Rodalies y la inquietante y diaria "normalidad en el servicio"

Las dudas son las siempre. "¿Este tren va a...?", "¿cuál es la vía para ir hacia...?", "¿para en todas las estaciones?", "¿Este va al aeropuerto?". Da igual si se modifica una línea o si, como es el caso, se inaugura una nueva estación de Rodalies: la de Sant Andreu. Los viajeros no habituales se presentan en las taquillas con un lienzo en blanco bajo el brazo. Saben dónde van y por qué, pero no tienen claro el camino. Este lunes han quedado atrás tres meses en los que los pasajeros debían bajarse en el apeadero más antiguo de España y proseguir su camino hacia la gran ciudad a través de la L1 de metro. "Se hacía más largo, pero depende de cómo era más fiable", ironiza un universitario, con origen en Sant Celoni y final en Passeig de Gràcia.

Sí, los viajeros se ahorran ese paseo de cuatro minutos por el corazón de Sant Andreu (preciosa la parroquia homónima) para proseguir su viaje con el suburbano. Y sí, se ha puesto en funcionamiento una nueva estación largamente esperada por los vecinos. Pero los problemas de base se han mantenido: retrasos y trenes cancelados. Lo denunciaban a primera hora de la mañana distintos usuarios de la R2Nord. Advertían de convois que no pasaban (y que Rodalies confirmaba que se habían anulado por "incidencias técnicas"), de trenes que llegaban llenos o de retrasos de más de 20 minutos. "La normalidad, como siempre, es que todo va mal", resumía Georgina, tras encontrarse con que su tren previsto a las 7.50 horas en Cardedeu no iba a pasar.

Horas o frecuencias

Curiosamente, todas las quejas van asociadas a una hora de paso, a una tabla que sigue basándose en horarios concretos de circulación y no en frecuencias. No es por añadir más leña al fuego, pero en Ferrocarrils acaban de convertir la línea del Vallès en una auténtico metro, al poner frecuencias de dos minutos y medio a Sant Cugat y de cinco minutos a Sabadell y Terrassa (en horas punta, claro). Aunque ojo, también FGC tiene incidencias. Rodalies, aunque el plan 2020-2030 tiene como objetivo empezar a cambiar este manera de funcionar, sigue basándose en la planificación de toda la vida.

Y así es cómo tú esperas coger el de las 9.51 horas o el de las 11.36 horas. Cuando lo deseable, en un sistema eficaz y eficiente, es saber que tienes un tren cada tantos minutos. "El tren de las 6.54 horas en Mollet-Sant Fost no ha pasado. Y ahora nos comunican que el próximo, el de las 7.14 horas, va lleno y que tenemos que esperar 10 minutos más para el siguiente... Una vergüenza, como mínimo informad correctamente", se quejaba la mañana del lunes Marina. Desde Girona llegaba la queja de Alex, médico de profesión, que no entendía que el Twitter Rodalies informara de "normalidad en el servicio" de la R11 cuando a él le aparecían cinco trenes con retraso entre las 9 y las 11 de la mañana.

El mensaje...

"Normalidad en el servicio" es sin lugar a dudas el mensaje que más irrita a los viajeros habituales de Rodalies. Tienen dos tipos de comportamiento ante este diagnóstico. El primero, resignación, y concluir que cualquier incidencia entra dentro de esa supuesta rutina. El segundo, cabreo y respuesta. Como la de Berta, que tras ver el "normalidad en el servicio" en referencia a la R1, la línea del Maresme, se pregunta dónde está el tren que debía pasar a las 6.57 horas por Malgrat. Respuesta de Rodalies: lleva un retraso aproximado de 23 minutos. ¿Normalidad...?.

"El no saber -relata Marcos, ingeniero de Maçanet, recién 'aterrizado' en Sant Andreu- creo que es lo que más irrita. Soy consciente de que no debe ser fácil gestionar la red, pero no es normal que digan que todo va bien y que cuando estés en la estación te encuentres con todo tipo de imprevistos. Nos va el llegar tarde a trabajar, y eso no es ninguna tontería". Es, seguramente, el principal agobio de los viajeros de Rodalies y a la vez el principal enemigo de Renfe (que siempre se lleva las culpas aunque sea Adif el titular de la infraestructura ferroviaria), el hecho de que los usuarios tengan un nivel tan bajo de confianza en la fiabilidad del sistema.

En Sant Andreu, en cambio, hay gente que ve el vaso medio lleno y que agradece que se haya estrenado la estación "tras muchos años de espera". Es el caso de Teresa y Julio, amigos y residentes en el barrio que se dirigen a Girona. "Ya veremos cómo irá el viaje, pero la estación ha quedado preciosa. Solo un reproche: hace un poco de frío". Hay muchas quejas, pero también son muchos viajeros diarios (unos 370.000) y un montón de trenes por toda la red ferroviaria (unos mil en día laborable).