Camino a las municipales

Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona: ¿las últimas horas del planeta Krypton?

Paco Sierra, presidente del grupo tras haber roto con el partido, pedirá judicialmente la semana que viene ser restituido como militante

Anna Grau opta a las primarias para ser alcaldable y confía en evitar la desaparición de la marca en el consistorio en las elecciones del 28 de mayo

Anna Grau

Anna Grau / ACN

Toni Sust

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Es posible que muchos jóvenes no conozcan las escenas impactantes del principio de Superman, película estrenada en 1978 en la que el legendario actor Marlon Brando tuvo una breve y muy bien pagada aparición: Jor-El, su personaje, advertía sin éxito de que el planeta en el que vivía su civilización, Krypton, estaba a punto de desaparecer. En los momentos previos a la explosión final, logró meter a su hijo en una cápsula para que escapara al desastre. Y así llegó Superman a la Tierra.

Con las lógicas distancias planetarias, no deja de ser el escenario que vive Ciutadans en el Ayuntamiento de Barcelona. Las expectativas electorales son más bien negativas, el grupo municipal ha roto con el partido. El presidente del grupo, Paco Sierra, ha sido expulsado de Ciutadans, que sin embargo no ha podido evitar el edil siga representando su marca en el ayuntamiento. Es fácil aventurar el desmorone.

Frente judicial

Sierra pedirá la semana que viene judicialmente la restitución como militante de Ciutadans, y medidas cautelarísimas para participar en la asamblea que el partido celebrará el 14 de enero. Está totalmente enfrentado a la dirección de Ciutadans en Catalunya y de hecho considera que los problemas empezaron cuando Carlos Carrizosa se convirtió en el timonel de la formación.

Por otro lado, Anna Grau, diputada en el Parlament, ha dado un paso adelante para ser la alcaldable de Ciutadans en mayo próximo. Ha puesto como condición que se celebren primarias. “No son obligatorias pero son imperativas”, dice. No son obligatorias porque el partido no tiene más de 400 militantes en la ciudad. Por ahora, Grau no tiene rival. El proceso culminará el 19 de febrero con la designación del candidato.

En cuanto a Luz Guilarte, la que fue presidenta del grupo hasta que Sierra y otra concejala, Noemí Martín, la descabalgaron del cargo en octubre, ha pasado a mejor vida: ha abandonado la política para regresar a su vida laboral previa. Con el motín como justificación, ella es la que se metió en la cápsula de Jor-El para escapar al desastre.

Paco Sierra, en un pleno municipal en septiembre, semanas antes de convertirse en presidente del grupo de Ciutadans.

Paco Sierra, en un pleno municipal en septiembre, semanas antes de convertirse en presidente del grupo de Ciutadans. / Blanca Blay / ACN

La lista de Valls

Hay quien se aferra a salvar el planeta, y aunque sobran los que, como Marlon Brando, advierten del desastre, queda algún optimista. En el caso de Ciutadans, el que tuvo una aparición breve (y se dice que bastante bien pagada) fue Manuel Valls, cabeza de la lista presentada en 2019.

El exprimer ministro francés cerró un acuerdo con el entonces líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y con el apoyo de parte de los sectores más adinerados de Barcelona formó una candidatura que denominó Barcelona pel Canvi: Ciutadans completaba el nombre y aportaba los derechos electorales.

Con el apoyo financiero de las élites, Valls se dispuso a descabalgar a Ada Colau de la alcaldía. Pero fracasó: solo obtuvo seis ediles, uno más de los que Ciutadans tenía en el mandato anterior. Como Krypton, aunque no tan rápidamente, el planeta de la lista antinacionalista empezó a despedazarse en seguida: la decisión de Valls de hacer alcaldesa a Colau para que no lo fuera el ganador de las elecciones, Ernest Maragall, dividió a la candidatura.

Ciutadans se quedó con cuatro ediles y Barcelona pel Canvi, con dos, el propio Valls y Eva Parera. Más tarde, Marilén Barceló dejó Ciutadans con solo tres representantes, al convertirse en no adscrita, aunque oficiosamente se alineó con Parera.

