Cinco tendencias en las reformas de viviendas en Barcelona tras la pandemia

Cocinas más abiertas y protagonistas

Siguiendo la tendencia de EEUU y el norte de Europa, las cocinas ganan protagonismo y tienden a integrarse con el comedor y la sala de estar en lo que se conoce como 'concepto abierto' si la distribución lo permite. Esa disposición permite una mayor interacción familiar y social si hay invitados. Si el espacio es lo bastante grande, cada vez se piden más islas de cocina o penínsulas, que funcionan como superficie de trabajo pero también para desayunar o hacer comidas informales, con taburetes. Este formato obliga a derribar tabiques en viviendas antiguas, aunque quienes buscan comunicar los espacios y ganar luz, pero temen los olores al cocinar eligen grandes cristaleras como separadores ligeros. Al ganar visibilidad la cocina, triunfan los diseños minimalistas que se integran discretamente con el resto del mobiliario.

Lavabos con ducha, aire retro, grifos negros o dorados

Los baños se han convertido en un espacio cotizado en las viviendas. Son piezas que, junto con las cocinas, suelen ser decisivos para vender pisos reformados. Desde hace muchos años es una reforma recurrente cambiar bañeras por duchas (cada vez más amplias y con mamparas de diseño), sobre todo si solo hay uno en la vivienda. Hace casi una década irrumpieron los azulejos que imitan a hidráulicos antiguos y dan personalidad a los baños, aunque algunos tipo puzle han sobresaturado las reformas. Prevalecen los de estilo más clásico y atemporal, pero también las baldosas que imitan mármol y pizarras naturales. En cuanto a colores, azul y verde son tonos en auge, sobre todo en piezas que parecen de fabricación artesanal. En grifería, tras el 'boom' del negro como elemento rompedor, ha llegado el dorado. También se extinguen poco a poco los bidés, aunque no pocos barceloneses apuestan por el grifo para váteres.

Minijardines y mesas en el balcón

La pandemia con confinamiento y el deseo de estar al aire libre revalorizó como nunca los balcones y terrazas. Pocos tienen el privilegio de un ático en Barcelona, pero otros muchos vecinos optaron por mejorar el confort de sus balcones, con mesas, sillas y plantas. La demanda de elementos para exterior se ha disparado en la mayoría de tiendas de decoración y bricohogar, especialmente en las semanas previas al verano. Quienes disponen de espacio suficiente eligen elementos naturales, con mimbre, rafia y similares. Incluso los elementos para microhuerto se instalan en pequeñas terrazas.

Sostenibilidad y tecnología en los hogares

Con los suministros por las nubes, los barceloneses miran como nunca las opciones que recorten ese gasto. Por un lado, relevando electrodomésticos antiguos por otros energéticamente eficientes, pero también mejorando los aislamientos de las casas, a veces aprovechando las ayudas que dan las administraciones en esos casos. El cambio de ventanas por otras más aislantes o con rotura de puente térmico, así como los sistemas de aerotermia y la climatización eficiente están más demandados que nunca. La instalación de aire acondicionado también se ha convertido en rutinaria tras los últimos veranos de altas temperaturas. En los casos de reformas integrales con presupuestos holgados, crece la inversión en domótica, camino de los hogares 'inteligentes'.

Espacios flexibles, para teletrabajo y decoración con conciencia

Otro efecto pospandemia es que en muchos casos el teletrabajo convive con la presencialidad y miles de barceloneses han hecho un hueco en su hogar a una pequeña zona de trabajo. Como en espacio no sobra en una ciudad donde la dimensión media de viviendas en los nuevos contratos de alquiler es de 73 metros cuadrados, se tiende a crear habitaciones multitusos que sirvan a la vez de despacho, vestidor o dormitorio de invitados, por ejemplo. Para ello, están muy en boga los paneles móviles (como un tabique) que articulan espacios a la carta, separando o juntando si hace falta incorporarlos al salón o dividirlos, por ejemplo.

A la hora de decorar, conviven el estilo industrial, con toques de metal, con la naturalidad de maderas claras, rafias y materiales de aspecto algo rústico y con conciencia sostenible. Lo 'vintage' sigue latiendo fuerte, y el estilo nórdico, a la vez que se valora la recuperación de los elementos originales de las viviendas que les dan personalidad: de desnudar una viga de hormigón como pilar a dejar visto el ladrillo sin apenas pulir, a elevar al máximo los techos (tras décadas de falsos techos) y buscar la 'volta catalana' o la viga para hacerlas destacar arquitectónicamente. Las paredes de contraste, en un tono fuerte, con papeles pintados o listones de madera, también son un plus.