Jaume Collboni: "Los bicitaxis ya son historia en Barcelona"

Nada de lo que suceda en la ciudad desde ahora hasta el 28 de mayo puede desvincularse de la elección del próximo alcalde de Barcelona. Nada de lo que tenga que ver con la escena pública, por supuesto. Al PSC no quiere que se le escape el nicho de la lucha contra los bicitaxis, este peculiar transporte importado del sureste asiático (pero con orígenes en el Japón de mediados del siglo XIX, cuando la tracción era totalmente humana) en el que un conductor pedalea, asistido por un motor eléctrico, y un par o tres de turistas van detrás contemplando el folklore del lugar. Este miércoles, el líder municipal de los socialistas, Jaume Collboni, ha dado por finiquitada esta actividad que carecía de licencia y que se asociaba, ha dicho, con delitos vinculados con el tráfico de sustancias ilegales. En enero se espera que un reglamento del Govern los prohíba en toda Catalunya a través de la reforma de la ley del taxi. Será la puntilla, ha asegurado, al buen trabajo realizado en la capital en el tramo final del mandato.

Este verano ha sido menos intenso que el anterior en la lucha contra estos 'riders', que básicamente operaban en el frente marítimo, con incursiones en la ruta hacia la Sagrada Família. Se han impuesto 230 sanciones, mientras que el pasado año, en el mismo periodo, fueron 2.342, es decir, un 90% más. Durante el estío también se han requisado 95 'trixies' y desde 2019 ya son cerca de mil los que han pasado por el depósito municipal. La rueda de prensa, de hecho, se ha celebrado en el contenedor público de vehículos sito bajo la Ronda Litoral, no muy lejos de Diagonal Mar. Collboni ha dado las explicaciones junto a los tenientes de alcalde Albert Batlle (Seguridad) y Laia Bonet (Movilidad. Detrás tenían, arremolinados, los bicitaxis 'arrestados', una imagen que ha traído a la cabeza las comparecencias policiales que sacan pecho ante un importante alijo de droga incautado. Habrá quien incluso se acuerde del arresto de Abimael Guzmán, líder de Sendero Luminoso, que fue exhibido, para regocijo del gobierno peruano de Alberto Fujimori, dentro de una enorme celda móvil en Lima, en septiembre de 1992.

Pantalla superada

En cualquier caso, y escenografía al margen, el mensaje ha quedado claro. "Los bicitaxis son historia en Barcelona, hemos pasado página a este fenómeno", ha compartido el presidente del grupo municipal del PSC, que ha celebrado que la Generalitat finalmente vete este transporte "después de dos años de advertencias y de poner orden". La felicidad es doble. Por un lado, ha detallado Collboni, porque los carriles bici quedan de nuevo reservados para las bicis y los vehículos de movilidad personal. Por el otro, y aunque no ha querido dar detalles, porque los 'trixies' se asocian con determinadas actividades delictivas relacionadas con el transporte de sustancias ilegales.

Los propietarios de 'trixies' solo pueden recuperar sus vehículos pagando la sanción. Podrán circular con ellos, pero en ningún caso tienen permiso para circular con pasajeros. Queda una lucha abierta con los locales comerciales que este colectivo usa para recargar las baterías de los vehículos. Hace tres días se incendió uno de estos bajos por culpa del mal uso del sistema eléctrico. Y en el pasado sucedió lo mismo en un local de la Barceloneta. "Nuestra determinación de erradicar esta actividad es muy clara, así que también perseguiremos la ocupación ilegal de estos comercios", ha detallado Collboni.