El padre de Sherlock Holmes

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El escritor escocés mencionó la ciudad en un libro y en un relato

Carteles de Sherlock Holmes pertenecientes al archivo Proubasta, cedido desde 2011 a la biblioteca Arús

Carteles de Sherlock Holmes pertenecientes al archivo Proubasta, cedido desde 2011 a la biblioteca Arús / Jordi Otix

Jordi Rovira

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El escritor escocés Sir Arthur Conan Doyle visitó Barcelona un lejano 26 de septiembre de 1909. La estancia del padre literario de Sherlock Holmes, al que había creado veintidós años antes, fue muy breve porque se trataba de una escala del Dunnotar Castle, barco en el que navegaba en el marco de un viaje por España, Portugal y Marruecos.

“Seguro que debería conocer el éxito que tenía en Barcelona, como en muchos otros lugares del mundo, porque cuando llegó a la Ciudad Condal le recibieron Lleó Antoni, jefe de policía, y Salvador Vilaregut, su traductor al catalán”, explica Josep Lluís Martín Berbois, doctor en Historia Contemporánea y gran aficionado a Sherlock Holmes.

A Conan Doyle y a sus acompañantes les organizaron una ruta por los principales monumentos de la ciudad. La visita solo duró un día y no fue suficiente para que el famoso detective británico protagonizara en Barcelona alguna de sus aventuras, aunque Conan Doyle sí menciona la montaña del Tibidabo en el libro Nuestro invierno africano y, además, la capital catalana aparece en el relato corto El pabellón Wisteria, al ser el destino de Juan Murillo, un cruel dictador latinoamericano. 

El archivo sobre Sherlock Holmes reposa en el tercer piso de la biblioteca Arús

El archivo sobre Sherlock Holmes reposa en el tercer piso de la biblioteca Arús / Jordi Otix

Fascinados por el personaje

Libro Guinness de los récordsCírculo Holmesaficionados a Sherlock HolmesJoan Proubastacedió a la biblioteca Arús

Poco antes de la visita de Conan Doyle, el Teatre Principal había estrenado la obra El detective Sherlock Holmes y el año anterior, el semanario Literatura Sensacional se había convertido en el primero en editar las aventuras de Sherlock Holmes en catalán. Concretamente, los veintiún relatos y la novela El gos dels Baskerville.

El archivo Proubasta sobre Sherlock Holmes, en la biblioteca Arús

El archivo Proubasta sobre Sherlock Holmes, en la biblioteca Arús / Jordi Otix

Un siglo de tirón literario

Por esas fechas, Vicente Blasco Ibáñez tuvo la visión comercial de aprovechar el tirón popular de Sherlock Holmes. Consiguió los derechos de la obra y su editorial publicó, en castellano, las historias del conocido detective. Fue así como el escritor valenciano se convirtió en uno de los máximos impulsores en España de las aventuras del excéntrico personaje.

Años después, en los años veinte, revistas como D’Ací i D’Allà i Llegiu-me, así como la editorial Iberia también publicaron algunas de sus historias. Después de eso, y con el franquismo de por medio, no fue hasta los años ochenta que la editorial Laertes editó la obra entera.

Una edición de coleccionista de una novela de Sherlock Holmes, parte del archivo Proubasta

Una edición de coleccionista de una novela de Sherlock Holmes, parte del archivo Proubasta / Jordi Otix

A pesar de los años en que no se publicaron las historias del detective, la popularidad del mismo era importante. Pero, ¿de dónde surge esa fascinación? “Creo que el carácter del personaje fue muy importante. Podríamos decir que es esa persona que quisiéramos conocer, y que nos fascinaría, pero no lo quisiéramos como amigo por su crudeza en sus palabras. Aquellos que seguimos a Sherlock Holmes hemos querido ser John Watson en alguna ocasión”, asegura Martín Berbois. “El misterio de sus casos –añade–, donde no siempre es fácil averiguar el asesino o el culpable, también ha enganchado a los lectores. Así lo demuestra que haya perdurado durante todo este tiempo entre muchas generaciones de lectores”. 

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