Los mejores platos de la cocina de las municipales: del ‘prime’ de Trias al voto oculto de Colau

La cocina de las municipales cierra y ha llegado la hora del festín electoral. Durante 12 semanas, este diario ha tratado de esgrimir los ingredientes más destacados de la precampaña y la precampaña.

El ‘prime’ de Trias

En el primer episodio, se dio cuenta de la sensación que empezó a correr, la de que el alcaldable Xavier Trias, el candidato menos esperado en la contienda, había iniciado demasiado pronto la parte más intensa de su pugna por volver a la alcaldía. O como dicen los adolescentes, que había llegado demasiado pronto a su ‘prime’.

Es una de las incógnitas que se resolverán cuando se conozcan los resultados de las municipales, pero por ahora las encuestas niegan que Trias esté sufriendo esa caída que varios de sus rivales daban por hecha.

Las buenas cartas de Collboni

El segundo ‘almuerzo’ se centró en Jaume Collboni. En cómo expertos en el asunto sostenían que pese a que no es un candidato con un gancho notable, tiene opciones claras de lograr la vara de mando municipal.

Opciones que pasan por una victoria suya pero que no descartan que gobierne pese a perder: es el único alcaldable que puede pactar a derecha o izquierda, con los Comuns y con Junts.

Cuando se publicó esa cocina, el 12 de marzo, los expertos partían de que Trias tenía opciones claras de ganar. Y añadían que Collboni podría ser alcalde como segundo, mediante un tripartito de izquierdas. A estas alturas, el escenario de que Collboni quede segundo tras Colau y Trias le haga alcalde está sobre la mesa, aunque es cierto que el exalcalde ha defendido que gobierne quien gane.

Fredo Corleone

La tercera cocina recordó cómo de triste fue la vida de Fredo Corleone, el segundo de los hijos de Vito Andolini, el jefe de la familia, rebautizado como Vito Corleone a su llegada a Nueva York, en Ellis Island, por el nombre de su pueblo de origen. Vito nunca confió en Fredo, y nadie pensó en él como sucesor cuando el primogénito, Santino, fue asesinado.

Es algo que podría pasar a los números 2 de las principales candidaturas si el alcaldable se va del ayuntamiento. Los números 3 tienen, eso, números para acabar siendo los líderes de los grupos.

El voto oculto de Colau

Cuando faltaban nueve semanas para las elecciones de este domingo, la cocina sirvió como plato el último runrún: los Comuns consideraban que por primera vez Ada Colau estaba teniendo voto oculto.

Lo que tiene su parte positiva: las encuestas malas duelen menos porque te convences de que ese voto oculto las corregirá al alza. Pero también la negativa: que a la gente le dé vergüenza, o apuro, contar que te van a votar no es del todo estimulante.

Maragall, fuera de la Champions

Una semana después, el plato del día era el desplome evidente de Ernest Maragall en todas las encuestas. El alcaldable de ERC, que hace cuatro años ganó las municipales y que vio como se convertía en el primer vencedor en no acabar como alcalde, se ha visto atacado por el efecto Trias.

Y no hay otra explicación: el incremento de resultados del alcaldable de Junts respecto de lo que se vaticinaba a su antecesora, Elsa Artadi, es la clave del descenso en los pronósticos del republicano. Los resultados tendrán que demostrar si esta tendencia es o no cierta.

Las encuestas de Artadi

El adiós de Artadi centró la cocina posterior: faltaban siete semanas para los comicios. Del adiós de Artadi sostienen fuentes conocedoras de los entresijos que fue forzado por sondeos de hace un año que le auguraban un pésimo resultado, con una caída de cinco a tres concejales.

Ella aseguró que no fueron la causa, que se fue por agotamiento personal, y que las encuestas le daban hasta siete concejales. Lo que está claro es que su adiós lo cambió todo.

Las milongas de campaña

La precampaña y la campaña han estado, lógicamente, marcadas por las encuestas publicadas. Quizá sea una sensación errónea, y haya pasado siempre, pero se diría que en las últimas semanas han proliferado las reacciones incrédulas antes los sondeos.

En la ‘cocina’ del 16 de abril se citaban los pretextos habituales de los partidos cuando los augurios les son adversos.

Sirera y Valls

Daniel Sirera sostiene que no será Manuel Valls. Que si sus votos son decisivos para la investidura, no los dará gratis: pedirá ser socio de gobierno o que se respete parte de su programa electoral.

Además, su objetivo es que Colau no sea alcaldesa, al revés que Valls. De eso ya ha avisado: no cree que deba respetarse que el que gobierne gana si quien gana es la candidata de Barcelona en Comú.

Diputación y sociovergencia

La Diputación de Barcelona es el emblema de una sociovergencia limitada: el PSC y Junts la han gobernado juntos, y sus rivales lo han criticado a menudo durante estos cuatro años.

Una alianza que se podría repetir y ampliar, con acuerdos de socialistas y posconvergentes, si llegan los números, incluso en la Generalitat y el Congreso, en una operación que relegaría a ERC como socio potencial de ambos.

Las opciones de la CUP

La antepenúltima cocina abordaba las opciones que tiene la CUP, a la que algunas encuestas han situado dentro del consistorio, aunque más bien pocas.

Los anticapitalistas fueron relevantes y a veces decisivos en el primer mandato de Colau, de 2015 a 2019, pero esos tres concejales no se repitieron en 2019, cuando se quedaron fuera.

Quién decidirá los pactos

Cuando faltaban dos semanas para esta jornada electoral, la cocina de centró en quién acabara decidiendo los pactos: los alcaldables o los jefes de sus partidos.

Xavier Trias ha proclamado que él decidirá solo. Colau no tiene apenas familia política con la que consultar. Collboni sí está algo más limitado, potencialmente hablando, por lo que pueda decir el PSC o el propio Pedro Sánchez, que tiene elecciones generales en seis meses.

Los gobiernos posibles

Y la última cocina, hace una semana, trataba de mencionar todos los gobiernos posibles en función de los resultados que se den esta noche. Porque ahora ya sabemos que en Barcelona el ganador no siempre es el alcalde.