29 personas

29 personas trabajan en el grupo municipal de Ciutadans, entre concejales, asesores y personal con otras funciones. No han pasado semanas muy buenas. Antes del último pleno municipal, el del 23 de diciembre, se especuló hasta el último momento con la posibilidad de que Sierra tuviera que sentarse en los escaños de la parte superior del salón de Carles Pi i Sunyer como edil no adscrito. Pero no fue así.

“Más allá de mi condición o no de afiliado, soy el presidente del grupo municipal y lo seré hasta mayo pase lo que pase”, afirma Sierra. No tiene intención de presentarse a las primarias. Niega también que se plantee fichar por Valents, el PP o Vox, como se le ha acusado de estar pactando. Como mucho, dice, iría en la lista de Ciutadans en un puesto simbólico. Pero su decisión es clara: “En mayo me voy a mi despacho (de abogado) y cierro mi etapa municipal”.

Un grupo de WhatsApp

De la dirección que encabeza Carrizosa afirma que ha intentado, incluso creando un grupo de WhatsApp con ellas, acercarse a sus dos compañeras de grupo, Noemí Martín y Julia Barea (que sustituyó a Guilarte) para que apoyen que Sierra deje la presidencia, pero sin éxito. Las dos, por cierto, respaldan a Edmundo Bal en su pulso por la dirección de Ciudadanos. Señalando a Carrizosa como responsable, Sierra subraya que Ciutadans tiene solo algo más de 200 afiliados en la capital catalana. “En algunas agrupaciones había 200 militantes y ahora quedan seis o siete”, remacha.

Aunque señaló el riesgo de la desaparición de Ciutadans en el ayuntamiento como un motor de los cambios que forzó en el grupo, cree que hay opciones de evitarlo: “No estamos lejos, nos falta un empujoncito”. Y no ve mal a Grau como candidata, pero no es fácil imaginarlo haciendo campaña con ella a la vista de su enfrentamiento con la dirección.

Los huérfanos

También Grau ve a gente huérfana en el espacio de Ciudadanos, si bien ella no suscribe los ataques a la cúpula. “Quiero ser muy prudente sobre este tema, quiero ser la candidata de todos, también de los que se sienten huérfanos”, afirma la diputada de Ciutadans en el Parlament sobre el conflicto en el grupo municipal.

No la intimida que se den por hechos los malos resultados de Ciutadans en las municipales: “Soy una persona entregada y valiente, pero no una masoquista total. Si doy el paso es porque creo en el proyecto”, declara. A diferencia de Sierra, que relata que conserva “una bonita amistad con Valls”, Grau tiene un recuerdo más bien terrible de su corto periplo por la política municipal.

Califica de “traición” el papel de Valls en la reelección de Colau, y se marca como primer objetivo borrar “los pésimos efectos” del paso del exprimer ministro francés por el ayuntamiento. En cuanto a los problemas de la ciudad, pide evitar efectismos e ir a lo concreto ante los que hacen aspavientos pero acaban apoyando a Colau como socios, como el PSC, o desde fuera del gobierno, como ERC: “Las ‘superilles’ se revierten y ya está”.

En su opinión, los barceloneses afrontan una fiscalidad asfixiante con pocos resultados: “Mi gestor se puso a llorar cuando le dije que volvía de Madrid a Barcelona. Se pagan muchos impuestos a cambio de unos servicios sociales muy justitos. No entiendo ver ratas por la calle con los impuestos que se pagan. Ni que entrasen a robar en mi casa. Todo esto es culpa de un gobierno bolivariano y de los que le ríen las gracias”.

Las encuestas

Sobre las encuestas, sostiene que algunas se hacen sin incluir la opción de Ciutadans para que los electores no puedan citarla. Rechaza el papel del PP, “un partido que abandonó a Catalunya incluso antes del pacto del Majestic (la alianza estable entre José María Aznar y Jordi Pujol). Y en cuanto a Eva Parera, la líder de Valents, no se corta: “Me aburre soberanamente. No ocupa ningún espacio en mis preocupaciones. Es una digna heredera de Duran Lleida y el lobi catalán”.

“Yo quiero representar un espacio de decencia política, no solo constitucionalista”, argumenta Grau, que no abandonará la Cámara catalana a menos de que se lo impidan labores de gestión municipal: “Seguiré como diputada en el Parlament, aunque si soy alcaldesa o teniente de alcalde tendré que ver como lo combino”.

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