¿Adiós a circular en verde?

Barcelona tendrá más de 450 paradas de taxi en 2023

No está previsto prohibir que los usuarios soliciten un coche con la mano alzada, un gesto cada vez más en desuso

La aplicación pública Picmi para requerir un servicio estará disponible antes de Navidad

parada taxis

parada taxis / Joan Cortadellas

Carlos Márquez Daniel

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Compartimos motos, tomamos prestada una bici eléctrica que nos permite recorrer la ciudad, reservamos un coche de un particular para usarlo durante el fin de semana. Y todo, a través del teléfono móvil. Pero seguimos levantando la mano para pedir un taxi, aunque, es cierto, mucho menos que antes.

El sector ha sobrevivido a la presión de las VTC (de momento) gracias a las distintas legislaciones que le han sido favorables, e intenta modernizarse con lo difícil que es poner de acuerdo y movilizar a cerca de 10.000 pequeños empresarios, autónomos propietarios de licencias que en origen son de titularidad pública, del Área Metropolitana de Barcelona (AMB). Con la gasolina por las nubes y el tráfico en registros previos a la pandemia, ya cada vez sale menos a cuenta circular de vacío.

Recuerden: los taxis de Barcelona recorren cada año 300 millones de kilómetros sin pasaje cada año. Ahí es donde las paradas y la tecnología juegan un papel fundamental. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, la capital catalana tendrá 462 paradas taxi en 2023 (ahora son unas 320) si todo sale según lo previsto. Y la 'app' pública para pedir un servicio (Picmi) está a punto de salir de la cocina.

Un taxista que sale a faenar un lunes cualquiera está él solo en el vehículo casi la mitad de su tiempo de circulación, una situación insostenible desde todos los puntos de vista: económico, porque el conductor mantiene tarifas pero se le ha disparado el coste del combustible; ambiental, porque aunque la flota transita hacia modelos híbridos, la contaminación generada de manera innecesaria es tremenda, y de congestión, porque de lunes a viernes circulan unos 8.400 taxis (tienen un día libre a la semana, lo que quita de la calle unos 2.100 cada día de los 10.523 con licencia).

Podría abrirse el melón de prohibir que los taxis circulen con el verde, pero no ha nacido el político que se atreva a poner esto sobre la mesa, habida cuenta del espíritu combativo de este gremio, que en Barcelona ha logrado doblegar a empresas como Uber.

Pequeño formato

Si se cumple la hoja de ruta, Barcelona dispondrá en 2023 de 462 paradas de taxi, entre las 322 existentes y las 142 previstas para el año que viene. De todas ellas, 193 serán microparadas, de manera que haya más plazas (estas de pequeño formato tendrán entre dos y cuatro huecos) repartidas por la ciudad a las que poder acudir para coger un taxi y desalentar así que los chóferes circulen con el verde en el techo.

Todo, de la mano de una nueva aplicación pública, de nombre Picmi, que llega con dos años de retraso y permitirá solicitar un taxi como ya hacen otras 'app' privadas. En este caso, y para evitar problemas de competencia, sin la opción de poder pagar a través del teléfono. Según fuentes del Instituto Metropolitano del Taxi (Imet), el proceso de desarrollo de la aplicación "avanza sobre la previsión de estar disponible para los ciudadanos este mismo otoño, es decir, antes del 21 de diciembre. No dispondrá de aplicativo propio, sino que se incluirá dentro de la paleta de servicios de AMB Mobilitat, disponible para Android y iOS.

Un taxi circula por las calles de Barcelona con publicidad de Free Now en un lateral

Un taxi circula sin pasaje por el carril bus de la Gran Via, a la altura de la plaza de la Universitat, este martes / Joan Cortadellas

A la iniciativa pública hay que sumarle la docena de radioemisoras que ya operan en el área metropolitana y que permiten requerir los servicios de un taxi con una llamada de teléfono o a través de una aplicación. Con la diferencia de que, en estos casos, lo normal es que también se permita el pago a través de la 'app', cosa que 'Picmi' no permitirá porque al tratarse de un proyecto de la AMB podría generar denuncias por parte de las autoridades responsables de la competencia, tal y como ya sucedió con los decretos antiUber, que generaron sonoras quejas por parte de la Autoritat Catalana de la Competència.

¿Hasta cuándo de vacío?

A esos 300 millones de kilómetros al año sin pasaje señalados por el AMB (el 48% del tráfico del sector del taxi) hay que sumarle otro dato que ayuda a entender la situación. Según cálculos municipales, cada taxista recorre unos 200 kilómetros diarios y el 60% los hace de vacío. En 2002, Barcelona tenía 192 paradas. En 2022 ya dispone de 322 y en un año serán 462. ¿Tendrá sentido entonces que los taxis, a no ser que hablemos de horas nocturnas o festivos, sigan circulando con el verde en el techo a la caza de clientes?

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