Congreso de Movilidad

Xavier Trias: "Barcelona puede morir de éxito, pero también de fracaso"

El exalcalde, que mantiene el misterio sobre su posible candidatura, insta a recuperar la conexión y la sintonía entre la ciudad y el resto del territorio de Catalunya

"No saldremos adelante sin la colaboración con otros municipios de nuestro alrededor y sin cooperar con otras grandes metrópolis internacionales", sostiene

xavier trias

xavier trias / Carlos Márquez Daniel

Carlos Márquez Daniel

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Xavier Trias sigue sin desvelar si será el candidato de Junts a la alcaldía de Barcelona, pero que participe en actos y conferencias que tienen como objeto el presente y futuro de la ciudad, alimenta el run-run de que, efectivamente, le disputará el cargo a Ada Colau, Ernest Maragall y Jaume Collboni, entre otros. Este martes ha participado en la primera jornada del Congreso Internacional de Movilidad que se celebra en Sitges donde ha versado sobre la conectividad de las grandes metrópolis, un diálogo de ida y vuelta en el que ha recomendado colaboración. Tanto a pequeña escala, con los municipios del entorno, como a nivel planetario. Un alcalde, ha resumido, "es un agente de comercio".

El también 'exconseller' de Presidència y Sanitat ha compartido debate con Pedro Nueno, veterano profesor de IESE. Una hora da para poca profundidad, pero de las palabras de ambos se desprende el mensaje que una ciudad no será grande, internacional, influyente, carismática y exitosa si no genera vínculos en dos dimensiones. Nueno se ha acordado del Concorde, ese avión supersónico que unía París y Nueva York en dos horas. Él era usuario de este vuelo operado por Air France, y aquello le permitía trabajar en un mismo día en dos de las ciudades más importantes del planeta. Exponerlo ha sido una manera de poner sobre la mesa el poder de la iniciativa privada, algo que, a su modo de ver, es tan necesario como añorado.

Un poco de márketing

Trias ha blandido la necesidad, o más bien, la obligación de las grandes ciudades de ejercer de protectores solidarios del entorno. Una estrategia que debe generar sinergias en ambas direcciones y que permite vestir una unidad que permita dar ese salto internacional. Sin trampas ni cartón como las que ha admitido hubo en sus tiempos de alcalde. "En 2011 empezamos a explicar que éramos una 'smart city', pero todavía no era cierto, aunque esa era la intención". Fue en base de ese título virtual, ha sostenido, que la capital catalana empezó a seducir a empresas tecnológicas de gran renombre para que instalaran una oficina en la ciudad, como así fue sucediendo. Lo ha resumido en una palabra: "Liderazgo". Y un poco de márketing, claro. "No hay que estar en los debates, hay que estar al frente de ellos", ha proseguido.

El exalcalde ha recordado que la primera batalla de cualquier consistorio es contra la pobreza, y ha situado la vivienda como un "problema inmenso" de Barcelona. También ha hecho referencia a la falta de inversiones del Estado y de la Generalitat en la gran ciudad y ha apelado a la "cooperación metropolitana". Pero para que todo ello fluya, ha dicho, "es necesario generar actividad económica". Un bien que no debe venir solo de la mano de grandes acontecimientos como los Juegos del 92, ha asegurado. Es decir, que las grandes transformaciones no dependan solo de unas olimpiadas o una exposición universal o una regata internacional. "Podemos morir de éxito, pero también de fracaso", ha sentenciado. "Uno de los problemas más graves es entrar en decadencia, e ir frenando las cosas es una grave error", ha concluido, sin demasiada concreción. Es lo que tienen los debates de una hora. Está por ver si precisará un poco más cuando sea candidato. O no.