La fiesta mayor de Barcelona

Jóvenes tras la noche negra de la Mercè 2022: "Seguiremos saliendo igual"

El espíritu de resignación es compartido, si no por todos, al menos por muchos otros jóvenes

Asistencia masiva en los conciertos de la Mercè 2022

Asistencia masiva en los conciertos de la Mercè 2022

Begoña González

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“Si sales, te expones. Últimamente, en la Mercè siempre ha pasado algo”, resume Héctor sin darle demasiada importancia. Este joven de 31 años fue una de las miles de personas que este sábado por la noche bailaron, cantaron y disfrutaron de los conciertos que tuvieron lugar en la avenida de Maria Cristina. Como muchos otros grupos de jóvenes, llegaron sobre las 23 horas a la zona en la que convivían los botellones con la música del escenario. “El ambiente era normal, la gente bailaba, cantaba y bebía, pero de buen rollo. Había mucho estudiante y grupos de menores de edad”, explica. Nada auguraba que en apenas unas horas una puñalada en el costado acabaría con la vida de un chico de 20 años.

Héctor y sus amigos estuvieron entre la muchedumbre hasta que terminaron los conciertos, después pusieron rumbo a una discoteca en el barrio de Gràcia. “Nada de lo que vimos aquella noche hacía pensar que podría acabar como acabó. Me he enterado esta mañana mirando Instagram y me ha impactado. Podría ser cualquiera de nosotros”, dice. Aun así, no se resigna y asegura que “es lo que hay. Seguiremos saliendo igual, pero si vemos follón, nos apartaremos”, vaticina.

El espíritu de resignación es compartido, si no por todos, al menos por muchos otros jóvenes. Roger también estuvo anoche en Maria Cristina y para nada esperaba despertarse con las noticias del apuñalamiento y el vandalismo, y coincide con Héctor en que este tipo de altercados cada vez sorprenden menos. “Acabas pensando, joder, ¿y si me pasa a mí? Pero en el fondo, te puede pasar de fiesta o en cualquier otro sitio por la noche. Hay que ir con cuidado, pero tampoco tenemos que dejar de salir”, argumenta el estudiante de primero de carrera.

Vuelta a casa tranquila

“Nosotros estuvimos muy a gusto y el ambiente no era para nada malo”, justifica el joven de 17 años. Tras los conciertos también abandonó la zona junto a sus amigos y destaca que así hizo la mayoría. “A las 2 de la mañana, se empezó a vaciar, la mayoría se iba a otros lados o para casa. Ahí sí que quizás el ambiente era un poco menos agradable, pero no tuvimos ningún problema en el metro durante el trayecto a casa”, zanja. La pandemia ha avivado las ganas de salir y los altercados, a pesar de que incomodan, no van a apagarlas. 

Tras la marcha de la mayoría de asistentes, los que se quedaron se agruparon en las escaleras del MNAC, avenida arriba, y allí en pequeños grupos continuaron bebiendo y escuchando música. "Había sobre todo chicos, algunos con un poco más de 'pintas', pero no vimos ni peleas, ni enfrentamientos, ni nada, solo algún grupo de chicos drogándose con globos", explica Laura. "También es verdad que si hubiera ocurrido el viernes, el sábado no hubiéramos salido. Por el mal rollo y porque nuestros padres tampoco nos hubieran dejado", zanja Laura. Ella se reunió con unos amigos a primera hora de la noche, y estuvieron por al zona de la plaza de Espanya hasta pasadas las 3 de la madrugada. "Volvimos a casa en metro, no eran más de las tres y media, pero ya sabíamos del año pasado que era la hora en que se suele empezar a liar y preferimos evitarlo", explica. No se equivocaba.

Sobre las 4 de la mañana, unos 50 jóvenes que se negaban a abandonar la plaza de España para que los equipos de limpieza pudieran hacer su trabajo se enfrentaron a la policía, causaron destrozos en escaparates del barrio, lanzaron botellas, volcaron contenedores y prendieron fuego a mobiliario urbano e incluso algunas motocicletas y bicicletas. "Es realmente triste que las fiestas acaben así. Pero siempre son grupos pequeños de gente que tiene ganas de liarla. No es la tónica general", asegura Héctor apenado.

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