Entrevista

La gerente del Consorci del Besòs: "Faltan inversiones, pero la actitud hacia nuestros barrios ha cambiado"

Carme Ribas, responsable del órgano, confía en que se transfieran más fondos hacia una de las zonas más empobrecidas de Catalunya y se extiendan más allá de la remodelación de las Tres Xemeneies

La gerente del Consorci del Besòs, Carme Ribas.

La gerente del Consorci del Besòs, Carme Ribas. / ZOWY VOETEN

Jordi Ribalaygue

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El último tramo del Besòs antes de desembocar en el mar concentra varios de los barrios con menos renta de Catalunya. Es una constante desde hace años. Las alcaldías de las cinco ciudades del trecho final del río (Barcelona, Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs y Montcada i Reixac) vuelven a instar a la Generalitat y otras administraciones a mitigar carencias. Los ayuntamientos se han comprometido a remitirlas con la Coordinadora Vecinal del Baix Besòs, que apremia a que las promesas pasen ya a los hechos.

Las asociaciones de vecinos reclaman más poder para el Consorci del Besòs, un órgano por ahora discreto, y proponen que coordine y unifique políticas comunes contra las privaciones. El organismo se halla en proceso de adoptar unos nuevos estatutos y la Generalitat y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) están a punto de desembarcar en su seno, con vistas a que comande la reforma urbanística en torno a las Tres Xemeneies. Carme Ribas es su gerente.     

¿Qué hace el consorcio para revertir la pobreza en torno al río?

Todo lo que hacemos, en el fondo, es intentar mejorar las condiciones de habitabilidad del Besòs. Todo se encamina a combatir la pobreza, directa o indirectamente. Otra cuestión es la capacidad del consorcio. Trabajamos bajo encargo y no tenemos un presupuesto de inversiones para implementar proyectos. Preparamos temas para que las administraciones inviertan.

¿Al Consorci del Besòs le ha faltado incidencia en política social? ¿Ahora tendrá más?

Todo lo que se hace es para que así sea. La incapacidad para tirar adelante en algunos momentos porque necesitábamos de la Generalitat, el AMB o la Diputación lleva a replantear el consorcio. Podemos ser una mejor herramienta si esas administraciones se incorporan. Por mucho que trabajemos con los ayuntamientos, la inversión viene por otras vías.

¿Y el Consorci del Besòs tendrá una agenda propia de asuntos sociales en los que incidir?

Ya veremos. Ahora trabajamos codo con codo con la Generalitat en el sector de las Tres Xemeneies y la zona de barracas de Montcada i Reixac. Son dos grandes asuntos que tienen que ver con la mejora de las condiciones de vida en el Besòs y que dan fuerza al consorcio. ¿Pasará muchas o pocas veces más? Serán tantas como nuestros dirigentes quieran.

Las alcaldías del entorno del Besòs siguen pidiendo inversiones, un clamor que ya las unió hace siete años. ¿Qué ha fallado para que no se haya satisfecho?

Barcelona ha incrementado muchísimo las inversiones en sus barrios y, por ejemplo, Santa Coloma las ha recibido del Àrea Metropolitana por un valor importante. La situación de la zona se ha puesto más sobre la mesa y se han hecho esfuerzos parciales. Pero, ¿ha habido un proyecto para el Besòs firmado por todas las administraciones y con presupuesto? No ha existido. ¿Hace falta? Quizá sí, al menos para coordinar inversiones y que no caigan de forma aislada. 

Se han hecho esfuerzos parciales, ¿pero ha habido un proyecto para el Besòs de todas las administraciones y con presupuesto? No ha existido

¿Por qué no ha existido ese gran proyecto?

Ha habido intentos y todos coinciden mucho. Están claros los ejes. Falta organizar la gobernanza e inversión. 

Los grandes problemas de hace siete años y los actuales son los mismos en el Besòs.

Sí, pero, como dice la alcaldesa de Santa Coloma [Núria Parlon], se destacan los índices de vulnerabilidad del Besòs pero no se pone en valor su poder de resiliencia y de salir adelante. Si tiene unos índices tan dramáticos, ¿cómo es que no ha explotado? Hay un nivel de colaboración, de organización y de ayuda que quizá no está tan presente en otros lugares.

La gerente del Consorci del Besòs, Carme Ribas.

La gerente del Consorci del Besòs, Carme Ribas. / ZOWY VOETEN

¿Por qué habría que confiar que ahora habrá más inversión para afrontar problemas persistentes?

Las administraciones y las asociaciones de vecinos han dado una paso gigantesco organizándose y poniéndose de acuerdo. Es un escenario nuevo, al menos de gobernanza. Luego falta que llegue la financiación.

Con los estatutos actuales, las aportaciones de los cinco ayuntamientos suman 961.000 euros al año. Con la entrada de la Generalitat y el Àrea Metropolitana, subirán a 2,3 millones. ¿Qué hará el consorcio con el incremento?

El consorcio se debe reestructurar primero, con una dirección y un consejo nuevos que deberán decidirlo. Pero el dinero no será para rehabilitar la nave de turbinas de las Tres Xemeneies o para comprar vivienda. No será inversión directa, que tiene que venir por otras vías. Sí fortalecerá el consorcio para impulsar más trabajos, estudios y proyectos.

Los cambios irán poco a poco y, para que se noten, se necesitarán cinco años como mínimo

El Consorci del Besòs tendrá un papel en el desarrollo del 'hub' audiovisual de las Tres Xemeneies, que la Generalitat quiere que sea un nodo de empresas con proyección internacional. En paralelo, Netflix está invirtiendo en sus estudios de Madrid. ¿Se puede creer en un proyecto potente en Catalunya? 

La voluntad está, y es clara. La industria audiovisual y del videojuego en Catalunya es potente. Que ese sector tenga sede y presencia aquí puede atraer a firmas europeas. No son castillos en el aire. Por primera vez, veo una iniciativa real y viable para transformar las Tres Xemeneies.

¿Hay riesgo de que las políticas para mejorar el Besòs se focalicen demasiado en las Tres Xemeneies y eclipse las necesidades a atender en los barrios?

Es evidente que es un peligro, porque es un proyecto goloso y vistoso. Pero las alcaldías van a una alianza no solo por las chimeneas, sino por un desarrollo integral del Besòs. El 'hub' irradiará en toda la zona y pone las condiciones para renovar los polígonos con actividad productiva del siglo XXI. Puede ayudar mucho, pero los otros temas no se tienen que abandonar y son importantes, como la rehabilitación de viviendas. La actitud de las administraciones hacia el Besòs ha cambiado. Lo que faltan son una nueva gobernanza e inversiones. Pero la actitud ha cambiado muchísimo. Llevo cinco años aquí y, al principio, el caso era relativo. Ahora hay capacidad de recepción y voluntad de comprometerse.

¿En cuántos años se deberían revertir los déficits en el Besòs?

Es difícil decirlo. Son grandes cambios, muy lentos. Irán poco a poco y, para que se noten, se necesitarán cinco años como mínimo.

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