Protesta en la Sagrera

Transporte público aún incompatible con la discapacidad: “Es como subir al Dragon Khan”

Personas con movilidad reducida piden mejoras en trenes, buses y estaciones para evitar accidentes y obstáculos en el acceso

Jordi Ribalaygue

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Un grupo de personas con discapacidad se ha manifestado este sábado en el vestíbulo de la estación de la Sagrera, en Barcelona, para alertar de los obstáculos con los que aseguran que aún topan en el transporte público. La plataforma Accessibilitat Ciutat i Platges de Barcelona, convocante de la protesta, ha reclamado que los vagones del metro y de Rodalies, así como los autobuses de TMB, sean “realmente accesibles e inclusivos” y que se tomen medidas para garantizar a los pasajeros con problemas de movilidad “viajar sin accidentes”.

La concentración ha coincidido con el día internacional de las personas con discapacidad, si bien los organizadores explican que unos percances recientes en la red de transporte público de la ciudad les ha empujado a evidenciar su malestar. “Hace pocas semanas, un menor que va en silla de ruedas se cayó yendo con su cuidadora en el autobús. Se hizo rasguños en una pierna y una brecha. Cada dos por tres vuelca gente en la rampa de los buses. Conozco a seis o siete mujeres que les ha pasado y se han caído de espaldas. La última fue una chica de Gràcia. TMB le dijo que, como se había hecho daño en la acera, ellos no tenían ninguna responsabilidad”, se queja Àngel Urraca, miembro de la plataforma.

Atestigua que él también se ha encontrado con dificultades. “Querer subir con la silla al bus es como subir al Dragon Khan. La mayoría de veces, la plataforma de las paradas está llena de gente y tienes que maniobrar para no pisarle los pies a nadie con las ruedas de la silla. Cada vez cuesta más que se aparten. Quien no va con el móvil, está allí distraído. Y cuando el bus arranca, aún no estás bien colocado. O todavía estás haciendo la maniobra para ocupar tu sitio y es entonces cuando viene una curva... Es peligroso”, observa Urraca.

Los manifestantes reclaman rampas más anchas en los autobuses de Barcelona, reducir la distancia entre el andén y los trenes y que se corrijan desniveles en algunas estaciones para evitar situaciones de riesgo. “Hay paradas, como la de Fontana, donde no cojo nunca el metro, ya tuve una vez problemas con la silla. Mucha gente se queda enganchada con las ruedas al intentar entrar en el tren”, señala Urraca. La protesta de este sábado también ha instado a que las personas con discapacidad tengan prioridad en los ascensores de las estaciones y que se garantice que se respetan los espacios reservados en vagones y buses.

Las medidas de TMB y Rodalies

Por su parte, TMB y Rodalies señalan que llevan años renovando las instalaciones para procurar que se facilite el acceso a personas con movilidad reducida. TMB destaca que toda la flota de autobuses -formada por 1.135 vehículos- está equipada con rampas, plataforma baja, suelo antideslizante y zonas reservadas para transportar a personas con discapacidad. 

En el metro, 153 de las 165 paradas disponen de ascensores de conexión entre la calle, el vestíbulo y los andenes. Cuatro estaciones están en obras para ser adaptadas y el resto se halla en trámites para encargarse los trabajos de adecuación. Aparte, se han instalado rampas de metal en 53 estaciones para nivelar el acceso a los convoyes.

Por su parte, Renfe señala que el 81% de los trenes de cercanías están acondicionados para pasajeros con movilidad reducida. “Los que faltan son los más antiguos, que está previsto que se sustituyan”, indica la compañía. De las 107 estaciones de Rodalies de Barcelona y su entorno, 83 están habilitadas para facilitar el acceso de personas con discapacidad.