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"¡Cómo ha cambiado la Mercè!": 30 años en imágenes

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Cada generación genera una memoria colectiva diferente de la fiesta mayor de Barcelona

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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La fiesta mayor de Barcelona, la Mercè, ha evolucionado con el paso de los años en paralelo a los cambios en la sociedad y las instituciones. Hoy los grandes conciertos y las artes callejeras son el plato fuerte de la celebración, pero en otras décadas anteriores tenían mayor protagonismo otras tradiciones, como la cabalgata “mediterránea”, el festival de payasos en el Moll de la Fusta o la exhibición de cometas y aviones en el litoral.

Las imágenes de la fiesta hace 10, 20 o 30 años generan una mezcla de nostalgia y sorpresa. Y es que cada generación crea su propio imaginario sobre la Mercè, sobre qué es y qué debería ser. Y, a la vez, una misma Mercè la viven de forma totalmente distinta las familias con niños, los grupos de jóvenes o los vecinos de mayor edad. “¡Cómo ha cambiado la Mercè!”, puede oírse cada año en las calles, en boca de los asistentes más variopintos.

Mercè 2003. CABALGATA MEDITERRANEA

Mercè 2003. CABALGATA MEDITERRANEA / FERRAN NADEU

EL PERIÓDICO ha retratado la Mercè edición tras edición, a pie de calle, en balcones, en la playa y sobre los escenarios. El álbum resultante es un viaje en el tiempo por los recuerdos de miles de lectores y lectoras que han vivido con intensidad el “festival de festivales” de Barcelona.

Futbolines, estrellas y polémicas

Así, algunos cincuentañeros recordarán que de jóvenes participaron en campeonatos de futbolín junto a l’Hivernacle de la Ciutadella, o que corrieron una Cursa de la Mercè diminuta en comparación con las multitudinarias actuales. Los aficionados a seguir el pregón (un invento del primer ayuntamiento democrático) pueden comparar oratorias y polémicas, como la de 1997 cuando inauguró la celebración el director de orquesta judío Yehudi Menuhin y manifestantes en plaza Sant Jaume protestaron enseñándole el culo. A las controversias políticas de los 90 tampoco faltaban nunca el alcalde Pascual Maragall y el president Jordi Pujol, con sus respectivos detractores y defensores.

Mercè 1993. Campeonato de futbolín en la Ciutadella.

Mercè 1993. Campeonato de futbolín en la Ciutadella. / GLORIA SOLSONA

Los grandes nombres han sido norma en los conciertos de la Mercè. Sobre los escenarios han brillado estrellas internacionales como Lou Reed, en la edición 1998, que congregó una masa de fans entregada que se abalanzó sobre la poca gente que había podido sentarse en sillas.

La dificultad de gestionar multitudes y el caché de los ídolos globales ha llevado los últimos años a programar más artistas de proximidad y alternativos. No ha conllevado, no obstante, tener que sacrificar la presencia de caras muy conocidas y han desfilado bajo los focos personalidades como Joan Manuel Serrat (1999), Peret (2000), la Orquesta Mondragón de Javier Gurruchaga (2000) o Miguel Ríos, Macaco y Mala Rodríguez (2004).

Mercè 2000. CONCIERTO DE PERET EN LA CATEDRAL

Mercè 2000. CONCIERTO DE PERET EN LA CATEDRAL / ALBERT RAMIS

Otros ilustres de la Mercè, fuera del ámbito musical, son el nadador David Meca (que ganó la tradicional travesía a nado del puerto barcelonés en 1997), el artista underground Nazario (que dibujó el cartel de las fiestas al estilo mozárabe en 1999) o el escritor de éxito mundial Carlos Ruiz Zafón (que hizo el pregón de 2004).

La cultura popular también ha vivido cambios importantes. Durante muchos años se celebró una “Cabalgata Mediterránea” en la que participaban como gigantes y grupos de cultura popular invitados. Se celebraba el fin de semana, ya que si el día de la Mercè caía entre semana difícilmente se animaban a venir porque no era fiesta en su municipio.

