La UB rescata su patrimonio en el 150 aniversario del Edifici Històric

El Edifici Històric de la Universidad de Barcelona cumple 150 años y la institución educativa ha decidido celebrar la efeméride poniendo en valor su patrimonio, tan importante como en parte desconocido. No solo atesora un interesante edificio ecléctico levantado por Elies Rogent, un importante fondo artístico proveniente, en parte, de un depósito del Museo del Prado, una biblioteca sin par que acogió en su momento fundacional 120.000 legajos salidos de los conventos desamortizados de Barcelona y un jardín más que singular, sino que, además, acumula un ingente patrimonio inmaterial: el que le da haber sido centro de muchos de los acontecimientos históricos vividos en la ciudad y el país, y haber sido (y ser) protagonista principal o tangencial de muchas obras literarias o artísticas. 

Escenario histórico

Ahí están los inicios de ‘Incerta glòria’ o ‘El quadern gris,’ de Joan Sales y Josep Pla, respectivamente, por no hablar de ‘Nada’ de Carmen Laforet con la universidad como escenario. Si hablamos de acontecimientos históricos la lista es interminable, todo el siglo XX y parte del XIX ha desfilado por el Edifici Històric, el espacio ha alojado desde banderas nazis con motivo de la Exposición del Libro Alemán, en 1941, hasta movimientos revolucionarios, pasando por actividades previas a la Caputxinada o más recientemente el encierro de estudiantes días antes del 1 de octubre de 2017, sin olvidar la Guerra Civil y los bombardeos de 1939 que dañaron seriamente el edificio. 

Traslado a Cervera

Ciento cincuenta de historia que son muchos pero son pocos en relación a los 600 años que hace que la institución acoge estudiantes. La fecha fundacional se remonta a 1450, cuando los ‘consellers’ de la ciudad recibieron el privilegio de Alfons el Magnànim para crear un Estudio General o universitario. El edificio se levantó en La Rambla, de ahí que la parte que ocupaba llevará por nombre Rambla dels Estudis, pero la Guerra de Sucesión ý las autoridades borbónicas cerraron la institución en 1714 para trasladarla a la leal Cervera. Ahí estuvo hasta la restauración definitiva en Barcelona, en 1837. Primero se instaló en el maltrecho –la bullanga de ese año se cebó con él- convento del Carme y luego se decidió levantar una nueva construcción: el actual Edifici Històric.

Murallas derribadas

La sede se le encargó al arquitecto Elies Rogent y goza de protección patrimonial. Aunque al principio las quejas de los estudiantes por la ubicación fueron constantes no en vano la construcción ocupó el espacio dejado por las murallas derribadas y se consideraba que quedaba lejos de la ciudad. De hecho, en 1863, cuando se puso la primera piedra, pasó a ser el primer edificio público construido en el Eixample y mucho del material utilizado para su edificación salió de las propias murallas. El primer curso académico fue el 1872-73, de manera que en el actual, 2022-23, se celebra el 150 aniversario y el año se dedicará a la efeméride.  

Atalaya sobre Barcelona

Todas las actividades están en marcha y alguno de los acontecimientos ya son disfrutables como la restauración de la Torre del Rellotge: un campanario de 35 metros con estructura de hierro rematado con una cúpula renacentista que a golpe de campana marcaba desde 1881 la precisión horaria propia de un centro académico. Aunque no solo señalaba el pasar del tiempo para los estudiantes, lo hacía también para la ciudad entera, pues su tañido se oía en buena parte de la Barcelona de la época. Las campanas enmudecieron hace décadas, cuando el mecanismo pasó a mejor vida. Y en silencio estuvieron hasta este verano, momento en que finalizó la restauración puesta en marcha en 2019. Las campanas vuelven a tañer y la Torre a poder ser visitada por el público previa reserva. Subir al techo del Edifici Històric de la UB vale la pena es una gran atalaya sobre Barcelona con unas espectaculares vistas del centro de la ciudad. 

11 aulas históricas

Las fiestas empezaran con el acto de apertura académico, el 3 de octubre, con lección inaugural a cargo de la deportista Laia Palau, actuaciones musicales y piezas teatrales que recordarán hechos puntuales, como la historia de Elena Maseras, la primera mujer que pudo matricularse en la UB, pero a la que le regateó la licenciatura durante años no por tener mal expediente sino por su condición de mujer. Y continuarán este trimestre con un concierto, el 20 de octubre, a cargo de la orquesta y la coral de la Universitat con un repertorio centrado en la música catalana compuesta en estos 150 años, desde Josep Anselm Clavé a Lluís Llach; una conferencia, el 15 de noviembre, de carácter histórico sobre el retorno de la Universitat a Barcelona a cargo de Jordi Casassas. 

También habrá la publicación del primer volumen del catálogo de las 56 pinturas depositadas en la UB por el Museo del Prado y dos exposiciones fotográficas con material aportado por los ciudadanos. El programa se ampliará a lo largo de 2023 y la apuesta por el patrimonio de la UB con la restauración y conservación de 11 aulas que aún conservan parte de la estructura y mobiliario históricos.