Precedente clave

Así funciona en París el pago por aparcar la moto en la calle que estudiará Barcelona

La capital francesa ha estrenado este septiembre una 'zona azul' para motos

La medida indignó a usuarios de las dos ruedas, pero también fue aplaudida por otros vecinos

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Enric Bonet

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Un cambio radical para los motociclistas parisinos. Desde el 1 de septiembre, el aparcamiento gratuito de las motos en las calles de París es cosa del pasado. Los conductores de escúters y otro tipo de motocicletas deben pagar si quieren aparcar en la capital francesa. Una medida que cabreó a los usuarios de las dos ruedas, pero también fue recibida de manera positiva por otros vecinos. Formará parte sin duda de los precedentes clave que estudiará el Ayuntamiento de Barcelona para valorar esta política urbana.

El gobierno municipal de Ada Colau reconoció esta semana que contempla estudiar la implantación de tarifas para las motos aparcadas en la calle, aunque no dio ninguna fecha sobre esta posibilidad incipiente. Es una de las posibles medidas que menciona el nuevo Plan de Movilidad Urbana del Ayuntamiento, presentado el lunes. Fuentes municipales subrayaron a EL PERIÓDICO que la implantación del pago por aparcar motocicletas “no está sobre la mesa” hoy por hoy ni tiene calendario alguno. Las malas lenguas recordarán que en la primavera del año que viene están previstas elecciones municipales… Pero eso es otra historia.

Tres euros la hora por aparcar en el centro

En el caso de París, el hecho de que las motos aparcaran sobre la acera ya estaba prohibido desde hacía años. Ahora se convirtió en la primera ciudad francesa en establecer un aparcamiento de pago para las dos ruedas. En la Ciudad de la Luz, hay 42.000 plazas específicas para estacionar las motos. Sus conductores también pueden guardarlas en las zonas de pago para los coches. Aparcar una moto en el centro de la ciudad cuesta unos tres euros la hora y dos euros en los distritos parisinos más alejados. No obstante, los habitantes de la capital pueden beneficiarse de unos precios más asequibles —de 0,75 euros cada día de aparcamiento— si se inscriben en una plataforma en línea del Ayuntamiento, con un abono anual de 22,50 euros.

El nuevo dispositivo incluye una excepción destacada: las motos eléctricas, cuyos conductores no pagan por aparcar. Lo mismo sucede con las personas minusválidas y los asistentes médicos a domicilio. Eso favoreció un aumento de las ventas de unas motos mucho menos contaminantes, pero más caras. También contribuye en la política de desplazarse en bicicleta y en transporte público promovida desde hace años por la alcaldesa socialista Anne Hidalgo.

Protestas de motociclistas

Desde que entró en vigor esta medida, se volvieron habituales las protestas de motociclistas en París. El 3 de septiembre, más de mil se concentraron delante del Ayuntamiento. Este tipo de manifestaciones, con varios centenares de participantes, se repitieron de manera casi semanal. “Le decimos a la gente que tiene que pagar un impuesto para ir a trabajar a París. Es de unos 2.000 euros cada año para todos aquellos que no tienen un abono”, criticó Jean-Marc Belotti, de la Federación francesa de motociclistas cabreados de París, sobre el hecho de que solo pueden beneficiarse de precios asequibles los residentes en la capital y los trabajadores de profesiones muy concretas.

Pese a la indignación de los motociclistas, muchos transeúntes acogieron esta medida con satisfacción. “Sacamos plazas de aparcamiento para los coches para dejarlas para las escúters, que también contaminan. Es normal que también participen”, dijo un peatón parisino en declaraciones a la cadena de televisión France 2. El riesgo político de impulsar un cambio radical de este tipo resulta mucho menor en París que en Barcelona. En la capital francesa, hay unos 100.000 motociclistas diarios, mientras que en la catalana, unos 500.000. 

“Es una medida polémica, mucha gente no está contenta. Pero también hay mucha gente que esperaba una medida de este estilo. Estábamos en un régimen de excepción para unos vehículos que ocupaban una parte del espacio público, hacían ruido y contaminaban”, aseguró el concejal de Transportes de París, el ecologista David Belliard. Un informe del Consejo Internacional para el Transporte Limpio advirtió en 2019 que las motos contaminan mucho más que los coches.

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