Regreso de un histórico

La Paloma reabrirá por Nochevieja y volverá definitivamente a partir de Carnaval

La mítica sala de la calle del Tigre resucita tras 16 años de cierre, muchas mejoras y una insonorización que le ha permitido actualizar sus permisos para la actividad musical

Imagen de archivo de La Paloma, cuando acogió una edición de La Marató, en 2019.

Imagen de archivo de La Paloma, cuando acogió una edición de La Marató, en 2019.

Patricia Castán

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El año 2023 comenzará por todo lo alto para la histórica sala de fiestas La Paloma, que por fin y tras 16 años de cierre volverá con una fiesta de Nochevieja. Pero el local de la calle del Tigre, en Ciutat Vella, que ha vivido durante estos años un via crucis de mejoras y una costosa insonorización para poder volver a la actividad, explica a este diario que la apertura definitiva y estable será a partir de Carnaval, una vez hayan reclutado y preparado un equipo estable. Será el año del 120 aniversario, que la consolida como la más antigua de Europa.

En los últimos años, La Paloma ha albergado puntualmente algunas fiestas y eventos organizados por terceros que alquilaban el espacio. En esta ocasión, los propietarios, Mercè March y su hijo Pau Solé, retoman las riendas definitivamente para desarrollar una programación regular a partir de febrero, tras un primer despegue en Fin de Año. Esa noche, a partir de las 00.30 el local levantará el telón con la actuación de Carlitos Sarduy & Groove Messengers, y posteriormente de Sonido Tupinamba. Las entradas de la fiesta de debut, por 38 euros en estos momentos con copa, se venden por internet a buen ritmo, ante la expectación que ha generado el regreso.

March detalla que todo está ya en regla, tras largos años de obras que se iban sucediendo en función de los recursos económicos disponibles. La insonorización exigida por el ayuntamiento tras su cierre a principios de 2007 --como consecuencia de las quejas vecinales por ruidos-- se ha completado. Y entre los retoques de estas últimas semanas se incluye la renovación de focos, para que La Paloma presente su mejor imagen en su resurrección. El consistorio confirma que todos los permisos están al día tras las inspecciones favorables, de modo que la actividad puede retomarse.

Los propietarios habían anunciado que la reapertura se produciría en 2022, sin una fecha cerrada, que se ha ido demorando hasta este esprint final. El final feliz llega ahora, con la expectativa de programar sobre todo música en vivo (de la mano del Taller de Músics), pero también sesiones nocturnas de discjoqueis de estilos y ritmos acotados, y que garanticen la convivencia entre la actividad y la vida vecinal. La titular agrega que abrirán de jueves a domingo.

Mucho vivido y por vivir

Como ya relató este diario, el exterior del local, con aspecto de nave industrial (fue de la Fundición Comas), contrasta con su pomposo interior, que ahora vuelve a florecer. Su historia como sala de baile se forjó desde 1903, cuando la fundaron tres amigos, con un inicio un tanto complicado, hasta que en 1907 se quedó el negocio Jaume Daura, y su hijo impulsó una nueva etapa.

En 1915 el propietario viajó a París, donde se inspiró para renovarlo, con la ayuda de Salvador Alarma, escenógrafo del Gran Teatro del Liceu, y Miquel Moragas, reputado pintor del momento. Las telas del techo que aún lo ornamentan recrean distintos tipos de baile. En 1919 incorporó una versión de salón de los espejos versallesco a cargo de Manuel Mestres, con dorados y otros alardes que se convirtieron en su sello de identidad, junto a su gran lámpara central y las mesas de mármol que vuelven a ser tendencia.

Cabe destacar que sobrevivió al cierre durante la guerra civil (convertida en galería de tiro) y a la censura durante franquismo. Luego revivió como inolvidable punto de interrelación y ocio de varias generaciones hasta albergar a pinchadiscos para sobrevivir al cambio de siglo. En 2023 celebrará 120 años y seguirá alimentando su historia, y con ella la de Barcelona.

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