Ingresos extra

El auge de los rodajes da aire a las finanzas de los ayuntamientos en Catalunya

Catalunya, un plató en expansión

El Prat desbanca a L'Hospitalet como segunda ciudad con más rodajes de Catalunya

Qué cobran Barcelona y otras ciudades catalanas por los rodajes de películas y series

Preparativos en la plaza Francesc Macià, en Barcelona, para el rodaje de la serie 'The Crown'.

Preparativos en la plaza Francesc Macià, en Barcelona, para el rodaje de la serie 'The Crown'. / JORDI OTIX

Àlex Rebollo
Jordi Ribalaygue
Gerardo Santos
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El auge de los rodajes en Catalunya ha espoleado a diversos ayuntamientos a abrir oficinas para captar producciones audiovisuales a las que ofrecer escenarios donde filmar. La proliferación de las llamadas ‘film comission’ locales -más de 230 poblaciones catalanas ponen localizaciones a disposición, señala la Generalitat- y la creación de tasas ‘ad hoc’ prueban que las grabaciones resultan golosas para los consistorios. Aun sin ser una de las fuentes más fecundas para las cuentas municipales, diferentes localidades reciben unos ingresos extra crecientes con el desembarco de equipos de películas, series y anuncios

Barcelona declara unos beneficios en ascenso con los rodajes, de los que acapara tres de cada cuatro que se efectúan en Catalunya. Los datos del Ayuntamiento plasman que, en tres años, la recaudación se ha incrementado casi un 9%: trepa de 493.518,63 euros en 2019 -justo antes del bajón de la pandemia- a 537.090,26 euros en 2022. 

El aumento pinta más abultado si se compara con 2015, cuando se liquidaron 331.546,29 euros: respecto a hace ocho años, la caja se engrosó un 62% en 2022. En total, se han pagado 3,45 millones en concepto de permisos de ocupación para filmaciones comerciales al Instituto Municipal de Hacienda de Barcelona entre 2015 y el primer trimestre de 2023. Durante los tres primeros meses del año, el consistorio logró 115.979,59 euros con las grabaciones.   

Más allá de la capital

La contribución de las productoras se ha ensanchado en una proporción aún mayor en otros puntos del área metropolitana y su entorno, aunque los ayuntamientos manifiestan ingresos más modestos que los de la capital. L’Hospitalet de Llobregat se ha embolsado un 114,7% más entre los 12.303,20 euros amasados con los rodajes en 2019 y los 26.415,80 del año pasado. En la misma línea, Badalona ha pasado de percibir 16.724,75 euros sufragados por las filmaciones en 2018 a 29.923,80 euros cuatro años más tarde: dista una diferencia de casi el 79%.  

En todo caso, los municipios que tratan de ser elegidos para la grabación de escenas resaltan que la rentabilidad no se limita a las finanzas de los ayuntamientos. Subrayan que otorgan visibilidad sin necesidad de costear una campaña publicitaria y réditos para el comercio local.

Sitges contabiliza un aumento del 104,23% en los pagos de productoras a propietarios, particulares y otros agentes privados de la localidad: se encaraman de 169.430 euros en 2021 a 346.020 en 2022. A su vez, el consistorio facturó un 111,59% más en tasas a equipos de grabación entre 2021 (36.919 euros) y el año pasado (78.118 euros).

“Los ingresos directos para el ayuntamiento aún no son elevados, pero repercuten mucho indirectamente”, sostiene el concejal de Promoción Económica de Sitges, Guillem Escolà. “Hay retorno cuando viene una producción con quizá 500 profesionales y se establece un mes. Son muchas noches de hotel, consumiciones en restaurantes, gasto en comercios… El salto lo notamos el año pasado, cuando empezaron a venir grandes plataformas, como Netflix, HBO o Disney, con series que han visitado diferentes lugares del mundo”, indica Escolà. 

Rodaje de una serie de TV3 junto al Hotel Vela, en Barcelona.

Rodaje de una serie de TV3 junto al Hotel Vela, en Barcelona. / JOAN CORTADELLAS

Sitges ha ampliado la quincena de localizaciones que su catálogo brindaba hace cuatro años a unas 80. “Hay cuota de mercado, con mucha demanda de espacios naturales, playa o espacios singulares”, enumera el edil. La población rozó las 200 licencias de grabación en 2022, un 70% más que la media del cuatrienio anterior al desplome del covid. Los permisos para rodar largometrajes se multiplicaron por seis entre los 11 concedidos en 2021 y los 67 del año pasado. Sitges -eminentemente turístico- estudia rentabilizar el gancho cinematográfico para seducir a viajeros “con visitas guiadas donde se hayan hecho rodajes importantes”, avanza Escolà.  

Descuentos como reclamo

El apogeo audiovisual en Catalunya no tiene siempre su reflejo en las finanzas municipales. A medida que se han hecho más frecuentes, los ayuntamientos han extendido las bonificaciones para fomentar la producción en su terreno. Sirva como muestra una de las grandes plazas del sector, Terrassa: aunque acogió 123 filmaciones en 2022 -por encima de cualquiera de los siete años precedentes-, los fondos obtenidos mediante uno de los tributos que el consistorio recabó en los sets de rodaje, el de vía pública, apenas varió. Permaneció estable en torno a los 6.000 euros tanto en 2021 como en 2022.  

La responsable de la Terrassa Film Office, Lucrecia Sánchez Chacón, explica que parte de los equipos se trasladan al Parc Audiovisual de la ciudad -albergó 52 grabaciones en 2022, el doble que el 2019-, con lo que se ahorran el importe de ocupar un espacio público. “Además, ahora se recoge nuestro criterio para valorar si conviene bonificar rodajes. Por ejemplo, no es lo mismo un proyecto amateur que el de un cliente potente”, distingue Sánchez, que recalca que también tramitan solicitudes para filmar en recintos en que se abona otro tipo de canon o un alquiler. “En casas particulares, es el propietario quien marca el precio y nosotros hacemos de puente con la productora”, comenta.  

El Ayuntamiento de El Prat de Llobregat -la segunda ciudad con más filmaciones en Catalunya- aplica exenciones a equipos de rodaje que se comprometan a tomar medidas de sostenibilidad, en especial para reducir la huella de carbono. También compensa a creadores locales, las producciones que contraten empresas del municipio y las que hagan mención a la localidad en la promoción del filme o la serie, entre otros supuestos. La población cosechó 24.525 euros en tasas en 2022.  

“Hay que tener en cuenta otros ingresos asociados a las producciones y que revierten en la economía de la ciudad: gastos asociados a la localización, indemnizaciones a particulares, comerciantes y contratación de proveedores locales, como alquiler de material, hostelería o servicios a la producción”, menciona la coordinadora de El Prat Film Office, Elena Torrent. Lo ejemplifica con el rodaje reciente del largometraje ‘La imatge permanent’, que desembolsó 19.000 euros a una empresa local por el ‘catering’.

El mismo énfasis ponen en Terrassa, donde las grandes coproducciones internacionales anidan con más asiduidad tras el marasmo pandémico. “Los rodajes hacen uso del comercio y fábricas locales para comprar madera, alfombras, telas u otro material para decorados. Generan una retahíla de inversiones en taxis, hoteles, ‘celebrities’ que se hospedan, empresas de ‘catering’… Asesoramos para intentar que se contrate a empresas de la ciudad”, cierra Sánchez.

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