El malestar contra el ruido exige exportar conciertos fuera de Barcelona a las puertas del Primavera Sound

Los espectadores del Primavera Sound que la boca de metro vertía en multitud antes de que comenzara la segunda jornada del festival han tenido ocasión de ser testigos del malestar que el ruido siembra en Barcelona. La exasperación por no poder pegar ojo se ha concentrado este jueves en las inmediaciones del Fòrum, donde el hartazgo por la jarana a deshoras palpita más intenso esta semana en la ciudad. 

Ahí, antes de que empezaran las actuaciones que se alargarán hasta bien entrada la madrugada, han confluido los movimientos vecinales contra el bullicio que han despuntado en distintos barrios: se han desplazado los afectados por las terrazas que rebosan Enric Granados, los agotados por el insomnio por las juergas en el Triángulo Golfo del Poblenou, los movilizados en la Font de la Guatlla por el estrépito de los conciertos en Montjuïc y, claro, los vecinos del Fòrum hastiados de que la explanada albergue con frecuencia certámenes multitudinarios. “Queremos dormir”, han clamado todos ellos al unísono. Les une también una demanda: basta de saraos al lado de viviendas de la capital.

“Barcelona es una ciudad enemiga del descanso”, ha proclamado Enric Navarro, portavoz de la plataforma Stop Concerts. Surgida en 2022 tras dos años de cierta tregua en la agenda del ocio de la urbe por la pandemia, la entidad vecinal insta a trasladar los espectáculos de gran formato a solares del área metropolitana que, en todo caso, estén alejados de núcleos habitados. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) y otras plataformas secundan el ruego. A su vez, y mientras la petición no se cumpla, proponen que el volumen de los conciertos al aire libre se limite a 90 decibelios. Aseguran que no es extraño que se disparan por encima de 100 decibelios. 

También exigen que las actuaciones se programen en horario diurno y nunca más tarde de las 22.00 horas. Los grupos y cantantes del cartel del Primavera Sound están autorizados a tocar hasta las 5.30 de la mañana. “Los cuatro conciertos de Coldplay en Barcelona la semana pasada empezaron a las nueve de la noche. En Manchester, este miércoles, actuaron a las cinco de la tarde. Es inadmisible que tengamos que aguantar fiestas hasta las seis de la mañana. Son horarios incompatibles con el descanso”, ha criticado Navarro.

Los vecinos también han advertido de las vibraciones que el estruendo les causa en casa. "No solo afecta a viviendas cercanas. Tenemos la carta de un alcalde del Maresme, a más de 10 kilómetros del Fòrum, en que informó a la alcaldesa de Barcelona de las múltiples quejas de vecinos que recibió durante el Primavera Sound del año pasado", ha revelado Navarro.