La mitad de los votantes de Colau tampoco aprueban la recogida 'puerta a puerta' de basura en Barcelona

La expansión del sistema de recogida de basuras 'puerta a puerta' se aplazó sine die tras el malestar que ha generado en Sant Andreu. El partido de Ada Colau había impulsado el cambio de modelo y se ha mantenido a favor de él, aunque dentro de su electorado el apoyo no es tan claro. Es más, provoca una fuerte división interna: a la mitad de los votantes de Barcelona En Comú tampoco parece una buena idea someterse a este tipo de recogida selectiva.

La encuesta preelectoral que el Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) ha elaborado para EL PERIÓDICO revela que el 45,9% de los barceloneses que votaron a Ada Colau en las últimas elecciones municipales no están de acuerdo con este método, frente a un 44,1% que está a favor y un 10% que no sabe o no contesta. Las elecciones municipales son el 28 de mayo.

Los de la CUP, los más convencidos

El partido con más votantes partidarios del 'puerta a puerta' es la CUP, que en esta legislatura no ha tenido representación en el Ayuntamiento de Barcelona. En este caso, el 62,5% afirma que está a favor y, el 25%, en contra. En segunda posición están los barceloneses que votaron a Ciutadans, que en el 47,6% de los casos se han mostrado a favor de este sistema y, otro 47,6%, en contra. Según el sondeo, BComú es el tercer partido con más votantes partidarios de este método de recogida de residuos.

En el otro extremo, los barceloneses que menos aprueban el 'puerta a puerta' son los que votaron a Vox (20% a favor y 80% en contra), Junts (23,3% a favor y 66,7% en contra) y PSC (32,7% a favor y 56,1% en contra) en las municipales del 2019.

Un sistema polémico

En el 2018, el 'puerta a puerta' se implementó, en primer lugar, en una pequeña zona del casco antiguo de Sarrià. En este distrito funcionó razonablemente bien, y ha llegado a rozar un porcentaje de reciclaje del 55%, mientras que la media de la ciudad se sitúa en un 38%. 

El mayor drama llegó en junio del 2021, cuando el gobierno municipal de ‘comuns’ y socialistas decidió extenderlo a Sant Andreu. La basura arrojada fuera de los puntos de recogida, junto con los problemas de confidencialidad y las quejas de los vecinos y de los partidos de la oposición, llevaron a los socios del PSC a plantarse y frenar la expansión prevista. A finales de ese año, tenía que instaurarse Horta y, a principios del 2022, en Sant Antoni. Por ahora no se ha puesto en funcionamiento en ninguna de estas zonas ni hay calendario alguno.

La guinda de este pastel llegó el pasado mes de diciembre, cuando la Autoridad Catalana de Protección de Datos amonestó al Ayuntamiento de Barcelona porque la entrega de datos personales y la obligación de depositar residuos en bolsas translúcidas o cubos junto a la entrada de las viviendas en Sant Andreu “implica un alto riesgo para los derechos y libertades de las personas usuarias del servicio”. A raíz de la denuncia de un particular, Protección de Datos atribuyó una infracción grave al consistorio, al no haber analizado posibles perjuicios para los vecinos antes de poner a prueba el sistema. 

Sant Andreu, el distrito con más detractores

La hoja de ruta para la expansión del nuevo modelo queda reflejada en la encuesta del GESOP. Sant Andreu es el distrito donde más vecinos encuestados han dicho estar en contra del 'puerta a puerta': el 61,3%, frente a un 27,5% que se ha pronunciado a favor. Le sigue Horta-Guinardó, donde parecería que los vecinos temen ser los siguientes: el 57,4% se muestra en contra y, el 35,1%, a favor. El tercer puesto es para Les Corts, con el 57,1% en contra y el 42,9 a favor. Por su parte, Sarrià-Sant Gervasi -donde la primera prueba piloto fue bastante positiva- es uno de los distritos con menos detractores, con el 48% de los vecinos encuestados en contra y el 37,3% a favor. 

Eso sí, en todos los distritos hay más ciudadanos detractores de esta medida que partidarios. En todos excepto en uno. Es el caso de Ciutat Vella, donde el 48,5% de los encuestados afirma que está de acuerdo de este sistema y, el 45,5%, en desacuerdo. 

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