El Moll de la Fusta, que lleva años a la espera de una reforma que le saque brillo, tuvo sus años de éxito como escenario del festival de payasos “Un moll de nassos”.

Mercè 1999. PALLASSOS EN EL MOLL DE LA FUSTA, "UN MOLL DE NASSOS",

Mercè 1999. PALLASSOS EN EL MOLL DE LA FUSTA, "UN MOLL DE NASSOS", / RICARD CUGAT

En los primeros años del siglo XXI la Mercè estaba aún muy centralizada en Ciutat Vella y el Eixample, pero dejaba estampas hoy desaparecidas como puntaires en la Rambla o una cena de gala en la calzada del paseo de Gràcia. El Correfoc convertía la entrada de la sede municipal de plaza Sant Jaume en una “puerta infernal” y la Festa del Cel atraía miles de personas en la arena para ver coloridas cometas, criticados aviones miliares e incluso un ultraligero guiando una banda de ocas salvajes.

Mercè 2004. CORREFOC DE LA MERCE EN LA PÇA. DE SANT JAUME

Mercè 2004. CORREFOC DE LA MERCE EN LA PÇA. DE SANT JAUME / PERE BATLLE

La Mercè de los lectores

Las cartas de los lectores d’EL PERIÓDICO también forman un mosaico de memorias y aventuras vinculadas a la Mercè. Por ejemplo Francisco José Cruz (Barcelona) explica en una misiva a este diario que su mejor recuerdo es “sin duda” el concierto que Los Ramones y Mike Oldfield ofrecieron en 1980. “Memorable e imbatible. ¡Qué noche por Dios!”, dice. Ramón García (Barcelona) se acuerda especialmente de “La Mercè de Lou Reed” y cómo presumía de la programación: “Unas amigas de Zaragoza venían año tras año a las fiestas de la Mercè maravilladas por el BAM”. La irrupción de la rumba, por el contrario, no le ha gustado.

El lector badalonés Toni Esteban se queda con otro estilo musical, más combativo. Rememora que en 1995 fue al Poble Espanyol a ver a “Negu Gorriak, Todos tus Muertos y a los héroes locales de Badalona Afraid To Speak In Public”, pero “una tremenda tormenta obligó a cancelar el concierto”. Sin embargo, “una minoría de fanáticos” se quedó allí y recibió como premio la visita de Fermín Muguruza, que se ofreció a actuar el día siguiente gratis en el Palau d’Esports.

Mercè 1998. Concierto Lou Reed

Mercè 1998. Concierto Lou Reed / RICARD CUGAT

Desde L'Hospitalet de Llobregat, otro lector, Christian Escofet, aplaude los conciertos gratuitos en la recta del estadio en Montjuïc en los años 80. “Lo máximo fue ver a Chuck Berry”, señala. “Con Maragall de alcalde, eso sí eran fiestas de la Mercè”, considera. Parecido es el recuerdo de Federico Gómez (Rellinars del Vallès), sobre los “conciertos memorables de Rebeldes, Gatos Locos, Stray Cats en el Sot de Migdia a finales de los 80 y principios de los 90”: “Fueron noches mágicas”.

No solo la música ha quedado grabada. El mejor recuerdo de Jesús E. Salazar (Barcelona), explicaba en otra carta, son “las fotos y la yincana fotográfica de la Mercè que organizaba Nikon”, aunque nunca consiguiera ningún premio. En cambio, Yolanda Bertran (Barcelona) se remonta a los años 60 y 70 para evocar unos tiempos en los que la actividad reina de la fiesta era los desfiles de carrozas: “Seguramente hoy nos parecerían simples, pero entonces, con los medios con que se contaba, eran verdaderas maravillas”. “Quizás mis ojos infantiles las vieran mejor de lo que eran, pero eran lo más”, comparte.

En definitiva, para cada barcelonés hay una Mercè ideal y una nostalgia hecha a medida. Este 2022 han vuelto los conciertos masivos, ha vuelto la lluvia, ha vuelto la cultura popular… y han vuelto a fabricarse cientos de miles de recuerdos nuevos. La memoria colectiva de la fiesta sigue creciendo.