Ambici en 2023

Qué se sabe (y qué no se sabe aún) del futuro Bicing metropolitano

La puesta en marcha pondrá fin a un largo compás de espera para extender las bicicletas de uso compartido, pero cojea al no unificarse con el servicio de Barcelona

Modelos de las bicicletas eléctricas del servicio metropolitano Ambici.

Modelos de las bicicletas eléctricas del servicio metropolitano Ambici. / Manu Mitru

Jordi Ribalaygue

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La versión del Bicing del Área Metropolitana de Barcelona comenzará a operar a principios de 2023. Con un coste de 40,5 millones de euros para ponerse en marcha, el servicio de bicicletas compartidas Ambici se implantará en el entorno de la capital catalana en la antesala de las elecciones municipales. Aterrizará primero a inicios del próximo año en Cornellà de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat y Sant Joan Despí, tres poblaciones vecinas entre sí. En los tres meses posteriores, se extenderá a otras 12 localidades, situadas dentro de un radio de unos 20 kilómetros.

Concebido tras un largo compás de espera, el Ambici retoma un plan frustrado en otras ocasiones. La Entidad Metropolitana del Transporte llegó a sacar a concurso el proyecto para expandir las paradas de bicicletas de uso temporal a 17 municipios en 2010, tan solo tres años después de que el Bicing irrumpiera con buena acogida en Barcelona. No obstante, las dos empresas que presentaron ofertas no cumplían los requisitos y se malogró la ocasión de que el sistema de transporte sobre dos ruedas de la urbe se imitara en las poblaciones del entorno.

Casi 13 años más tarde, el AMB pretende saldar ahora la cuenta pendiente, aun partiendo con la desventaja de que el Ambici nazca sin fundirse con su gemelo barcelonés. A la espera de que las estaciones con los modelos de bicicletas eléctricas empiecen a instalarse, los ayuntamientos involucrados en el proyecto han revelado los primeros datos del futuro servicio, aún con ciertas incógnitas por resolver. A continuación, las certezas sobre qué se sabe sobre la novedad y qué dudas quedan por despejar.

Precios

El Ambici se estrenará con unas tarifas de ocasión. El abono anual saldrá a la venta con un coste rebajado a 25 euros durante el primer año de funcionamiento. Las personas que lo adquieran podrán circular sin coste añadido durante la primera media hora de trayecto en 2023. A partir de 2024, la inscripción por 12 meses subirá a 40 euros y habrá que pagar 15 céntimos por los primeros 30 minutos de recorrido. Se deberán abonar 50 céntimos por cada media hora adicional de pedaleo ya a partir del año que viene. El título combinado para compatibilizar Bicing y Ambici costará 53 euros -en caso de disponer de la tarifa de uso del servicio de bicicletas compartidas de Barcelona, que ahora cuesta 35 euros al año- o 65 euros -en el supuesto de contar con la tarifa plana de la capital, con un importe actual de 50 euros al año-. El Bicicleta Club de Catalunya (BACC) echa en falta tarifas para usos esporádicos. “Demuestra que se le relega a un segundo plano como sistema de transporte público”, lamenta Carles Benito, miembro del colectivo.

Poblaciones

El sistema metropolitano de bicicletas compartidas arrancará en 15 localidades del Área Metropolitana de Barcelona. Son L’Hospitalet de Llobregat, Badalona, Cornellà de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet, El Prat de Llobregat, Esplugues de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat, Sant Adrià de Besòs, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern, Molins de Rei, Sant Boi de Llobregat, Viladecans, Gavà y Castelldefels. Por ahora, no se incorporan 21 municipios del AMB, incluidos seis del Vallès Occidental, dos del Maresme y 12 del Baix Llobregat. Las bicicletas del Ambici no se podrán aparcar en Barcelona, donde el Bicing seguirá siendo el sistema público exclusivo.

Transbordo

El Bicing y el Ambici no confluyen con bicicletas y estaciones comunes. El AMB defiende que, pese a no converger, ambos servicios estarán integrados mediante unas estaciones puente en puntos de la periferia próxima a Barcelona, en las que se podrán intercambiar los vehículos de un servicio por los del otro para seguir circulando sobre dos ruedas, ya sea de entrada a la urbe o para salir a sus localidades vecinas. Tendrán entre 20 y 26 anclajes cada una de ellas. “Tener que dejar la bici para coger otra y buscar una estación penaliza mucho la experiencia y duplica los males que llevan a no hacer uso de un servicio de bicicleta compartida. Es nefasto para la gestión y, además, su capacidad quedará sobrepasada en pocos minutos. Está modelado para un uso residual”, critica Benito. El AMB precisa que las paradas serán modulares, con lo que indica que podrán adaptarse en función de las necesidades.

Bicicletas

El Ambici se crea con 2.600 unidades, todas eléctricas. El motor con el que están equipadas se activa con las primeras pedaladas y deja de imprimir velocidad cuando el ciclista alcanza los 25 kilómetros por hora. La asistencia se puede activar o desconectar mediante la pantalla integrada al vehículo y también a través de una aplicación de móvil, que informa también del nivel de carga eléctrica de cada bicicleta. El servicio ha sido adjudicado a las empresas Nextbike, Movement y Movus, que replicarán el modelo que opera en ciudades como Berlín, Varsovia, Glasgow o Bilbao.

Uno de los prototipos de bicicleta eléctrica del servicio Ambici.

Uno de los prototipos de bicicleta eléctrica del servicio Ambici. / Manu Mitru

Estaciones

Entre los aspectos que faltan por concretar se cuenta cuáles serán las direcciones donde se ubicarán los 236 puntos de aparcamiento del Ambici. Se sabe que la mayoría serán cercanos a estaciones de transporte público para facilitar que los pasajeros de tren, metro o bus completen el trayecto en bicicleta. En todo caso, el AMB estudia ahora con los ayuntamientos dónde se sitúan las paradas para cumplir con los requisitos técnicos y logísticos del sistema.

Ampliación

¿El Ambici crecerá más allá de las 15 localidades que lo verán nacer? Por el momento, el AMB no anuncia ningún plan para dar el salto a más localidades. “Hemos intentado agrupar los municipios que tienen más continuo urbano”, comenta el vicepresidente de Movilidad del organismo, Antonio Poveda, que contrapone que la prioridad en los municipios más alejados de la corona metropolitana es mejorar la red de transporte público. El sistema de bicicletas compartidas excluye por ahora a Sant Cugat del Vallès, Cerdanyola del Vallès, Montcada i Reixac y Sant Vicenç dels Horts, entre otros municipios.

Abonados

El AMB ha evitado pronosticar cuántas personas se apuntarán durante el primer año en que el servicio esté operativo ni cuántos lo compatibilizarán con el Bicing. “No queremos dar un cifra porque durante el primer año queremos desarrollar el proyecto. En 2024 podremos marcar objetivos claros”, señala Poveda. En todo caso, admite que se quiere atraer a los usuarios del Bicibox, unos aparcamientos de bicicletas privadas y con una flota de unidades eléctricas, que superan los 12.000 inscritos.

Fusión

El gran interrogante es si el Bicing y el Ambici se fundirán algún día en un gran sistema único de bicicletas públicas en Barcelona y su conurbación. El AMB ha lamentado que no operen bajo un mismo sello. Para una eventual unificación, habrá que esperar como mínimo a que las actuales concesiones venzan: la del Bicing concluye en 2027 y la del Ambici dura seis años. El Ayuntamiento de Barcelona prefiere no pronunciarse al respecto y se limita a comprometerse a sondear fórmulas para una mayor integración entre ambos sistemas.

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