Abierto en 1936

Réquiem por un templo histórico del ballet en Barcelona: "En ningún otro país pasaría"

El cierre discreto de la escuela fundada por el maestro Joan Magriñà deja la calle Petritxol sin un enclave cultural histórico

La histórica escuela de ballet de Joan Magriñá en la calle Petritxol

La histórica escuela de ballet de Joan Magriñá en la calle Petritxol / Fotografía cedida por Asunción Aguadé

Xavier Sánchez

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El destino quiso juntar a Asunción Aguadé (Barcelona, 1943) y al maestro Joan Magriñà en 1955, cuando la bailarina le deslumbró en una prueba realizada en el Institut del Teatre. Magriñà, que por aquel entonces dirigía los estudios de ballet del Institut, no dejó escapar el talento de la joven promesa: "Cuando me vio, me dijo que tenía que ir a su escuela porque me veía cualidades. Luego entré en el Liceo, fui su ayudante y me convertí en su mano derecha. Y de ahí fui subiendo...", rememora Aguadé.

De esa prueba, de la cual ya han pasado 68 años, nació un vínculo que terminó discretamente este mes de agosto. Con Magriñà fallecido desde 1995, y habiendo atravesado una pandemia que obligó a clausurar el local, Aguadé tuvo que cerrar la escuela de ballet fundada por el maestro en 1936, rompiendo con el último lazo que le ataba a la figura del prolífico bailarín.

El "santuario" de Magriñà

En 1977, Joan Magriñà, con 74 años y una exitosa carrera como bailarín, director de escena y coreógrafo, decidió retirarse definitivamente del mundo de la danza. Ante esta jubilación, la dirección de la escuela que fundó en la calle Petritxol de Barcelona amenazaba con quedarse huérfana. El maestro Magriñà vio clara la solución: Asunción Aguadé debía sustituirle al frente de la institución.

“Asunción, si tú quieres llevar la escuela, eres la única persona que la puede llevar, porque para mi esto es un santuario”. Esa fue la frase con la que Magriñà le propuso a Aguadé llevar el centro, explica ella. "Tengo grabadas aquellas palabras", confiesa Aguadé. Lejos de huir del reto que suponía llevar la escuela de su maestro, la mano derecha de Magriñà asumió el encargo y conservó el centro "con la dignidad que lo tenía que conservar, sin hacer cosas para ganar dinero".

Asunción Aguadé respetó hasta el último minuto la petición de su maestro: “Nunca he sido negocianta, de decir ‘bueno, si me conviene danza del vientre, haré danza del vientre y lo alquilo’. Yo lo he conservado como un santuario, como decía el maestro Magriñá”. Pero el santuario vivió su momento más crítico a raíz de la pandemia. Aguadé reconoce que nunca han sido una escuela multitudinaria, se movían siempre alrededor de unos 40 bailarines. Con la pandemia, ese número bajó. Por no hablar del pago del alquiler durante periodos donde no había clases o el pago mensual a tres profesores. "Perdí mucho con el covid", lamenta la exdirectora de la escuela. Finalmente, en el mes de agosto de 2022, la escuela privada de danza de Joan Magriñà cerró sus puertas de forma definitiva ante la falta de recursos económicos.

Celebración de fin de curso en la escuela de Joan Magriñà en el año 1970

Celebración de fin de curso en la escuela de Joan Magriñà en el año 1970 / Cedida por Asunción Aguadé

"El ballet no está bien tratado"

Cuando corrió la voz sobre el cierre de una escuela tan histórica, algunos seguidores abogaron por intentar que fuera declarada patrimonio histórico. Otros, en cambio, se dieron por vencidos: "Esto ya no interesa", le llegaron a decir a Aguadé. A Carolina Masjuan, directora asociada de la Compañía de Ballet de Barcelona y colaboradora en diversas revistas de ballet, la idea de que la escuela lleve cerrada ya medio año le parece horrorosa. "En ningún otro país pasaría, porque esta escuela es un legado impresionante", afirma Masjuan, de forma rotuna.

Carolina Masjuan, indignada ante este suceso, envió una carta a este diario a través de la sección Entre Todos, donde sentenciaba que "el ballet en Catalunya no está bien tratado". Criticaba la impasibilidad de instituciones como el Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat de Catalunya, el Gran Teatre del Liceu o hasta el Ministerio de Cultura español: "Que no sepan valorar el patrimonio cultural que hay en esa escuela es un problema".

Aguadé, sin embargo, no parece guardarle rencor a nadie: "Es una escuela privada, yo nunca he pedido dinero a nadie". "Un negocio privado no tiene por qué tener ayudas, yo nunca me he quejado de eso", echa balones fuera la que en su día fuese directora de la escuela de Magriñá. Pero la incertidumbre y falta de apoyo al conjunto de la danza clásica en Catalunya enerva a sus fieles. Masjuan lo tiene claro: “Parece que hayan querido borrar del mapa al ballet”.

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