Barcelona Futur

Comercio y restauración reclaman a Colau un pacto urgente sobre movilidad en Barcelona

Representantes de las dos patronales reivindican tener más peso en las decisiones estratégicas que afectan a la ciudad

Piden medidas para afrontar las subidas de los suministros y un plan para reconectar a la ciudadanía con el centro de Barcelona

Barti, Paricio, Chías y Bordas, en el debate sobre comercio de Barcelona Futur.

Barti, Paricio, Chías y Bordas, en el debate sobre comercio de Barcelona Futur. / Elisenda Pons

Patricia Castán

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Recién salidos de una pandemia que hizo estragos en algunas zonas comerciales de Barcelona y con el lastre de la vertiginosa subida de precios de suministros y materias primas, dos sectores económicos clave, el comercio y la restauración, alertan de que tras el suflé navideño vendrá unos meses de invierno duro para la actividad económica. Un panorama en el que las políticas de movilidad del ayuntamiento de Ada Colau suponen palos a las ruedas para ambos sectores, sostienen. Patronales de ambos frentes reivindican más diálogo y un pacto que permita afrontar los retos de la emergencia climática sin lastrar su actividad.

Así lo reclamaron la tarde del jueves en el debate sobre Modelo de Comercio y Actividad en Barcelona que tuvo lugar en el Palacio Macaya dentro del ciclo que organiza Barcelona Futur. Unos y , otros pusieron sobre la mesa la falta de comunicación en muchos temas clave con el gobierno municipal y la urgencia en reajustar las políticas de movilidad, lograr un plan de apoyo para afrontar la inflación que amenaza a sus negocios, alcanzar un acuerdo que no castigue los horarios de las terrazas de la restauración, reactivar el centro comercial de la ciudad y cuidar el turismo, que tanto en ejes céntricos como en otros de barrio se ha convertido en imprescindible para la salud de muchos negocios, coincidieron en reconocer.

Otro momento del debate en el Palau Macaya.

Otro momento del debate en el Palau Macaya. / ELISENDA PONS

Alfons Barti, director de Barcelona Comerç (entidad que aúna a los ejes comerciales de barrio, de Sants a Sant Andreu) exige ayudas urgentes para el comercio de proximidad para afrontar el peso del imparable aumento de los suministros, ya que aunque esperan una "buena campaña de Navidad", hay mucho temor sobre lo que pueda suceder después. El turismo no regresará con fuerza hasta Semana Santa, y tanto él como Nuria Paricio (directora de Barcelona Oberta, que alinea a los ejes céntricos y turísticos), Pere Chías (presidente del Gremi de Restauració de Barcelona) y Jordi Bordas (gerente del Eix Comercial del Raval) alertan sobre la fragilidad de la actividad económica tras tantas embestidas y en muchos casos con créditos ICO en la mochila.

Mirada global para Ciutat Vella

Paricio ha reivindicado "una mirada global" para decidir qué quiere hacer Barcelona con el núcleo de Ciutat Vella, antes de que se convierta en una ciudad "donut" desprovista de vida en su epicentro. La pandemia (y la ausencia de viajeros) castigó mucho más que a cualquier otra zona al Gòtic, porque además los barceloneses se volcaron en las compras próximas a sus domicilios y se "desenamoraron" del centro, al que ha costado volver. Encontrar un equilibrio entre los turistas (que han regresado con energía en verano) y los visitantes del resto de la ciudad sigue siendo una asignatura pendiente, para la que la experta reclama un plan estratégico.

"La campaña de Navidad será buena, pero ¿y después? Urgen medidas sobre la crisis de suministros"

— Alfons Barti. Barcelona Comerç

En ese sentido, todos los ponentes han criticado que las políticas restrictivas con el coche (de las 'superillas' a reformas cuestionadas como la de Via Laietana o Consell de Cent) están "haciendo daño" en todo el territorio en términos de comercio,. Frena las visitas al centro de los visitantes metropolitanos a falta de transporte público de calidad, han coincidido, pero también complica las compras y la logística en muchos barrios. Los accesos restringidos perjudican a diversas actividades (del mobiliario a la ortopedia), ha apuntado Bordas, mientras que Barti se queja de los problemas en la distribución. "Falta diálogo. No todos pueden vivir solo de los vecinos". Y Chías constata la bajada de facturación que supone perder clientes que llegaban en coche a muchos restaurantes de la ciudad y que no tienen una buena alternativa.

Hacia la digitalización

Bordas asume que a esa crisis el Raval ha tenido que sumar la escasez de recursos para volcarse en la venta online y la digitalización. "Son comercios pequeños sin presupuesto para esa inversión", destaca. No obstante, el resto consideran que la pandemia ha obligado a realizar un impulso a la digitalización, pero reivindican ayudas (municipales y desde los fondos europeos) para extenderla más a todo el pequeño comercio.

Aunque la venta ilegal ha mejorado mucho en cuanto a 'top manta', las quejas siguen en pie en lo referente a la venta de latas en las zonas de ocio, y sigue preocupando mucho la inseguridad. Los datos policiales, sostiene Barti, no coinciden con las quejas de sus asociados, que muchas veces no pueden denunciar los hurtos por falta de tiempo y medios. Paricio ha insistido en la necesidad de que las administraciones asuman la presión contra la delincuencia, para que dejen de ser los comerciantes y empresarios los que "empujan" para pedir más policía o más recursos judiciales, como viene pasando hace años.

"El ayuntamiento no puede seguir poniendo tantas trabas a la actividad económica"

— Pere Chías. Gremi de Restauració

La cuestión de la colaboración público-privada, tan arraigada en Barcelona, es otro de los puntos que más preocupa al sector, que no se siente representado en las mesas de trabajo participativas que orquesta el consistorio en relación a distintas actuaciones urbanísticas y de ciudad. En general se sienten poco escuchados y representados. Chías cree que la participación de la FAVB en muchas decisiones de ciudad está sobredimensionada en proporción a su representatividad real en temas clave como las terrazas (cuyo recorte horario provoca el rechazo de todas las patronales) y Paricio que muchas de esas mesas acaban siendo un "paripé" donde las decisiones están tomadas de antemano. Bordas apunta que las reuniones a las seis de la tarde apean al comercio de la participación real. "Somos quienes entendemos el territorio", asevera Barti.

¿Sus urgencias y peticiones para los próximos meses y años? A corto plazo hay coincidencia en pedir marcha atrás en las restricciones a la movilidad en coche. "Hay que pensar la ciudad con tres millones de personas, en clave metropolitana y con los 900.000 vehículos que entran cada día", insiste la representante de Barcelona Oberta. También políticas que amortigüen los gastos energéticos disparados y más facilidades para conseguir licencias y favorecer la emprendiduría, subraya Barti. Desde el gremio de Restauració se aboga por un "gobierno local fuerte" que no perjudique a la actividad económica. "Sin ella no hay bienestar social", subraya Paricio.

"Quisiera que Barcelona vuelva a ser la ciudad que todos admiraban con envidia"

— Nuria Paricio. Barcelona Oberta

Además de protagonismo, comercio y restauración piden a medio y largo plazo que se trabaje para dignificar laboralmente ambos sectores, planes para poner en valor los negocios autóctonos que otorgan personalidad a la ciudad, la promoción del turismo de calidad y hasta un pacto nacional de comercio a 10 años que no dependa del color político, apunta Barti. Paricio pide, en resumen, "que Barcelona vuelva a ser la ciudad que todos admiraban con envidia".

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