Barcelona salda su deuda pendiente con el antiguo campo del Espanyol en Sarrià

El 15 de marzo de 2017, el consejo plenario del Ayuntamiento de Barcelona aprobó que la ciudad rindiera homenaje al antiguo campo de fútbol del RCD Espanyol en Sarrià. Los 'pericos' jugaron en ese coliseo desde 1923 hasta 1997, año en el que subieron a la nevera de Montjuïc mientras se construía el nuevo campo de Cornellà-El Prat, inaugurado en agosto de 2009. Este sábado se ha dado cumplimiento a aquel acuerdo que firmaron todas las fuerzas políticas, a excepción de la CUP, y el consistorio ha instalado una placa conmemorativa que mejora la señal paupérrima existente hasta la fecha. Lo cierto es que cinco años atrás se pactó un mural que se resumiera la historia del club "para preservar la memoria y la relación con el barrio de Sarrià". Lo de este sábado se ha quedado en un embellecimiento de la señalización de nombre de los jardines del Camp de Sarrià. Algo es algo.

El concejal que más persiguió este reconocimiento fue Alberto Fernández Díaz (PP), que, aunque ya está retirado de la política, también ha estado presente en el acto porque además de 'perico' acérrimo, es patrono de la Fundación del RCD Espanyol. Aunque el acuerdo municipal no se alcanzó hasta 2017, ya en 2013 solicitaba "dignificar el recuerdo del estadio en los terrenos de Sarria". Sin demasiada suerte.

Al evento de este sábado han acudido el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, y el CEO del Espanyol, Mao Ye Wu. "La historia de Sarrià y de Barcelona no se pueden entender sin hablar del Espanyol. Hoy rendimos homenaje al club en el centenario del antiguo estadio con el descubrimiento de una placa conmemorativa en honor del que fue durante 74 años el campo más perico del mundo", ha resumido el concejal socialista. También han estado presentes el concejal de Sarrià y teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle, y el presidente de la Fundación del Espanyol, Antoni Fernández Teixidó.