Investigación

El limbo del nomenclátor: los 208 nombres a los que Barcelona debe una calle | Buscador

El ayuntamiento amontona propuestas aprobadas para bautizar vías y plazas, algunas desde hace cuatro décadas, y todas pendientes de que les asignen espacios a los que denominar

Un activista cuelga un cartel para reivindicar una calle para Ernesto Che Guevara en Barcelona.

Un activista cuelga un cartel para reivindicar una calle para Ernesto Che Guevara en Barcelona. / Agustí Carbonell

Jordi Ribalaygue

Jordi Ribalaygue

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El 'Che' Guevara, el emperador Carlomagno, Voltaire y el papa Juan Pablo II hacen cola en el Ayuntamiento de Barcelona. No están solos en una especie de fantasmal sala de espera repleta de celebridades de la Historia, todas ellas fallecidas hace años, cuando no siglos. En el mismo despacho del consistorio permanecen atrapados el novelista Julio Cortázar, el expresidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt, el exalcalde de Madrid Enrique Tierno Galván, el oceanógrafo Jacques Cousteau… Incluso un ilustre personaje de cómic, el Capitán Trueno, aguarda turno para que se cumpla lo que el consistorio apalabró en septiembre de 2008, cuando bendijo que el nombre del héroe luciera en una calle, una plaza o un jardín a raíz de una campaña de EL PERIÓDICO. Sin embargo, aún no se ha concedido tal honor al afamado guerrero de la época dorada del tebeo barcelonés, pese a que han trascurrido 14 años desde que el compromiso se selló.

El ayuntamiento amontona 208 denominaciones en el limbo, pese a que alguna vez recibieron el beneplácito de la ponencia del nomenclátor, el órgano que valida qué sugerencias para bautizar espacios de la urbe son aceptadas. La relación resulta tan extensa que se antoja improbable que Barcelona digiera todo el repertorio pendiente, que este medio ha tenido la ocasión de consultar mediante una demanda de acceso a información pública. Se pueden examinar todos los nombres en la siguiente clasificación.

De todo el cúmulo, 164 nombres corresponden a personalidades que el consistorio apoyó que figuren en el mapa de Barcelona. Aun así, permanecen huérfanos de un rincón al que denominar. Todo un contrasentido.

"Tenemos muchos nombres pendientes para una ciudad que no crece y con un nomenclátor que está muy consolidado", reconoce el concejal de Memoria Democrática y presidente de la ponencia del nomenclátor, Jordi Rabassa. "Es por eso que el criterio actual es no aceptar que se debata ningún nombre nuevo sin una propuesta de ubicación", añade el edil de Barcelona en Comú. 

Una enciclopedia breve

El catálogo de seleccionados a los que se adeuda una arteria en la urbe bien podría configurar un breve diccionario enciclopédico. Engloba religiosos como el fundador de los Maristas, Marcellin Champagnat, y revolucionarios como el general José de San Martín, uno de los libertadores de Argentina, Chile y Perú; políticos como el dirigente del PSUC Gregorio López Raimundo, el republicano Heribert Barrera, el antifranquista Lluís Maria Xirinacs o el ‘padre’ de la Constitución Jordi Solé Tura; artistas como el escultor Josep Maria Subirachs, el vocalista de Sau, Carles Sabater, o el cómico Cassen; militares como Antonio Escobar o José Aranguren, ambos fusilados por el franquismo, y una nómina larga de escritores e intelectuales relevantes: Antoine de Saint Exupéry, Émile Zola, Paco Candel, Jorge Luis Borges, Pío Baroja, José Ortega y Gasset, Eugeni Xammar y Víctor Hugo, entre otros. 

Aun siendo tan extenso y heterogéneo, el índice solo incluye a seis mujeres: las religiosas Anna Maria Janer y Santa María Josefa; la dirigente comunista Dolores Ibárruri, ‘La Pasionaria’; la compositora Lluïsa Casagemas; la arquitecta Rosa Barba Casanovas, y la estrella de circo Annie Oakley, una tiradora formidable que dejó pasmados a los barceloneses con su puntería cuando el ‘show’ de Buffalo Bill se instaló en la calle Muntaner durante una gira por Europa en 1889.  

El largo lapso de Valle-Inclán

Algunos candidatos han quedado relegados al olvido desde que fueron declarados aptos por los primeros gobiernos democráticos después de la Transición. Le ocurre a Ramón María del Valle-Inclán, a quien Barcelona le debe una calle desde hace 41 años, cuando Narcís Serra era alcalde. Cabe remontarse a marzo de 1981 para localizar el acuerdo en que la ponencia del nomenclátor convino que se debía rendir tributo al dramaturgo. No obstante, el consistorio no ha atendido nunca su propio mandato. 

