Reactivación progresiva

El Gòtic recupera pulso comercial a costa de ceder más locales al turismo

Las calles de Portaferrissa y Ferran han reducido sus persianas bajadas pero la asociación de comerciantes alerta de la proliferación de una oferta monotemática que no atrae al barcelonés

Actual oferta en Portaferrissa, donde varios comercios preparan aperturas.

Actual oferta en Portaferrissa, donde varios comercios preparan aperturas. / RICARD CUGAT

Patricia Castán

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Tras tocar fondo como ningún otro eje comercial de Barcelona a causa de la pandemia, el Gòtic ha ido recuperando el pulso comercial desde la pasada primavera con paso vacilante en algunas calles, pero con el saldo, estos días, de muchas menos persianas bajadas. La reactivación, sin embargo, está siendo agridulce visto el desembarco de iniciativas comerciales, claramente enfocadas al visitante de paso y con escaso poder para atraer al ansiado público barcelonés. La asociación Barna Centre, que aúna al comercio de la zona, alerta de que la pérdida de calidad de la oferta puede acarrear la desaparición de otros negocios con identidad.

Tiendas que abrirán próximamente en Portaferrissa.

Tiendas que abrirán próximamente en Portaferrissa. / RICARD CUGAT

La crisis sanitaria puso en evidencia el excesivo peso del turismo en la zona. Cuando las restricciones impidieron viajar, muchos negocios se fueron a pique porque el comprador local y del resto de Catalunya no tenían la bastante fuerza en la zona. La patronal ha reivindicado planes para dinamizar el centro de la ciudad con más actividad económica que estimule el tráfico de barceloneses, y programas para facilitar el acceso real de los emprendedores locales y las marcas distintivas. Pero de momento la sobre oferta de locales vacíos ha comportado una eclosión de negocios dirigidos a la compra caprichosa del turista. Desde bisutería en serie hasta artículos vinculados al cannabis. O las tiendas de suvenires camufladas con algo de moda o complementos, o con regalos de recuerdo, como informó este diario en agosto.

La calle de Portaferrissa que, pese a su tamaño, llegó a tener la mitad de establecimientos cerrados, mantiene ahora una decena sin uso o en obras. Según datos de la consultora CBRE, tenía un nivel de disponibilidad comercial del 20% al cierre del tercer trimestre, considerado muy elevado para una calle de su ubicación. En el caso de la Ferran, que no se trata de un referente comercial, pero sí con alquileres por las nubes debido a su gran trajín de visitantes que la recorren al unir la plaza de Sant Jaume con la Rambla, la escabechina afectó hasta a 25 negocios. La mayoría han reabierto o están en vías de hacerlo, esencialmente enfocados a la restauración rápida, y los artículos de regalo. Se cuentan con una mano los cerrados, encallados cuando los altos precios ejercen de freno.

Comercios abiertos y cerrados en la calle de Ferran, esta semana.

Comercios abiertos y cerrados en la calle de Ferran, esta semana. / RICARD CUGAT

La presidenta de Barna Centre, Teresa Llordés, tiene claro que el "descenso de la tasa de locales cerrados, siempre es una buena noticia a nivel comercial e incluso social, porque las persianas levantadas aportan cierta seguridad y tranquilidad en el paseante". Sin embargo, pone el dedo en la llaga de esos "relevos comerciales". "Salvo excepciones que nos alegran, crece la preocupación por la pérdida de diversidad y calidad comercial en la zona”, advierte.

La directora de Retail High Street de CBRE, Susana Elhombre, explica que Portaferrissa alcanzó una situación insostenible y vive una recuperación mucho más lenta que otras calles céntricas. "Es la que más ha sufrido", reflexiona. Muchas marcas que tenían presencia en esta vía han decidido irse reubicando en ejes 'prime' como el revalorizado paseo de Gràcia o el Portal de l'Àngel, aprovechando el centrifugado de la pandemia. Y a su vez los que antes solo podían aspirar a calles secundarias están dando el salto a calles como Portaferrissa o el entorno aprovechando la disponibilidad y algún ajuste de precios. "En estos momentos hay un enfoque al turismo puro y duro, ya no es una calle dedicada a la moda", agrega.

