El 70% de los usuarios de patinete creen que pueden circular por la acera

Por no tener, las personas que van en patinete no tiene ni gentilicio. Al que va en bici le llamamos ciclista, y al que va a pie, peatón. Pero los usuarios de vehículos de movilidad personal (VMP) siguen sin bautismo social. ¿Patinista? ¿Patinador? ¿Patigente? Se cumple más o menos un lustro desde que empezaron a ser multitud en Barcelona, y las estadísticas y la observación dejan claro que no han encontrado su sitio. Que no se sienten a gusto. Un estudio del RACC lo corrobora. Con conclusiones inquietantes, como que el 75% de este colectivo admite que han usado la acera en alguna ocasión. Pero tampoco debería sorprender: casi el 70% no sabe que tienen vetado este espacio a no ser que haya una carril bici pintado.

Pero hay mucho más en este segundo barómetro de la movilidad en VMP en Barcelona y sus accesos presentado este martes por el 'mobility club'. Sorprende, por ejemplo, que el porcentaje de desagrado sobre la infraestructura sea tan elevado. El 80% valora negativamente los carriles bidireccionales y no aprueba la señalización. El mismo grado de rechazo generan, punto arriba o punto abajo, el no poder rodar por las aceras, la anchura de los viales o la falta de continuidad de la red. Peor está el descontento (87%) por no poder circular por la calzada y tampoco les gusta (77%) la convivencia en las plataformas únicas. Todo ello confluye en una suerte de síntoma del nido vacío, el mal por el cual este colectivo que se siente desubicado en una de las capitales más densas de Europa. Y todo ello tiene una traducción en cuanto a sensación de inseguridad, puesto que el 59% afirman que se sienten vulnerables cuando transitan por la ciudad.

El patinador o patinista suele ser una persona de entre 16 y 35 años que usa este transporte para ir a estudiar o a trabajar una media de 2,7 veces al día. El 62% ya se movían de manera sostenible (bus, metro, bici o a pie), mientras que solo el 14% provienen del coche o la moto. Eligen el VMP por la rapidez, el ahorro de dinero, la comodidad de cargar con él a todas partes, y el 32% llevan menos de un año de circulación. El 90%, además, valoran negativamente que no existe todavía un servicio compartido de patinetes, algo que el consistorio lleva tres años estudiando sin que se atisbe una solución antes de las elecciones municipales de mayo de 2023.

Muchas multas

La cifra de usuarios multados se ha multiplicado por tres respecto al barómetro presentado en 2021. El 19% han sido sancionados por la Urbana, por un 7% del año anterior. El hecho de que tantos hayan tenido que sacar la cartera por una infracción explicaría que el 51% de los entrevistados por el RACC no está a favor de que haya sanciones en caso de que se incumpla la normativa de circulación.

En cuanto a las observaciones realizadas por el automóvil club a pie de calle (4.500), el 16% de los patinetes se saltan el semáforo y el 17% no respetan el paso de peatones. Otro 19% circula en sentido contrario al que marca la calle y el 29% usan la acera en vez de ir por el carril de la calzada cuando se comparte espacio con otros vehículos. En las vías en las que se comparte espacio con los viandantes, solo el 2% respeta el límite de velocidad de 10 kilómetros por hora.

En el apartado de recomendaciones, el RACC apuesta por reforzar la formación en materia de seguridad vial e insta a crear una red ciclable segura, coherente y accesible. También aconsejan que el seguro sea obligatorio (lo tienen el 25% de los encuestados) y fomentar algún tipo de registro de VMP para minimizar el riesgo de robos (y de paso, poder identificarlos en caso de siniestro