Entrevista

Daniel Limones: "Un policía que va por la calle debería tener estudios universitarios"

El vicepresidente del Col·legi de Crimonologia de Catalunya cree que Barcelona es una de las "ciudades turísticas" más seguras de España y Europa

Daniel Limones

Daniel Limones / Ferran Nadeu

Toni Sust

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Vicepresidente del Col·legi de Criminologia de Catalunya, Daniel Limones es también jefe de policía en Esplugues, una doble dimensión que le da una visión científica sobre la seguridad pero también la del día a día. Cree que hay que potenciar la policía de proximidad y que Barcelona es una de las ciudades más seguras entre las que se le parecen en Europa.

¿Pesan más los datos reales sobre delitos o la percepción de que una ciudad es insegura aunque los números no lo indiquen?

La mayoría de veces lo que más penaliza es la percepción. Barcelona, por ejemplo, es una de las ciudades turísticas más seguras de España e incluso de Europa: ha tenido una bajada de tasas delictivas muy importante desde 2019, un descenso del 19%, cuando otras ciudades, como Madrid, han subido un poco.

"La mayoría de veces lo que más penaliza es la percepción. Barcelona es una de las ciudades turísticas más seguras de España e incluso de Europa"

Pero la percepción no es que Madrid tenga más problemas que Barcelona en seguridad.

Los medios de comunicación no dan el mismo bombo a la inseguridad de Madrid.

¿Y cómo empieza este fenómeno, esta mala fama de Barcelona?

Contribuyó mucho a ello la supuesta crisis de seguridad del verano de 2019, los apuñalamientos, que eran hechos no conectados. Si hubieran estado todos relacionados con robos en la calle, con robos con violencia e intimidación, podríamos decir que tenemos un problema. Pero algunos eran por temas de drogas, otros por un robo, o por una pelea, o por violencia machista.

"Los apuñalamientos del verano de 2019 contribuyeron mucho a la mala fama de Barcelona cuando eran hechos no conectados"

Antes, en diciembre de 2018 la inseguridad ya encabezaba la lista de problemas señalados por los barceloneses. ¿Qué delitos han sido los más frecuentes en Barcelona estos años?

Tenemos la suerte de vivir en una sociedad en la que los delitos violentos son pocos, y lo que más se dan son los hurtos. No solo contra los turistas, pero el turista es una presa fácil. El delincuente es a menudo parte de un negocio que un día actúa en Barcelona y mañana en otra ciudad. Son bandas organizadas que van a buscar su mercado. Pueden estar en España e ir cambiando de Barcelona a Sevilla o Madrid.

A menudo la oposición reprocha al gobierno de la ciudad que esta no había sido tan insegura en décadas. ¿Es la misma situación la de ahora y hace 40 años?

Es una delincuencia totalmente distinta. La de aquella época era más violenta, la heroína afectaba mucho, ahora se vuelve a ver pero no en la misma proporción.

"Hay que huir de la idea de que solo porque haya más policía en la calle habrá más seguridad. No está mal que haya más policía, pero no es el problema principal"

¿Cómo prevenir la delincuencia centrada en el hurto al turista?

Primero, informando a la gente de cómo prevenir estas situaciones.

Avisar al turista que tiene que venir de que Barcelona es insegura no es una gran propaganda.

Pero en la información que da el Ministerio de Asuntos Exteriores sobre los países a los que quieres viajar se incluyen siempre recomendaciones genéricas de seguridad. También tiene que haber policía en la calle, pero no cualquier tipo. Hay que huir de la idea de que solo porque haya más policía en la calle habrá más seguridad. No. No está mal que haya más policía, pero el número no es el problema principal.

"Aquí la seguridad es como el fútbol: todo el mundo se atreve a hablar de seguridad, todos entienden del tema"

El combate de la multireincidencia es un factor clave según todos los partidos, de Colau al PP.

