El Kubo y la Ruïna
Los Mossos impiden el contacto entre contrarios y defensores de las okupaciones de la Bonanova
Así fue la tensa manifestación de la semana pasada
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Meritxell M. Pauné
Meritxell M. PaunéPeriodista y jefa de 'Gran Barcelona'
Periodista especializada en información local de Barcelona y Catalunya. Responsable de la sección 'Gran Barcelona' desde septiembre de 2022. Antes, en los diarios TOT Barcelona y La Vanguardia, entre otros. Profesora de Periodismo digital en la UIC tres cursos y puntualmente del máster del Observatori de la Cobertura de Conflictes. Colaboradora en prensa vecinal ('Carrer', 'Cap a peus') tertulias de televisión y radio (betevé, Catalunya Ràdio, Ràdio Estel...), libros de historia local ('Retrats per la memòria', 'Objetivo Venus', 'Josep Maria Huertas Claveria i els barris de Barcelona') e investigaciones académicas (Observatori de la Cobertura de Conflictes, Periodismo UAB).
Guillem Sánchez
Guillem SánchezRedactor
Periodista de sucesos. Antes trabajé como redactor de sociedad en la Agència Catalana de Notícies (ACN).
Profesor asociado en la Facultat de Comunicació i Relacions Internacionals Blanquerna.
Libros Publicados: 'El Estafador' (Editorial Península) y 'Crónica del Caso Maristas' (Ediciones B).
Unos gritaban “Fuera escoria de la Bonanova” y los otros, “Fuera pijos de la Bonanova”. Pero las dos concentraciones de signo contrario apenas tenían contacto visual porque el dispositivo policial de orden público tejido por los Mossos d’Esquadra ha priorizado mantenerlos alejados para evitar incidentes.
La plaza Bonanova, donde debían encontrarse contrarios y partidarios de las okupaciones El Kubo y la Ruïna, se ha llenado antidisturbios horas antes de las manifestaciones. Entre los primeros había miembros de Vox y Ciutadans, incluida su alcaldable, Anna Grau. Entre los segundos, un centenar de jóvenes participantes de una marcha antifascista convocada en contra de la primera, que pide el fin de una okupación que lleva 15 años en la Bonanova, uno de los rincones más nobles de la ciudad, y que no ha generado problemas graves en el vecindario.
La estrategia policial para evitar el conflicto ha consistido en dejar que la marcha en apoyo a las okupaciones llegara hasta la casa en cuestión, en la que viven una veintena de okupas. Rodeándola con pancartas anarquistas y antifascistas, estos manifestantes, algunos encapuchados, han lanzado proclamas frente a los Mossos.
Punto caliente
Dos cosas han convertido esta okupación en noticia: la proximidad del desalojo judicial -aún sin fecha conocida- y la proximidad de las elecciones municipales. También ha contribuido a generar más interés por lo que sucedería esta noche que la semana pasada, en una protesta similar la semana pasada, hubo algunas cargas.
Fuentes policiales apuntan a EL PERIÓDICO que el dispositivo diseñado tiene como objetivo primordial “garantizar la seguridad y el derecho de manifestación de ambos grupos”, además de “calmar los ánimos en la zona”, “en vista de las convocatorias de las redes sociales y dado que la semana pasada chocaron vecinos y ocupantes”.
Además el área de mediación de los Mossos trata también de rebajar la crispación con vías de interlocución con cada grupo. Los Mossos insisten que el desalojo de cualquier inmueble solo puede hacerse por orden judicial y que hoy por hoy no hay orden dictada para ninguna de estas dos fincas de la Bonanova. Aunque sean el blanco de los reproches para ambos grupos de manifestantes, el destino de El Kubo y la Ruïna está y seguirá en manos de los tribunales.
De dos diferentes, en concreto, porque al ser de diferente propiedad las denuncias llegaron a juzgados distintos. Una circunstancia que preocupa al concejal de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, que ya ha pedido que los dos desalojos sean simultáneos para evitar un simple traspaso de ocupantes de una finca a la otra.
Dos convocatorias y una ‘desokupación’
El partido Ciutadans ha comunicado a Interior la convocatoria de una protesta frente a las casas okupadas cada martes a las 20h. Acudirá la alcaldable barcelonesa, Anna Grau, para marcar perfil en materia de seguridad y a modo de presión para un desalojo que en realidad depende de la magistratura. En paralelo también han difundido la convocatoria la entidad ultra Mi Barrio seguro, que ejerce de marca blanca de Vox. Vecinos por su cuenta también acudirán a título particular para quejarse de la conflictividad de los okupantes.
Por otro lado, colectivos antifascistas de Gràcia y Vallcarca han llamado a acudir este martes por la tarde a la Bonanova “en solidaridad” con los dos centros sociales okupados. Saldrán de Vallcarca antes de las siete.
Un tercer elemento que aumenta la crispación es la convocatoria del administrador de la empresa Desokupa, Daniel Esteve, que ha prometido en sus redes sociales que su equipo vaciará ambas fincas la noche del 11 de mayo si no lo ha hecho la policía. Las fuentes consultadas de Mossos d’Esquadra recuerdan que ese día habrá también un dispositivo policial, acorde a las expectativas de las convocatorias, y que impediría la comisión o tentativa de cualquier delito por parte de Desokupa u otros grupos presentes.
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