Conflicto laboral

Un conductor de bus de Barcelona, despedido por pintar cámaras de vigilancia

Juan Ramiro, delegado de CGT, admite su “culpa” pero denuncia “desproporción” por parte de la empresa, que ahora se muesta dispuesta a cambiar el despido por una sanción temporal

El sindicato presionó al alcaldable Jaume Collboni en varios actos y la presidenta de TMB, Laia Bonet, recibió al chófer y llamó a “volver al diálogo”

Primer día de huelga de autobuses en Barcelona

Primer día de huelga de autobuses en Barcelona / ZOWY VOETEN

Toni Sust

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Juan Ramiro tiene 63 años y es conductor de autobús en Barcelona desde 2003. Es, además, delegado sindical de la Confederación General del Trabajo (CGT). El pasado 26 de diciembre, día de Sant Esteve, cogió un spray y se puso a pintar las carcasas que protegían dos cámaras de videovigilancia colocadas en el autobús que conducía ese día, el vehículo 2723 de la línea 22 de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB). No reparó, cuenta él mismo, en que había una tercera cámara en el vehículo que registró con todo detalle su actuación.

¿Por qué lo hizo? Dice que por una cuestión de principios: “No estoy de acuerdo con las grabaciones, como individuo me opongo a tanto control social”. Ramiro subraya que las cámaras instaladas en los autobuses barceloneses (tres en algunos, cuatro en los más grandes) no enfocan al conductor, sino a los pasajeros.

Prejubilación en entredicho

Afirma que es consciente de que es culpable de lo que hizo, pero cree que el castigo con el que le respondió TMB fue “desproporcionado”: la empresa le despidió. El 26 de febrero le entregaron la carta en la que le comunicaban la decisión, que tuvo efecto al día siguiente. La primera consecuencia para Ramiro, además de la pérdida del empleo, era considerable: el conductor tiene previsto prejubilarse en septiembre próximo. Pero el despido le impedía jubilarse hasta los 65 o los 67. Sostiene que su papel sindical influyó decisivamente en el castigo.

El corazón del asunto, para él, es la desproporción. Reparar las cámaras costó 217 euros. El director de la cochera le denunció ante los Mossos, que, dice, calificaron el caso como una falta leve. Algo que cree que no casa con que TMB optara por despedirlo. Por ejemplo, argumenta que por el dinero no tendría sentido: “Un retrovisor cuesta 350 euros, y cuando rompemos uno no nos echan a la calle”.

Unos días en paro

El 17 de febrero, mientras conducía un bus de la línea 24, le vinieron a buscar, con otro conductor que asumió el vehículo, le llevaron a la cochera en un coche de TMB y le informaron de la acusación que pesaba sobre él y de la decisión de despedirlo. Tenía unos días para defenderse antes del desenlace. El caso es que ahora está en paro. Se apuntó hace una semana, pero parece que en unos días eso cambiará.

Porque este lunes, TMB se reunió con representantes de la CGT a los que informó de que Ramiro será readmitido, así como de que en lugar del despido le caerá una sanción temporal. Y todo, dice su sindicato, gracias a la movilización de estos días. Una movilización que ha consistido en presentarse en actos de Jaume Collboni, el alcaldable del PSC en Barcelona.

Collboni, primer teniente de alcalde hasta que dejó el gobierno y el consistorio para preparar las elecciones municipales del 28 de mayo, recibió en dos ocasiones la visita de Ramiro y varios compañeros, que le expusieron el caso.

Carlos Jiménez, recursos humanos

A raíz de ello, el pasado viernes el conductor fue recibido por la presidenta de TMB, Laia Bonet, que, relata, se mostró conciliadora: “Me dijo que había que volver al diálogo. Le respondimos que ningún problema, pero que con Carlos Jiménez no podíamos dialogar”. Jiménez es el responsable de recursos humanos de la empresa. Según relata Ramiro, a finales de esta semana el acuerdo de su readmisión quedará oficializado, y escrito. Y su sanción temporal, concretada. Considera que fue castigado por su acción y por su papel sindical. Y destaca que al final las cámaras sirvieron para lo que sirvieron: despedir a un empleado.

Requerida para ello por este diario, TMB ha preferido no pronunciarse al respecto del caso de Ramiro. Fuentes de la empresa argumentan que esta no quiere comentar situaciones laborales de miembros de la plantilla.

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