De nuevo, hay que trabajar la prevención. Cómo evitar que esas personas puedan entrar en el metro. La única forma es que el juez establezca una medida que lo impida, pero es complicado lograrlo. La justicia es muy lenta. Una persona con 20 delitos cometidos recibe la sentencia cinco años después. Eso le facilita irse a otra ciudad. La cárcel es en ocasiones una pena que funciona menos que otras, como las medidas penales alternativas: trabajos en beneficio de la comunidad, tratamientos si hay adicciones. Y luego, es complicado usar algunas vías, como colocar cámaras especializadas para la detección facial. Esa tecnología se utiliza, pero con limitaciones. La Guardia Urbana tiene que hacer mucho papeleo para poner cámaras, y en cambio te vas a Londres y hay en cualquier esquina.

Cámaras que pueden servir para el control social.

Tenemos que contar con todas las garantías, pero hay que confiar un poco en el sistema.

"Hay populismo punitivo. Se piden condenas más duras y que los menores sean juzgados como adultos. Sirve más una justicia rápida que endurecer penas."

La aplicación de la ley mordaza reduce un tanto esa confianza.

En función de con quien hables te hablarán bien o mal de la ley mordaza, pero la policía tiene que contar con herramientas para hacer sus funciones. Partimos de que la mayoría de la policía hace bien su labor y no es corrupta.

¿Es difícil revertir la imagen de que una ciudad es insegura?

Es complicado, y más cuando el tema se utiliza políticamente. También porque no hay una cultura de seguridad.

¿Qué quiere decir?

Que aquí la seguridad es como el fútbol: todo el mundo se atreve a hablar de seguridad, todos entienden del tema. No nos vamos a decirle a un médico cómo tiene que operar. Hay mucha ciencia en seguridad. Pero lo que tenemos es populismo punitivo. Que haya condenas más duras. Se pide que los menores sean juzgados como adultos, cuando la ciencia te dice que no tiene sentido. Sirve más una justicia rápida que endurecer penas. Otro elemento nuevo de esta época es el uso de las redes sociales, que hacen que veamos hechos que antes se daban pero que no se compartían. Y esos vídeos sirven para insistir en la idea de que una ciudad es insegura.

"La teoría de las ventanas rotas dice que si yo paso y rompo un cristal de un edificio, y nadie lo arregla, mañana vendrá alguien y romperá otro"

Se ha denunciado que la policía en Barcelona no se sentía respaldada por el gobierno de Ada Colau.

Yo creo que eso está mejor ahora. Pero no todo es cuestión del gobierno, también es verdad que una parte de la plantilla de la Guardia Urbana estaba envejecida y se ha renovado. Antes era una policía más de calle, de batallar con toxicómanos, atracadores. Ahora es un perfil más de proximidad. Saben hacer de policía reactivo, pero es gente con más estudios, con otra forma de hablar con la gente. Un policía que va por la calle debería tener estudios universitarios. Tendría que ser obligatorio. Eso te da más habilidades para aguantar algunas situaciones y detectarlas.

¿Propuestas para combatir la inseguridad en Barcelona?

La fundamental, contar con un modelo de policía de proximidad, que entienda los problemas de la ciudadanía y trabaje con ella. Que hable con los vecinos, con los comercios, con el taxista. Que genere un vínculo de confianza que haga que un ciudadano te diga que un piso parece alquilado ilegalmente al turismo, que otro está ocupado, quizá vinculado a la venta de droga. Tener toda la información facilita las cosas. También formación en los colegios para cambiar la cultura de seguridad, como se hizo con la seguridad vial. Y vigilar la limpieza. Influye mucho en la seguridad. La teoría de las ventanas rotas dice que si yo paso y rompo un cristal de un edificio, y nadie lo arregla, mañana vendrá alguien y romperá otro. Luego vendrá alguien y pintará un grafiti. Pasado mañana abandonarán un coche allí, y se acumulará la basura. La gente dejará de pasar por la calle, que pasará a ser más insegura. Y los vecinos de la zona tendrán percepción de inseguridad. 

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