Elecciones municipales

Movilidad, urbanismo y vivienda: ¿en qué se diferenciarían el alcalde Trias del alcalde Collboni?

El paseo de las Aigües, el sueño incompleto de Maragall

20 cosas que no sabías de Xavier Trias

Jaume Collboni (PSC) propone recuperar 30 interiores de manzana en ocho años

Barcelona entrará en 2023 con 30 radares de velocidad operativos

trias collboni

trias collboni / Ferran Nadeu

Carlos Márquez Daniel

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Vaya por delante que un programa electoral es una declaración de intenciones no vinculante. Por muy concreto que sea, y suele serlo, no es más que una guía. O si lo desean, un documento con el que, cuatro años después, sacarle los colores al vencedor cuando es la hora de hacer balance. A no ser que las cosas cambien mucho, en Barcelona la cosa está entre Xavier Trias, ganador de las elecciones con 11 concejales, y Jaume Collboni, segundo con 10 sillas en el pleno municipal. Si no prosperan las reclamaciones, Ada Colau se mantendrá como tercera fuerza y nueve ediles. Así las cosas, a día de hoy los candidatos de Junts y del PSC son los que más opciones tienen de gobernar la capital catalana (mejor lo tiene el exalcalde, las cosas como son). Lo que aquí sigue es una comparativa de algunas de las propuestas más importantes en materia de movilidad, urbanismo y vivienda. No esperen dos visiones opuestas de la ciudad. Aunque no lo crean, todos se parecen más de lo que aparentan, pero lo que cotiza es hacer ver lo contrario.

Ambos programas electorales dedican unos apuntes obligados a materias en las que el Ayuntamiento de Barcelona no tiene competencias pero sí es parte interesada. Tanto Trias como Collboni, con distinto tono político. Mientras el PSC habla de "Seguir trabajando con el gobierno del Estado y de la Generalitat en la mejora y despliegue del conjunto de la red de Rodalies que vertebra el territorio metropolitano", Junts da un paso y barre para casa: "Lideraremos la exigencia del traspaso de Rodalies a la Generalitat de Catalunya con la financiación necesaria para garantizar un sistema eficiente".

Curiosamente, la firmeza cambia de balcón cuando se trata de la línea 9 de metro. Ahí es donde Collboni exige al Govern el fin de las obras y Trias promete "velar" por que se complete y se ponga en funcionamiento el tramo central del ramal. Puede que tenga algo que ver el hecho de llevar en la llista a Damià Calvet, 'exconseller' de Territori que en su momento, porque va con el cargo, era el máximo responsable del proyecto. Pero vayamos a lo concreto.

Tranvía en vía muerta

Es seguramente el punto de programa en el que más difieren socialistas y neoconvergentes. El PSC promete finalizar la conexión del tranvía "por la avenida de la Diagonal", mientras que Trias asegura que no ejecutará la segunda fase, la que va de Verdaguer hasta Francesc Macià, y a cambio pondrá en funcionamiento la <strong>no nata línea D30</strong> de la red ortogonal, la que en su momento se pensó que podía atravesar toda la Diagonal de Barcelona. Junts habla de "autobuses sostenibles de alta capacidad", algo que el exalcalde ya defendía en su etapa al frente del consistorio pero no tuvo tiempo de llevar a cabo con la irrupción de Colau en 2015.

Sucede, y no es cosa menor, que Collboni ha enmendado su propio programa durante la campaña, hasta el punto de afirmar que la conexión quizás no debería finalizarse en el siguiente mandato, porque antes, defendió el alcaldable del PSC, la ciudad debe asumir y adaptarse a todas las obras que hoy están en marcha. Es decir, está a favor de que las vías conecten el Trambaix y el Trambesòs, pero tampoco hay que correr.

Siguiendo el hilo del tranvía, en lo que sí están de acuerdo ambos partidos es en la <strong>recuperación del Tramvia Blau,</strong> que realizó su último viaje en febrero de 2018, hace ya más de cinco años.

