Reconstrucción encallada

Amianto, pandemia e incumplimientos: los obstáculos que han atascado la nueva Abaceria

La primera previsión del ayuntamiento apuntaba que la Abaceria estaría rehecha hacia finales de 2020, pero las obras aún no se han adjudicado y el gobierno local evita ahora poner fechas

Críticas de los vecinos de Gràcia por el proyecto de obras pendientes del mercado de la Abaceria.

Críticas de los vecinos de Gràcia por el proyecto de obras pendientes del mercado de la Abaceria. / ALVARO MONGE

Jordi Ribalaygue

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El proyecto para erigir de nuevo el mercado de la Abaceria parece gafado. Más de un imprevisto ha desbaratado los plazos para rehacer la histórica plaza comercial de Gràcia, desalojada hace ya más de cuatro años para someterla a una remodelación en profundidad que, de haberse cumplido las primeras previsiones, ya debería haber finalizado. Hasta pocos meses antes de que los comerciantes se mudaran a la carpa del paseo Sant Joan en julio de 2018, el Ayuntamiento de Barcelona mantuvo que la rehabilitación acabaría hacia finales de 2020 o primeros de 2021. No obstante, los trabajos siguen pendientes de licitarse y el consistorio prefiere ahora no atarse a un nuevo calendario.  

“Siempre nos han dicho que las obras serán unos 30 meses. Ahora no sabemos cuánto tardarán en adjudicar las obras y cuándo terminarán”, explica la presidenta de los paradistas de la Abaceria, Maribel Ampolla. Cuando el deteriorado mercado decimonónico empezó a desarmarse en enero de 2019, el consistorio auguró que la reconstrucción arrancaría en el primer trimestre de 2020, lo que aplazaba la inauguración del nuevo recinto al menos hasta el verano de 2022. No obstante, ese pronóstico también quedó en papel mojado.   

Incumplimientos aparte, la reforma del mercado de la Vila de Gràcia ha topado con dos obstáculos que han frustrado los términos anunciados hasta ahora. Las dudas que parte del vecindario expuso sobre la seguridad del proceso para eliminar el amianto que permanecía en el techo del antiguo inmueble obligó a reconsiderar los trabajos. Una plataforma cuestionó que las medidas de seguridad planificadas fuesen suficientes para impedir una dispersión masiva de fibras de la sustancia potencialmente cancerígena.

Retirada pospuesta

La inquietud vecinal llevó al ayuntamiento a posponer la retirada del fibrocemento. La tarea se retomó después de tapar la cubierta del mercado con unas burbujas aislantes para garantizar que el polvo insalubre no se dispersaba en las inmediaciones, lo que también se vigiló instalando unos filtros de aire. El contratiempo del amianto se encadenó con la irrupción del covid. La pandemia relegó los proyectos de obras en la ciudad, una adversidad que la Abaceria tampoco ha esquivado.

El gobierno local evita concretar cuándo empezará a edificarse el futuro inmueble y cuándo se dará por finalizado. Lo supedita a los planes que presenten las empresas que compitan en la licitación para encargarse de las obras, pendientes de que se cierre el proyecto ejecutivo, que se halla en fase final de aprobación.

Ampolla señala que el retraso perjudica a los vendedores: “Por un lado, nos afecta por la edad porque, si se demora mucho más, quizá haya paradistas que renuncien por la jubilación. Aparte, las paradas no nos las regalan, nos tenemos que hipotecar para trasladarnos y los precios han subido mucho. La parada que podía costar unos 60.000 euros hace dos años ahora ya puede valer 90.000”, calcula.