La libertad de mercado propicia que a pie de calle (los centros comerciales sí regulan las proporciones) solo los propietarios pueden acabar definiendo el mix comercial, recuerda Domènec Casellas, responsable de Retail en España de Cushman & Wakefield, quien apunta que en Portaferrissa muchos siguen optando por la máxima rentabilidad, lo que mantiene esa quinta parte de espacios por ocupar.

Recorridos cortos

Es tan visible a simple vista que muchos compradores del resto de la ciudad que acuden al Portal de l'Àngel (meca de las grandes marcas populares) y con un urbanismo más atractivo para las compras, no pasan de Cucurulla.

Alternancia de negocios abiertos y persianas bajadas, junto con obras de reforma, en la calle de Portaferrissa.

Alternancia de negocios abiertos y persianas bajadas, junto con obras de reforma, en la calle de Portaferrissa. / RICARD CUGAT

Llordés apunta: “Cada vez son más los clientes habituales y usuarios de la zona que nos dicen que ya no quieren venir al centro de Barcelona porque lo ven degradado, inseguro, les cuesta llegar y con una oferta comercial general poco atractiva ya que hay demasiadas tiendas de repetición y suvenires". El verano ha sido de gran actividad en la zona, sobre todo turísticas, pero la sensación en muchos negocios es de vivir un momento de transición complejo. La nueva oferta impersonal "tiene un impacto muy negativo sobre muchas tiendas de toda la vida, que se plantean irse a otras zonas de Barcelona que el ayuntamiento cuida más, si quieren sobrevivir". La asociación teme lo que pueda pasar tras la campaña de Navidad. "Nos tememos más cierres, si la administración sigue sin reaccionar ”, enfatiza.

Uno de tantos negocios de carcasas y otro recién alquilado en Ferran.

Uno de tantos negocios de carcasas y otro recién alquilado en Ferran. / RICARD CUGAT

Y no es que no haya interés por desembarcar en el Gòtic. Isidre Estévez, consultor senior de la división de Commercial de Engel & Völkers recibe numerosas demandas de espacios pero observa un creciente interés de muchos propietarios a "la oferta más alta" en términos económicos, sin atender a la viabilidad o sostenibilidad de la propuesta comercial. Son aperturas de corto recorrido, como sucedió con muchas tiendas dedicadas al cánnabis (aunque se ha abierto una incluso en Portaferrissa), que aprovechan unas condiciones económicas inicialmente ajustadas que posiblemente no se podrán sostener cuando las rentas se normalicen, pasado un tiempo, vaticina.

"Muchos operadores de la segunda fila han saltado a la primera", argumenta, y ahora hay inversores (con auge de paquistanís e indios, detalla) con capital para probar suerte en calles tradicionalmente muy cotizadas. Hay un estira y afloja de las dos partes. El especialista subraya que en algunas calles tienen especialmente peso los fondos inmobiliarios, para los que los ingresos son la prioridad y que ya están negociando contratos que a corto plazo volverán a las rentas prepandemia.

Tienda de artículos vinculados al cannabis en Portaferrissa.

Tienda de artículos vinculados al cannabis en Portaferrissa. / RICARD CUGAT

Sobre el Gòtic planea también la potencia del 'e-commerce', que ha alterado hábitos de consumo, sobre todo en el ámbito de grandes marcas de mercado. "El pequeño empresario catalán renuncia ya a tener presencia en el centro". Y recuerda que por 25 metros cuadrados es común pagar de 2.500 a 4.000 euros. En este sentido, llama la atención sobre la eclosión de 'pop up' o puntos de venta temporales que han animado el Gòtic, pero que desaparecerán después de las fiestas navideñas. Habrá que ver si con relevos.

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