La marquesina de la parada de tranvía de Sicília, este lunes

La marquesina de la parada de tranvía de Sicília / Ferran Nadeu

¿Motos en las aceras?

A Trias se le lanzaron al cuello cuando en un acto dijo que Barcelona "es una ciudad de motos". Lo cierto es que tenía razón. Pero también es una ciudad de coches, de bicis, de taxis, de patinetes y, sobre todo, de peatones. Como 'rival' más débil en la jungla urbana, los viandantes son como las mujeres y los niños en las pelis antiguas: los primeros que deben protegerse. En su programa, Junts promete explícitamente "<strong>bajar a la calzada motos y bicis</strong>" y una "mejor gestión del aparcamiento que permitirá liberar progresivamente las aceras".

El PSC no van tan lejos, y dentro de un "plan del peatón" --agárrense fuerte cuando un político le pone el prefijo 'plan de' a un proyecto- avanza su voluntad de "liberar de obstáculos las aceras". Eso sí, el programa socialista -más concreto a la hora de desarrollar ideas- se obliga a pintar 20.000 nuevas plazas de moto en calzada, para así poder acariciar la cifra de 100.000. Trias también habla de pintar más huecos para motocicletas en el asfalto, pero sin concretar.

Con darse una vuelta basta para darse cuenta de que <strong>la normativa no se cumple</strong>. Un ejemplo: todas las motos del Eixample deberían estar aparcadas en paralelo a la calzada porque la acera no llega a los seis metros de ancho.

Motos aparcadas en calzada, en la calle Aragó de Barcelona

Motos aparcadas en calzada, en la calle Aragó de Barcelona / Zowy Voeten

Electrificación de las flotas

Trias solía decir, en su etapa de alcalde, que en Barcelona no sobran coches, que lo que sí sucede es que deberían ser eléctricos. Hacía referencia a las emisiones contaminantes, al dióxido de carbono, pero orillaba que la rodadura y los frenos generan partículas en suspensión igualmente dañinas. En cualquier caso, ya entonces, y de eso hace más de 10 años, la electrificación era algo que CiU tenía muy presente. Y por ende, también Junts le dedica un buen pedazo de programa electoral.

Así las cosas, el exalcalde se lanza a la piscina con la promesa de instalar 25.000 puntos de recarga eléctrica tanto en aparcamientos públicos como privados, un plan que lleva asido el proyecto de introducir placas fotovoltaicas en los edificios, "con conexión directa a los vehículos que estén aparcados en el inmueble". Sobre las motos, se limita a prometer el "impulso" de su electrificación para que sea un vehículo "plenamente sostenible".

Los socialistas, en cambio, sí centran sus esfuerzos en las dos ruedas. Collboni se compromete a sacar adelante un "programa para cambiar el motor de 50.000 ciclomotores y motocicletas en cuatro años con subvenciones de 600 euros por vehículo y una inversión de 30 millones de euros". Sobre los cargadores, al plan vigente de recargas Endolla't dispone de 700 enchufes. La idea del PSC es llegar a los 3.300 en 2024.

Adiós a los ejes verdes, pero...

Los ejes verdes no aparecen ni una sola vez en el programa electoral del PSC. Ni en singular ni en plural. La apuesta de los socialistas para aumentar el espacio verde y peatonal en Barcelona pasa por la recuperación de interiores de manzana, algo que se empezó a ejecutar en la Torre de les Aigües en 1987. Hasta la fecha ya se han recuperado 45 patios y la promesa socialista habla de otras 30 manzanas en los próximos ocho años, con una inversión de 170 millones de euros. Todo, bajo la premisa, dijo Collboni, que el proyecto de <strong>Superilla Barcelona</strong> es "inviable".

