Adiós popular

El último tren de Sant Andreu Comtal: así ha sido la despedida de la estación más longeva de España

La puerta ferroviaria de Barcelona hacia el norte cierra sus puertas para ser sustituida por una nueva terminal soterrada

Último tren en la estación de Sant Andreu Comtal. Vídeo desde la cabina

Último tren en la estación de Sant Andreu Comtal. Vídeo desde la cabina. /

David Garcia Mateu

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La luna, tres decenas de aficionados al ferrocarril y un centenar de viajeros ajenos al revuelo mediático. Estos han sido los testigos del último adiós a Sant Andreu Comtal, la estación ferroviaria más longeva de España: 168 años. Una larguísima historia que ha visto su punto final a las 00.17 horas con la expedición puntual del 77.377, el último tren de la jornada del viernes dirección Granollers Centre. En los andenes, sensaciones contradictorias entre aquellos que han querido acercarse a despedirse del último convoy. Por una parte, la ilusión de poder vivir un acontecimiento histórico. Por el otro, la estela de la nostalgia tras el definitivo cierre de puertas y toque de silbato. La razón: mientras que algunos han vivido Sant Andreu Comtal como un mero transporte público, otros han hecho de este rincón del barrio una especie de baúl de los recuerdos.

No hay que hacer muchas preguntas para darse cuenta de la magia que despierta la ya jubilada estación entre sus vecinos. De hecho, el último pregonero de la Festa Major de Sant Andreu, Ramón Girabal, no dudó en explayarse a la hora de explicar las sensaciones y los recuerdos que le producía su terminal favorita: “Cuando era pequeño era un momento muy agradable ir a la estación durante las tardes de verano, […] desde los balconcitos había una perspectiva fantástica, se veía desde bien lejos como se aceraba el tren, aquel foco desdibujado por el calor sobre las vías”.

Del vapor al Talgo

Cualquier ‘andreuenc de tota la vida’ que se ha recorrido sus largos andenes para ‘baixar a Barcelona’ tiene grabado en sus retinas el paso a toda velocidad de un largo catálogo de trenes bajo sus pies, como las suizas, el Costa Brava o el Talgo Catalán. De hecho, estos recuerdos no tuvieron su punto final hasta hace pocos años. Fue en 2009 cuando, a raíz de las obras de la línea de alta velocidad a Francia, se mutiló el puente de libre acceso que cruzaba la inmensa playa de vías donde dormían desde locomotoras de mercancías hasta trenes de larga distancia. Una imagen de poderío ferroviario que hoy en día sería la delicia de cualquier trainspotter (sí, como en el mundo de la aviación, también hay fanáticos de los trenes capaces de recorrer quilómetros para coleccionar fotos de los distintos vehículos ferroviarios).

Precisamente, esta fría noche de viernes se ha convertido en todo un evento para los aficionados al sector: desde jóvenes adolescentes cámara en mano, hasta representaciones de organizaciones como la Associació d’Amics del Ferrocarril. Todos ellos, han comentado y compartido recuerdos del trasiego de carriles, desvíos, vehículos, maquinistas, factores y mecánicos que llegó a albergar la dependencia de Sant Andreu. Unas evocaciones que, en todo caso, tras las 00.17 horas, han quedado en eso: en recuerdos. Al fin y al cabo, la superficie que hasta este viernes acogía las vías del medio de transporte de masas más eficiente pasará a convertir-se en un vial de entrada a Barcelona para el tráfico rodado. En paralelo quedarán las nuevas vías soterradas y, unos metros más arriba, el edificio histórico de la estación, el cual será cedido por el Adif al Ayuntamiento para que lo dote de un nuevo uso social.  

Futuro sin definir

En estos próximos meses, al inmueble no le faltarán pretendientes: desde la Associació de Veïns i Veïnes de Sant Andreu de Palomar, hasta la Germandat de Trabucaires, Geganters i Grallers de Sant Andreu, entre otros, ya han insinuado a la administración local su interés por él. Así que, mientras el característico roce del acero rueda-carril del tren 77.377 cada vez se escucha desde más lejos, la mítica estación ha pasado a cerrar sus puertas a la espera que el consistorio dilucide, de una vez por todas, qué futuro le va a deparar.

Si bien la antigua estación ya ha dejado de prestar servicio, se espera que el próximo domingo 11 de diciembre abra sus puertas, por primera vez, la nueva terminal. Ahora ya bajo el nombre de ‘Sant Andreu’ (aunque una comisión vecinal ha empezado una campaña para que se complete el topónimo con de Palomar). Hasta entonces, los viajeros de la R2 Nord i la R11 que deseen entrar o salir de Barcelona deberán transbordar en autobús o caminar cinco minutos entre Montcada i Reixac (R2 / R11) y Montcada i Reixac – Manresa (R3, R4, R7 i R12). Una vez superado este último escollo derivado de las obras, los usuarios del ferrocarril ya podrán disfrutar de la nueva terminal cubierta con sus cuatro vías encaminadas hacia la futura estación intermodal de la Sagrera (donde todavía no se efectuará parada).

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