La documentación entregada por el ayuntamiento no precisa en todos los casos las fechas en que se convalidaron las denominaciones que opositan a ser acreedoras de una calle en Barcelona. En todo caso, permite identificar que al menos 44 peticiones aguardan a que se les adjudique una vía desde hace más de dos décadas

Rabassa explica que el listado con las sugerencias en reserva se revisa cuando se abre el proceso para bautizar lugares de la urbe. "Se hace por si tiene sentido incluir alguna, pero es importante que tenga una vinculación con el espacio o el barrio", contrapone el concejal, que apunta que resulta "difícil" que entidades y vecinos toleren nombres con un nexo a menudo inexistente con la ciudad y sus distritos. Rabassa calcula que solo media docena de candidatos se han borrado del inventario en el último año al lograr incorporarse al callejero. "Y, aparte de las que quedan, recibimos propuestas cada semana", apostilla.

Pese a haber merecido el crédito de la oficina municipal, llevan largo tiempo atascadas las candidaturas del cantante Freddie Mercury (ratificada en la década de los 90 del siglo pasado), el escritor Graham Greene (aprobada en 1996), el Nobel de literatura Vicente Aleixandre (estimada en 1998) y el rey de la Corona de Aragón Pere III el Cerimoniós (admitida en 1999). También varios topónimos suman más de 20 años de demora, incluidos países como Túnez (en espera desde 1986); ciudades como Donostia (en barbecho desde 1997), Lyon (desde 1998) o San Petersburgo (desde 1994); autonomías como La Rioja (en el banquillo desde 1998), o comarcas como la Cerdanya y Alt Urgell (ambas en la recámara desde 1989). Otras sugerencias también han embarrancado, como las de Cine (aceptada en 1996), Esperanto (en 1999) o Homilías de Organyà (en 1994).

Un busto del Capitán Trueno, con Barcelona al fondo.

Un busto del Capitán Trueno, con Barcelona al fondo. / Marina Vilanova

Atrapadas desde la era Maragall

La pila más abultada de nombres procede de la época de Jordi Hereu. Falta por encontrar sitio a al menos 43 propuestas tramitadas durante la alcaldía del socialista, entre septiembre de 2006 y junio de 2011. Además, se contabilizan como mínimo 26 peticiones que el consistorio secundó en la era de Pasqual Maragall (de diciembre de 1982 a septiembre de 1997) que tampoco han hallado una vacante en el callejero, 33 en la de Joan Clos (de septiembre de 1997 a septiembre de 2006), 32 en la de Xavier Trias (de junio de 2011 a junio de 2015) y siete en la de Ada Colau (desde junio de 2015).

El ejecutivo de 'comuns' y PSC prioriza los nombres femeninos para revertir el desequilibrio en que priman los patronímicos masculinos, preponderantes también entre los pretendientes. También prevalecen ahora las figuras destacadas en las luchas vecinales y la vida de los barrios. "Poner nombres a calles y plazas es un acto político, no administrativo. La actualidad política tiene mucho que ver con cómo las llamamos", postula Rabassa, que admite que el baremo actual del consistorio "pone difícil encajar algunos nombres aprobados con criterios de hace 30, 40 o 50 años".

"Quizá ahora no los escogeríamos", piensa el concejal. En todo caso, matiza que el consistorio no desecha ninguna de las propuestas postergadas hasta ahora. "Todas las personas de la lista tienen una biografía como para formar parte del nomenclátor de la ciudad, pero falta encontrarles el lugar adecuado y que reciban consenso. A veces no lo tenemos", aduce. 

De todas formas, el retraso crónico se extiende a denominaciones en las que se intuye que no faltaría un asentimiento generalizado. Entre otras, queda por dar con una ubicación para las de África, Asia, Tíbet, Pakistán, la peseta, la ‘Shoah’ -en referencia al Holocausto judío-, Víctimas del Terrorismo, el expresidente sudafricano Nelson Mandela, el cirujano Moisès Broggi o el escritor Gabriel García Márquez. El autor de ‘Cien años de soledad’ es una incorporación reciente, de junio de 2021. Carece de una vía en la ciudad en la que residió, si bien el Nobel colombiano fue elegido para apodar a la nueva biblioteca de la Verneda. También se ha ignorado por ahora la idea de consagrar una calle a la barretina, aceptada en 2009.