Patrimonio

El pequeño Prado que esconde el edificio histórico de la UB

El centro académico custodia el mayor depósito de la pinacoteca madrileña en Catalunya, 56 obras accesibles para el público que ahora la institución recoge en un nuevo catálogo razonado

BARCELONA 10/11/2022 BARCELONA. El Prado que es pot visitar a la UB gratis: rdp presentació dels fons que té cedits a la Universitat central. AUTOR: MANU MITRU

BARCELONA 10/11/2022 BARCELONA. El Prado que es pot visitar a la UB gratis: rdp presentació dels fons que té cedits a la Universitat central. AUTOR: MANU MITRU / MANU MITRU

Natàlia Farré

Natàlia Farré

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El Edifici Històric de la Universitat de Barcelona puso la primera piedra en 1871 en lo que ahora es plaza homónima pero por aquel entonces era parte del espacio liberado por el derribo de las murallas; y en tiempo récord, en 1872, abrió puertas. Las piedras estaban tan bien puestas como vacías, así que, además de encargar programas decorativos específicos como el del Paranimf o la Galeria de retrats, para decorarlas se decidió pedir obras de arte prestadas al Museo del Prado. En 1877 hubo acuerdo entre el rector, Julián Casaña, y el director de la pinacoteca, el catalán Francesc Sans Cabot. Así que entre ese año y 1893 llegaron 56 telas en cuatro entregas con la fórmula de depósito permanente, el más grande del Prado en Catalunya. “Un fondo que es un signo de identidad de la institución”, apuntan desde la UB.

El taller de los Bassano

El número de piezas prestadas sigue siendo actualmente el mismo que entonces aunque no todas son las originales que llegaron hace casi un siglo y medio. Ha habido permutas, la más reciente, hace dos décadas, cuando el Prado organizó una exposición sobre el taller de los Bassano, familia de pintores venecianos del XVI, y reclamó ‘La fragua de Vulcano’ atribuida a Leandro Bassano. Los estudios demostraron que era del patriarca de la saga, Jacopo, así que el lienzo se quedó en Madrid tras la muestra y se mandó a cambio otro con la misma temática también atribuido a Leandro, pero que ahora se ha descubierto salió del pincel de su hermano Francesco.

A la vista de todo el mundo

El giro atributivo surge del estudio de la colección que plasma el nuevo catálogo publicado por la UB: ‘Les pintures de la Universitat de Barcelona, El dipòsit del Museu del Prado’, coordinado por los historiadores Sílvia Canalda y Ramon Dilla y en el que han participado una treintena de especialistas. El volumen revisa el elaborado por Santiago Alcolea en 1980 y es una muestra del esfuerzo de la UB por potenciar su patrimonio y ponerlo al alcance del ciudadano en el año en el que el Edifici Històric cumple su 150 aniversario. Decir que la mayoría de pinturas están a la vista de todo el mundo, las que decoran la escalera noble o la biblioteca no tienen problemas de acceso; las que están en áreas más privadas como la Sala de Juntas, el Aula Magna y los despachos se muestran en numerosas ocasiones: “Garantizamos que las personas interesadas puedan acceder a las obras, y en las visitas guiadas, que hacemos muchas, las pinturas siempre son una parte importante del recorrido”, apunta Canalda.

El aburrido siglo XIX

“Las piezas no se han estudiado de manera cronológica, ni por escuelas o autores sino temáticamente como la perspectiva de género, qué hacer con el patrimonio religioso o la revalorización de la pintura del siglo XIX”, sostienen los dos coordinadores. De todas las temáticas hay ejemplos, no en vano la mitad del depósito es de pintura barroca y la otra mitad del XIX, una etapa considerada bastante aburrida pero cuyo aburrimiento se cuestiona ahora con la perspectiva de los años. Ahí está la pieza más tardía del depósito: ‘Doña María Pacheco de Padilla después de Villalar’, pintada en 1881 por Vicent Borràs, que mientras se despreció este tipo de pintura se consideró demasiado teatralizada pero de la que ahora no se discute ni su “calidad pictórica” ni “la intencionalidad política, más fácil leer desde el presente”, sostienen Canalda y Dilla.

Perspectiva de género

Lo de la perspectiva de género da para mucho, desde cómo exhibir las piezas que muestran violencia contra el cuerpo de la mujer -de ‘El rapto de las Sabinas’ a ‘El rapto de Proserpina’, el primero de la escuela de Rubens y el segundo de Juan Martínez del Mazo- hasta la incongruencia de que ‘La Inmaculada Concepción’ de Alonso del Arco presida el Paranimf y sea una de las telas con más visibilidad: “La Inmaculada Concepción era la patrona de las universidades europeas, unas instituciones a las que la mujer no tenía acceso”, explican los dos coordinadores.

De Cajés a Giordano

Con todo, ninguna de estas piezas es la joya de la colección, el cetro de la más pedida para exposiciones es ‘Cristo sobre la piedra fría’, de Eugenio Cajés. Y el autor con más renombre del depósito corresponde a Luca Giordano, pintor de la corte de Carlos II, que, además, es el que más lienzos exhibe en la UB (‘Tancredo y Clorinda en la fuente’, ‘ Quinto Curzio lanzándose a la sima’, ‘ Perseo y Andromeda’ y ‘La Sagrada Familia con los atributos de la Pasión’). El resto de telas hasta llegar a 56, en el catálogo o en el Edifici Històric.