Ingresos en auge

Qué cobran Barcelona y otras ciudades catalanas por los rodajes de películas y series

Catalunya, un plató en expansión

El Prat desbanca a L'Hospitalet como segunda ciudad con más rodajes de Catalunya

El auge de los rodajes da aire a las finanzas de los ayuntamientos en Catalunya

Rodaje de la serie 'El día de mañana', en Barcelona.

Rodaje de la serie 'El día de mañana', en Barcelona. / RICARD FADRIQUE

Àlex Rebollo
Jordi Ribalaygue
Gerardo Santos
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Grabar en una calle de Barcelona o en alguna de las demás localidades que albergan un número creciente de rodajes de películas y series no sale gratis, salvo si se cumple con los supuestos que cada municipio dispone para abaratar la tarifa o dispensar de pagarla. Tampoco existe homogeneidad en los importes a abonar: difieren según la población catalana que las productoras elijan para escenificar parte de la trama.

Por norma general, Barcelona cobra 600 euros por día y localización a grabaciones con finalidad lucrativa. El ayuntamiento descuenta un 90% del gravamen en los casos en que determine que la filmación y el producto resultante entrañen interés general.

En la mayoría de los consistorios consultados, el tributo no incluye la vigilancia del atrezo, ni los cortes de calle ni los demás servicios prestados por la policía local. En Barcelona, los equipos de grabación tienen que sufragar 61,37 euros por cada agente de la Guardia Urbana que se desplace en horario diurno y 65,40 euros por cada uno que acuda por la noche o en festivo para prestar apoyo durante las tareas de carga y descarga de material para decorados. 

De L’Hospitalet a Mataró

La tarifa es más asequible en L’Hospitalet de Llobregat, fijada en 361,86 euros por día. Se aproxima a la de Santa Coloma de Gramenet, que establece un pago de 378 euros por ocupación de vía pública a los rodajes de películas y anuncios. “Es necesario actualizar las tasas, porque son muy bajas”, concede el ayuntamiento, que indica que se autorizaron 13 rodajes en 2021 y 18 en 2022 en Santa Coloma.

En cambio, el precio se encarece en Badalona. El consistorio reclama 500 euros por el primer día de filmación y 778,05 euros diarios a partir de la segunda jornada de grabación. A los documentales se les exime de contribuir. El importe es aún más elevado en Sant Adrià de Besòs: 948,26 euros por día, excepto en casos sin ánimo de lucro y prácticas de estudiantes, como es criterio generalizado en las demás poblaciones consultadas. 

La tarifa base de Mataró se sitúa en 121 euros por jornada. A partir de dicha cantidad, la factura se completa sumando 20 céntimos por cada metro cuadrado que se ocupe de calle. Aparte, el servicio de vigilancia especial comporta un desembolso de 22,25 euros y el de conserje, de 18,15 euros.

Rodaje de un anuncio en el Eixample, en Barcelona.

Rodaje de un anuncio en el Eixample, en Barcelona. / ELISENDA PONS

A su vez, Mataró aplica importes especiales a los rodajes de anuncios en instalaciones deportivas que obliguen a suspender la actividad ordinaria: el ayuntamiento recaba 902,44 euros diarios por grabación en campos de fútbol de hierba, 1.255,61 euros en pistas cubiertas y 2.310,91 euros en polideportivos cubiertos y la piscina municipal. La capital del Maresme tiene pendiente de aprobar una propuesta de ordenanzas destinadas en exclusiva a la producción audiovisual.

De Terrassa a Sitges

Terrassa recauda 756,66 euros de las producciones audiovisuales por cada día que ocupen terreno municipal. En caso de escenarios en suelo no urbanizable, como un bosque, se abonan 112,23 euros. En cualquier caso, las ordenanzas fiscales permiten que la Terrassa Film Office proponga descuentos justificados a las filmaciones.

La tasa general por rodar en El Prat de Llobregat asciende a 632 euros por día, aunque el pago se anula si se cumple alguna de las condiciones que el ayuntamiento marca. El abono se cancela en caso de presentar un plan de sostenibilidad, en especial si se compromete a reducir la huella de carbono. También se suprime en el supuesto de dar proyección a la ciudad en la promoción del filme o contratar empresas del municipio, entre otros casos. Se descarga del desembolso a videoclips y cortos.

En Sitges, la tarifa oscila según dónde se localiza la escena y cuándo se graba. Un rodaje cinematográfico en la zona turística entre junio y septiembre se tasa en 429,82 euros al día de no requerirse mayor intervención, con un suplemento de 2,15 euros por cada metro cuadrado adicional en caso de superar los 250 m² de ocupación. Se eleva a 859,64 euros de tener que cortarse el tráfico y el paso de peatones, con 4,29 euros adicionales por cada metro cuadrado de más.

De tratarse de un ‘spot’, el Ayuntamiento de Sitges autoriza ocupar su núcleo más visitado a cambio de 716,37 euros por día, de no interrumpirse la circulación. El coste se redondea con 3,58 euros por cada metro cuadrado de más que se reclame a un espacio de 250 m². De solicitarse que no transiten vehículos ni viandantes, el precio es de 1.432,74 euros, con 7,15 euros por cada metro cuadrado de más ocupado.

Una criba para detectar guiones inapropiados

Los ayuntamientos se reservan cierto margen para estimar si es pertinente otorgar licencia a las producciones que aspiran a convertir parte de los municipios en escenario. Sant Adrià solicita una memoria explicativa previa sobre qué se filmará. En uno de sus barrios, el de La Mina, escoció el trauma de un rodaje estigmatizante como el de 'Perros callejeros', máximo exponente del cine quinqui de la Transición. 

“No se debe generalizar y decir que todos los rodajes estigmatizan. Todo depende del tratamiento y la finalidad. Se puede hacer con respeto y dar oportunidades a la gente del barrio”, alega el consistorio. El gobierno municipal no ve riesgo de que las grabaciones recientes que ha habido en La Mina -con presencia de artistas populares como C. Tangana o Mario Casas- reincidan en los clichés: "Explican historias que necesitan una localización, y algunos espacios del barrio son los adecuados para contextualizar esta historia. El espectador, cuando ve el filme, no está viendo una trama sobre La Mina, sino una historia filmada en unos espacios que podrían estar en muchas ciudades". 

Con circunstancias por completo diferentes, Sitges ha desestimado hace poco dar vía libre a un ‘spot’ más bien inapropiado en medio de la sequía. “Era un anuncio en que se quería simular que llovía. Comportaba que viniera un camión que arrojara agua para simular la lluvia. No nos pareció adecuado”, precisa el concejal Guillem Escolà. El edil lo pone como ejemplo del “pequeño control” que se ejerce para comprobar que las producciones “no son perjudiciales”.