Trias sí cita los ejes verdes, pero para realizar una auditoría sobre los cuatro primeros, ejecutados en el ocaso del presente mandato. En esta fase de revisión, Junts avanza su voluntad de recuperar los chaflanes que sean posibles para que puedan volver a usarse para la distribución urbana de mercancías. También prometen retirar "el máximo de elementos de urbanismo táctico en el mínimo de tiempo posible". Sobre urbanismo, también culminarán "la transformación de la Diagonal siguiendo el modelo desarrollado entre Francesc Macià y el paseo de Gràcia"; obra acometida, precisamente durante el mandato de Trias como alcalde (2011-2015).

Junts también se compromete a "transformar la Gran Via para convertirla en un verdadero eje económico metropolitano, desde el Llobregat hasta el Besòs", y anuncia la <strong>culminación del paseo de las Aigües</strong>, pensado en tiempos de Pasqual Maragall y pendiente en su tramo de la Arrabassada. En una línea, como si fuera poquita cosa, Trias también desempolva su plan de las <strong>puertas de Collserola</strong>, nuevos y monumentales enlaces de la ciudad con el pulmón de Barcelona que en su era de alcalde no logró impulsar.

Un vecino de Glòries pasea sobre la acera ganada al asfalto en el entorno de la gran plaza

Un vecino de Glòries pasea sobre la acera ganada al asfalto en el entorno de la gran plaza / Ricard Cugat

Peaje urbano y radares

Ambos partidos tratan de manera muy sucinta la zona de bajas emisiones. Ninguno de los dos planea ampliar las restricciones. Más bien al contrario, pues Trias se plantea evaluar su funcionamiento respecto al gremio de transportistas, las personas vulnerables y los vehículos clásicos e históricos. Collboni cita la ZBE como contexto para hablar de las rondas. Sin más. Ni el PSC ni Junts dedican una sola palabra al <strong>peaje urbano</strong> que sí plantean, con matices, Esquerra o Barcelona en Comú.

En cuanto a los radares de velocidad dentro de la ciudad, el PSC no dice ni una sola palabra sobre ellos en su programa electoral, pero en un debate electoral, la concejala de Movilidad, Laia Bonet, aseguró que los socialistas apuestan por instalar más controles en el casco urbano. Junts en cambio, no solo cree que 17 son suficientes (hay que sumar otros cuatro radares de tramo) sino que promete estudiar si es necesario que <strong>estén activos todo el día</strong>, teniendo en cuenta que algunos limitan a 30 km/h por la cercanía de una escuela.

Sobre el proyecto de ciudad 30 (que ese sea el tope en toda la cuidad, o en casi toda), en un debate electoral Francina Vila (Junts) se posicionó a favor, mientras que Bonet prefirió no mojarse.

Vivienda a largo plazo

Consciente de que el problema de acceso a la vivienda no se arregla en un mandato, Trias plantea un acuerdo a 30 años vista (seis mandatos) que incluya no solo a las administraciones públicas, sino también a todo el sector privado implicado en la construcción. Sin concretar cuántos pisos deberían levantarse, si anuncia su voluntad de reformar la medida que obliga a las nuevas promociones o grandes reformas a reservar el 30% de los pisos a vivienda protegida. "Buscaremos medidas alternativas", reza el programa electoral.

Collboni especifica más. Pero recuerden: los programas electorales no son vinculantes. El alcaldable socialista estima que en 2050, Barcelona disponga de un 15% de viviendas asequibles, el porcentaje que se considera mínimo para garantizar el acceso a un piso digno. Igual que Junts, el PSC también doblegará la reserva del 30% impulsada por Ada Colau (con los propios socialistas como socios de gobierno). Com alternativa, el partido que lidera Salvador Illa plantea que ese porcentaje "se pueda transformar en una aportación económica del promotor privado al ayuntamiento". Con esos recursos, reza el programa, "compraremos suelo, preferentemente en el mismo barrio o distrito, y haremos vivienda asequible de alquiler".

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