Medida contra la masificación

El cierre de los búnkers del Carmel: paz matinal y temor a los fines de semana

La concejala del distrito y el intendente de la Guardia Urbana acuden a las baterías antiaéreas en el primer día completo de funcionamiento de un vallado perimetral que divide a los vecinos

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¿Se debe limitar el accesos a los búnkers del Carmel?

Primera mañana con el vallado de los Búnkers del Turó de a Rovira activo.

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A las 8.50 de este miércoles, diez minutos antes de su horario oficial de apertura, los operarios del Ayuntamiento de Barcelona han procedido a abrir las puertas de acceso a los denominados búnkers del Carmel -en realidad unas baterías antiaéreas situadas en lo más alto del Turó de la Rovira-, en el primer día completo que entra en funcionamiento el cierre perimetral de este lugar de alto valor histórico.

Aprovechando esta primera jornada de ‘puertas abiertas’ que servirá de ensayo para la gran prueba de fuego del fin de semana -momento de mayor afluencia de visitantes-, se han acercado a hacer una visita la concejala del distrito de Horta-Guinardó, Rosa Alarcón y el intendente de la Guàrdia Urbana, Pedro Velázquez.

Aunque el perímetro del vallado está totalmente terminado y las cinco puertas de acceso ya en funcionamiento, a los operarios les queda una semana más de trabajo para finalizar definitivamente las obras. Estos últimos días, a petición de un vecino y con el visto bueno del Ayuntamiento, están colocando una sexta puerta para que los visitantes no puedan acceder a una zona de descanso anexa cuando se desaloje la zona delimitada. 

Paz matinal, noche movida

Según Rosa Alarcón, el vallado era necesario como una medida más para atajar los problemas de masificación e incivismo, que ha tenido su punto álgido estas últimas semanas y que, a causa de las sonadas quejas vecinales, el Ayuntamiento se ha visto en la necesidad de desplegar un extenso operativo policial para intentar controlar el consumo de alcohol al aire libre y desalojar en momentos de peligro de desbordar el aforo

En las primeras horas de este miércoles laborable, la tónica desde que se ha abierto los accesos ha sido la tranquilidad absoluta, con algunos vecinos aprovechando para dar su paseo matutino retrasado por el nuevo horario, un grupo de alumnos de excursión de visita escolar y muy pocos turistas. Algunos de los foráneos consultados por El Periódico no eran conscientes de que desde hoy ya estaban sujetos a unos horarios de visita exclusivamente diurnos. 

La creación de la valla perimetral ha levantado fuertes críticas entre un sector de los vecinos -una disparidad que El Periódico ha podido comprobar esta misma mañana: las dos primeras vecinas que acudían a los búnkers se han mostrado una a favor y la otra en contra del cierre- y algunas entidades del barrio que consideran que, más que una solución que erradique el problema, lo que conseguirá es que tras el cierre vespertino los visitantes se distribuyan por los aledaños causando aún más molestias al vecindario, como así sucedió el pasado martes donde, además, algunos de ellos acabaron saltando el vallado.

Flexibilidad con el horario

Otra de las quejas está centrada en lo tardío del horario de apertura que ‘castiga’ a los vecinos en un punto de referencia en sus paseos.

En este punto, Alarcón ha explicado que comprende la postura asumiendo que tienen razón los vecinos, pero ha considerado que en estos primeros momentos tienen que ser tajantes con la medida para dar un mensaje claro de que estás situaciones de incivismo y masificación turística no se pueden volver a dar en un futuro, aunque se ha mostrado abierta y tienen previsto que en un futuro serán más flexibles con el horario.

La esperanza del Ayuntamiento es que con el cierre en horario nocturno, los 'tiktokers' comiencen a dejar de recomendar la batería antiaérea como un lugar privilegiado de Barcelona para ver el atardecer en la ciudad y eso vaya disuadiendo a los turistas de tenerlo como un punto de visita obligada.