Igual que en la Superilla

Las obras de la Rambla de Barcelona destapan también adoquines y vías del antiguo tranvía

La reforma saca a la luz vestigios de la movilidad del siglo pasado, como ya sucedió en la calle Girona del Eixample

BARCELONA 06/12/2022 Barcelona. Las obras de reforma que han empezado en la parte baja de la Rambla dejan al descubierto los adoquines y las vías de tranvía que circulaban por esta calzada de subida FOTO de FERRAN NADEU

BARCELONA 06/12/2022 Barcelona. Las obras de reforma que han empezado en la parte baja de la Rambla dejan al descubierto los adoquines y las vías de tranvía que circulaban por esta calzada de subida FOTO de FERRAN NADEU / Ferran Nadeu

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Las obras de la Rambla de Barcelona empiezan a destapar sorpresas. Y es que el subsuelo de Ciutat Vella es un tesoro arqueológico y por ejemplo en esta zona se esconde, como ya explicó El Periódico, la ‘cola’ de la muralla de Barcelona. Vestigios medievales que conviven también con restos más recientes, como los adoquines y las vías de tranvía que caracterizaban la capital catalana el siglo pasado.

Según ha podido comprobar in situ este diario, los operarios que ejecutan la reforma han hallado en los últimos días una calzada de adoquín de piedra tradicional bajo la capa de asfalto que cubría el lateral de la Rambla. Concretamente en el lado Besòs de la arteria, a pocos metros de la Foneria de Canons y el monumento a Colón.

La zanja abierta ha sacado a la luz también las dos vías de un carril de tranvía. El trazado que se intuye es ligeramente curvado y delata la trayectoria de los convoyes procedentes del paseo Colón y que se adentraban en la trama antigua por la Rambla. Este medio de transporte, ahora de actualidad por su nuevo trazado en la Diagonal, circuló por la Rambla hasta los años 60. Tras su retirada, el consistorio del momento decidió renovar el aspecto del paseo con las famosas baldosas en forma de olas, que desaparecerán al culminarse la actual reforma.

Detalle de una de las vías de tranvía halladas durante las obras de la Rambla

Detalle de una de las vías de tranvía halladas durante las obras de la Rambla / Ferran Nadeu

El precedente de la Superilla

Justo estos dos restos, adoquinado y vías, se encontraron también este verano en el Eixample durante las obras de la Superilla. El Ayuntamiento de Barcelona anunció rápidamente que tenía intención de rescatar y reubicar ambos elementos en la nueva urbanización de la calle Girona. La noticia causó revuelo por el reto que suponía para la accesibilidad universal, puesto que los adoquines tradicionales son un pavimento sentenciado en Barcelona a causa de su mayor riesgo de tropiezos, resbalones y ruido. Como avanzó El Periódico, finalmente el gobierno de Ada Colau halló la solución idónea gracias a un precedente del mandato de Xavier Trias: la pavimentación simbólica de la plaza Comercial frente al antiguo mercado del Born.

Para los adoquines y vías de la Rambla aún no hay ningún posicionamiento oficial del Ayuntamiento de Barcelona. Portavoces consultados por este medio se muestran cautelosos aunque abren la puerta a recolocar parte de los elementos hallados: “Se analizaran posibles opciones y posibles ubicaciones allí donde se considere, en el marco de la reforma global de la Rambla”.

Las obras de reforma que han empezado en la parte baja de la Rambla dejan al descubierto adoquines y vías de tranvía

Las obras de reforma que han empezado en la parte baja de la Rambla dejan al descubierto adoquines y vías de tranvía / Ferran Nadeu

La arqueología, indisociable de la obra

El proyecto de reforma de la Rambla ya prevé un papel relevante del Servicio de Arqueología de Barcelona. Su vigilancia e intervención forma parte del calendario de obras, por lo que no debería suponer retrasos ni incrementos de presupuesto significativos. La adjudicación de la obra incluye la contratación de una empresa especializada que, desde el minuto uno, vigila cada zanja abierta para velar por la integridad de los restos que puedan aflorar.

“Mientras hay un arqueólogo trabajando, la obra no ha parado y además los operarios pueden seguir trabajando en otra parcela”, reivindicaba a este medio Josep Pujades, jefe de este servicio municipal, al iniciarse la reforma este octubre. Advertía también que la intervención se centra en la superficie, no en el subsuelo como sucede con túneles o grandes infraestructuras, lo que facilita que afloren restos más modernos como vías de tranvía. “La calzada central y la parte superficial se han removido mucho” a lo largo de los siglos, añadía, porque la Rambla ejerce de paseo ciudadano desde el siglo XIX. 

Suscríbete para seguir leyendo