se amontonan para entrenar y competir en unos recintos maltrechos. El deterioro de las gradas y los campos de rugby y fútbol, la insalubridad y la ausencia de agua caliente en los vestuarios y la falta de mantenimiento se han hecho patentes en los últimos meses. El malestar precedió al ultimátum que el consistorio puso a la gestora a finales de 2023 para que solucionara los destrozos y la presencia de ratas.

Tras las protestas que empezaron a despuntar el pasado otoño, el consistorio anunció en febrero que iniciaba los trámites para sancionar a la Fundación Marcet. Anticipó entonces que la falta se clasifica como “muy grave” y que la penalización fluctuaría “entre los 1.000 y los 9.000 euros”. 

El Ayuntamiento acusa a la concesionaria de cometer “un incumplimiento de sus obligaciones formales”. Señala que “todavía no ha presentado la documentación que periódicamente está obligada a entregar”. El gobierno municipal reclamó informes regulares sobre el estado de conservación, limpieza y salubridad del centro. En febrero, advirtió que la fundación tenía pendiente presentar las auditorías económicas y técnicas que se exigen cada dos años. Ahora, la sanción administrativa ya es firme. 

Algunos de quienes suelen acudir al CEM Teixonera-Vall d'Hebron juzgan que la amonestación a la gestora es demasiado baja. “Incumplir sale muy rentable. La multa equivale a unos 100 euros por cada mes que lleva con la instalación”, calcula uno de los padres que frecuenta el recinto.

Obras en verano

Por otro lado, el gobierno municipal anuncia que el césped de uno de los dos campos de fútbol del complejo se renovará este próximo verano. A finales del año pasado, el consistorio dio margen a la Fundación Marcet hasta junio para efectuar las “inversiones de mejora previstas en las instalaciones y a las cuales la entidad se comprometió”.  

Asimismo, el ejecutivo local se muestra satisfecho con la mejora del estado del equipamiento tras arreciar las quejas. Afirma que ha efectuado un “seguimiento intensivo” de los trabajos de urgencia que urgió a acometer para revertir la suciedad y la dejadez que entidades y usuarios evidenciaron. En ese sentido, el Ayuntamiento asegura que las labores “se han llevado a cabo tal como estaban previstas”. El consistorio indica que “ha habido una comunicación periódica con el gestor de la instalación” para comprobar que materializa “todas las actuaciones de mejora y mantenimiento necesarias”, así como para “asegurar que se cumplen las condiciones para la prestación del servicio”. 

Otro padre habitual en el CEM la Teixonera-Vall d’Hebron sostiene que “se ha hecho alguna cosa, pero no es suficiente". "No hay inversiones para el rugby y los vestuarios siguen estando mal. Continúa habiendo crispación”, observa. También lamenta que no se modifiquen horarios para que los equipos de fútbol y de rugby no tengan que hacinarse compartimentando los terrenos de juego para ejercitarse. “En limpieza, sí que van desbrozando, pero hace unos días había una rata muerta al lado del campo donde entrenan los niños”, destaca el mismo progenitor, que detecta que “el conflicto sigue abierto”.