Nueva entrada lateral

El futuro Port Olímpic tendrá un acceso playero con cierre nocturno

Una nueva entrada atraerá bañistas a los futuros restaurantes del Moll de Gregal

Recreación del nuevo acceso lateral al Port Olímpic, visto desde la playa Nova Icària

Recreación del nuevo acceso lateral al Port Olímpic, visto desde la playa Nova Icària / B:SM

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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El nuevo Port Olímpic tendrá un acceso lateral para romper su actual aislamiento de la playa. Es uno de los cambios más evidentes de la remodelación del recinto, que avanza a toda vela hacia el verano de 2024 para lucir nueva imagen durante la Copa América. Tras el estreno el próximo verano de una gran entrada frontal en el muelle de Mestral, empezará a tomar forma otro acceso llamado a cambiar usos a un lado y otro del espigón de Gregal y atraer clientela nueva a los restaurantes del futuro Balcón Gastronómico.

El diseño de esta suerte de pasadizo pasó desapercibido en las recreaciones virtuales que difundió el Ayuntamiento de Barcelona hace dos meses. Otra imagen, que avanza aquí EL PERIÓDICO, permite ver con mucha más claridad en qué consistirá y qué virtudes y defectos se le intuyen.

La característica más importante es que tendrá puerta: se cerrará cada noche a la una de la madrugada, como el resto de entradas al puerto. “La política será la misma, dejamos que salgan los clientes de los restaurantes y cerramos, porque los abonados del puerto náutico pueden entrar y salir con su tarjeta de socios”, indica la nueva directora del Port Olímpic, Olga Cerezo. “Debemos garantizar la seguridad de los barcos y queremos que el puerto sea un sitio tranquilo por las noches”, asevera.

Render del muelle de Gregal del Port Olímpic reformado

Render del muelle de Gregal del Port Olímpic reformado / B:SM

Incluso cerrado da quebraderos de cabeza al centro de seguridad portuario, sobre todo en noches como Sant Joan. La última verbena, ejemplifica Cerezo, se llevaron un buen susto porque dos farolillos lanzados al aire desde la playa fueron a parar sobre un barco y sobre el varadero. “¡Imagínate si estuviera abierto el puerto!”, exclama.

Malos usos y botellón

Por el contrario, el incivismo y la sensación de seguridad es un reto para este acceso en vista de la experiencia de otros túneles urbanos en Barcelona. También los voladizos que los restaurantes tendrán sobre el mar generan cuatro espacios resguardados de la lluvia y de uso tentador.

La playa de Nova Icària y en concreto ese espigón con una grada escalonada son ya escenario recurrente de botellones y conductas temerarias, como tirarse al agua cerca de la salida de barcos y patines de la Escuela Municipal de Vela. Olga Cerezo descarta un efecto llamada y está convencida que, si acaso, el nuevo diseño reducirá los malos usos: “No hará que vaya a más, al contrario”. “Hemos puesto carteles disuasorios y veremos si hay que añadir algún elemento físico, como vallas”, concluye.

Comunidades energéticas

El futuro espigón, además de la puerta de acceso, incluye mejoras de sostenibilidad. Una canalización llevará agua marina hasta los locales de economía azul para aprovechar el gradiente término. Simple y llano: la temperatura más fresca del agua ayudará a enfriar las oficinas para que gasten menos en refrigeración.

Muelle de Mestral del Port Olímpic, que se dedicará a negocios de 'economía azul' tras la expulsión del ocio nocturno

Muelle de Mestral del Port Olímpic, que se dedicará a negocios de 'economía azul' tras la expulsión del ocio nocturno / ELISENDA PONS

Los restaurantes podrían beneficiarse de otro ahorro energético, si la legislación catalana finalmente lo permite. Las cuatro grandes pérgolas fotovoltaicas que cubrirán los restaurantes de la cota superior producirán más electricidad que la gran placa del Fòrum, cuya precocidad a principios del nuevo siglo la ha dejó sin la productividad de la tecnología actual. Podrá proveer los dos aparcamientos de B:SM que hay en la zona y cubrir las necesidades del puerto, y aún le sobrará un excedente que irá a la red general. Con el cambio legal que se entrevé, B:SM podría vender este sobrante a terceros, como los restaurantes. “Si la legislación nos lo permite estudiaremos la fórmula para que se beneficien también los locales”, promete Cerezo.