¿Qué tienen en común los electores de Sarrià y Nou Barris?

Vox obtuvo 37.937 votantes en Barcelona en las elecciones municipales del pasado domingo, el 5,7% de las papeletas válidas. En Nou Barris consiguió su mejor resultado, casi el 9% del voto del distrito, seguido del distrito de Sarrià-Sant Gervasi, donde alcanzó el 7%. Pero una familia de Nou Barris ingresa de media casi 38.000 euros anuales menos que una que vive en la zona alta de la ciudad. Lo que quiere decir que la correlación renta y voto, que sí que se cumple para algunos partidos, se rompe en el caso de Vox. 

De hecho, la correlación entre el voto y la renta ha sido uno de los temas más repetidos en redes esta semana, después de una entrevista a la poetisa Juana Dolores en TV3 que ha abierto un debate alrededor de este tema. ¿Pero, existe esta correlación? ¿Cómo se explica el fenómeno de Vox?

Tradicionalmente, el voto en clave socioeconómica ha predominado en España desde el inicio de la democracia, pero con el auge de nuevos partidos y diferentes contextos políticos esto ha cambiado para algunos votantes. En las elecciones del 28M vimos cómo hubo una correlación entre vivir en un barrio de renta alta y votar a ciertos partidos. Esto se dio, por ejemplo, en el caso de la lista Trias per Barcelona, que obtuvo los mejores resultados en los barrios con mayor renta de la ciudad. 

Barcelona en Comú obtiene mejores resultados en las zonas de rentas bajas y medias, aunque pierde votos en estos barrios en comparación con los resultados de las elecciones de 2019. Lo mismo pasa con los votos al PSC, que también muestran una correlación con el nivel de renta.

Sin embargo, el caso de Vox es distinto. Este partido político ha logrado convencer no solo a los votantes de mayor renta, sino también a los de rentas bajas. Y es precisamente en las zonas más acomodadas y en las más vulnerables donde Vox ha crecido más respecto a las elecciones de 2019. 

De media, una familia de Nou Barris ingresa 30.212 euros netos anuales, la mitad que una que vive en Sarrià-Sant Gervasi, con 67.850 euros, según los últimos datos de 2020 del Instituto Nacional de Estadística. ¿Cómo se explica entonces que personas que a priori, por su nivel socioeconómico, no parece que tengan valores e intereses compartidos voten por el mismo partido?

Un fenómeno de toda Europa

Gran parte del electorado de Vox viene de votar anteriormente a partidos conservadores y liberales —en el caso español, del Partido Popular y de Ciudadanos—, pero también existe una parte de votantes que antes se abstenían y ahora votan a partidos de extrema derecha: son alrededor del 25% del total de sus votantes, según un estudio alemán publicado en 2021 que analiza a diferentes partidos europeos. 

El mismo estudio calcula que solo 1 de cada 10 personas que votan a la extrema derecha son antiguos votantes de partidos situados a la izquierda de los socialdemócratas. Unos datos que coinciden con la encuesta postelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas de 2019, cuando la gran mayoría de los votantes de Vox en aquellas elecciones había votado al PP en 2016 (56%), el 8% se había abstenido y un 1% había votado a Podemos.

Desencantados con el sistema político

Esto no pasa solo en Barcelona o en España, sino que es un fenómeno que se da en otros partidos de extrema derecha en Europa. Las personas que no se sienten representadas por el sistema político actual y sienten una alienación hacia las élites tradicionales y sus políticas ejercen su voto hacia formaciones de nueva creación.

Toni Rodon, doctor europeo en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra, ha hecho cálculos estadísticos para analizar la relación entre el voto a Vox y las características de los barrios donde mejores resultados obtuvo en las pasadas municipales de Barcelona. Una de sus conclusiones es que el partido no consiguió mejores resultados en aquellas secciones censales con más porcentaje de inmigrantes, es decir, no se ha dado una relación entre estos dos factores, pese a que fue uno de los temas más presentes en su discurso de campaña.

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